Ricardo Caruso Lombardi hace un culto día a día a la excentricidad y a la permanente exposición. Siempre da que hablar y está en boca de todos, así como también lo está el triste presente de San Lorenzo, que se debate con penurias entre el descenso y la promoción. El entrenador de San Lorenzo volvió a dar la nota ayer, luego de agarrarse a golpes de puño con Fabián García para la televisión y de asegurar con firmeza -tras aquel lamentable episodio- que no volvería a hablar con los medios, sin cumplir su palabra.
Caruso no quedó al margen de la polémica que se desató en los últimos días sobre la tarjeta amarilla a Julio Buffarini, que omitió registrar el juez Néstor Pitana en un partido ante Racing por la novena fecha, y que, en caso de ser computada, inhabilitará al volante para jugar la próxima fecha una finalísima por el descenso ante otro involucrado, Tigre.
El entrenador del equipo de Boedo no dudó en denunciar una “mano negra” pergeñada por el matador de Victoria para perjudicar a su equipo, y hasta amenazó con renunciar en caso de que no dejen jugar al cordobés. “Tigre tiene un buen equipo. Que me ganen en la cancha, pero que no usen estas armas. Está todo manejado por ellos, ¿por quién, si no? ¿por Barracas Central? ¿Le tienen miedo a Buffarini? Que se dejen de joder. Todas las semanas tengo el informe del boletín, porque soy desconfiado, y Buffarini no estaba en la lista. Si la AFA es lógica, tiene que dejarlo jugar. Si Pitana no pasó la amarilla al tribunal no es nuestra culpa”, descargó. Pero las picantes declaraciones de Caruso Lombardi no terminaron ahí, ya que dejó un ultimátum, como tantas otras veces, al manifestar que llamó al presidente del club, Carlos Abdo, para comunicarle que “si no juega Buffarini, prefiero dar un paso al costado porque me gusta que si las cosas no nos salen, sean en la cancha”. Habrá que ver si cumple o si es otro de sus clásicos berrinches.
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Ricardo Caruso Lombardi hace un culto día a día a la excentricidad y a la permanente exposición. Siempre da que hablar y está en boca de todos, así como también lo está el triste presente de San Lorenzo, que se debate con penurias entre el descenso y la promoción. El entrenador de San Lorenzo volvió a dar la nota ayer, luego de agarrarse a golpes de puño con Fabián García para la televisión y de asegurar con firmeza -tras aquel lamentable episodio- que no volvería a hablar con los medios, sin cumplir su palabra.
Caruso no quedó al margen de la polémica que se desató en los últimos días sobre la tarjeta amarilla a Julio Buffarini, que omitió registrar el juez Néstor Pitana en un partido ante Racing por la novena fecha, y que, en caso de ser computada, inhabilitará al volante para jugar la próxima fecha una finalísima por el descenso ante otro involucrado, Tigre.
El entrenador del equipo de Boedo no dudó en denunciar una “mano negra” pergeñada por el matador de Victoria para perjudicar a su equipo, y hasta amenazó con renunciar en caso de que no dejen jugar al cordobés. “Tigre tiene un buen equipo. Que me ganen en la cancha, pero que no usen estas armas. Está todo manejado por ellos, ¿por quién, si no? ¿por Barracas Central? ¿Le tienen miedo a Buffarini? Que se dejen de joder. Todas las semanas tengo el informe del boletín, porque soy desconfiado, y Buffarini no estaba en la lista. Si la AFA es lógica, tiene que dejarlo jugar. Si Pitana no pasó la amarilla al tribunal no es nuestra culpa”, descargó. Pero las picantes declaraciones de Caruso Lombardi no terminaron ahí, ya que dejó un ultimátum, como tantas otras veces, al manifestar que llamó al presidente del club, Carlos Abdo, para comunicarle que “si no juega Buffarini, prefiero dar un paso al costado porque me gusta que si las cosas no nos salen, sean en la cancha”. Habrá que ver si cumple o si es otro de sus clásicos berrinches.