Una familia reclama porque la turística ruta 33 se construyó sobre su finca en la zona de la Quebrada de Escoipe y provocó daños que no pudieron superar. Aseguran que para solucionar el viejo conflicto les habían prometido mejoras que no se cumplieron.
Teodoro Tolaba relató que la cinta asfáltica se hizo en 1977 y dividió en dos la hectárea donde vivía y trabajaba con sus 10 hermanos y sus padres, a la altura del kilómetro 40.
El hombre aseguró que el camino implicó la debacle de la economía familiar, que se basaba mayormente en la producción de leche y queso.
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Una familia reclama porque la turística ruta 33 se construyó sobre su finca en la zona de la Quebrada de Escoipe y provocó daños que no pudieron superar. Aseguran que para solucionar el viejo conflicto les habían prometido mejoras que no se cumplieron.
Teodoro Tolaba relató que la cinta asfáltica se hizo en 1977 y dividió en dos la hectárea donde vivía y trabajaba con sus 10 hermanos y sus padres, a la altura del kilómetro 40.
El hombre aseguró que el camino implicó la debacle de la economía familiar, que se basaba mayormente en la producción de leche y queso.
“Teníamos animales pero no pudimos seguir porque no había lugar para que pasten. Además, era un peligro si cruzaban la ruta”, recordó.
Tolaba, y agregó que la Dirección de Vialidad de la Provincia se había comprometido a hacerles mejoras como un acceso vehicular para la vivienda y reforestar la zona.
Actualmente solo se puede llegar a la puerta de la casa por un difícil sendero de más de 300 metros.
La ruta provincial separa el hogar de la familia del resto del terreno donde realizaban sus actividades productivas. Hoy solo quedan frutales y en la finca vive Juan Tolaba, el propietario, con dos de sus hijos. Los demás tuvieron que irse a buscar empleo. “Tengo trabajos golondrina. Hemos reclamado muchas veces que cumplan con lo que prometieron”, dijo.