“Era un hombre raro, hablaba poco y nada pero parecía ser muy trabajador, ya que se levantaba a las 5 y regresaba de noche... era vendedor ambulante”, dijeron las vecinas de Mario César Klotar (54), el hombre que fue apresado por la Brigada de Investigaciones de Salta, tras ser acusado de haber secuestrado a un niños de seis años, llevarlo a su habitación del precario inquilinato en el que residía y violarlo sin piedad. A tal punto, que el chico debió ser operado y no puede hablar sobre lo ocurrido, ya que prorrumpe en llanto y tiembla de miedo.
El inmueble donde reside el sospechoso se halla en la manzana 378 C del barrio Juan Pablo II, cerca de la vivienda de la víctima.
inicia sesión o regístrate.
“Era un hombre raro, hablaba poco y nada pero parecía ser muy trabajador, ya que se levantaba a las 5 y regresaba de noche... era vendedor ambulante”, dijeron las vecinas de Mario César Klotar (54), el hombre que fue apresado por la Brigada de Investigaciones de Salta, tras ser acusado de haber secuestrado a un niños de seis años, llevarlo a su habitación del precario inquilinato en el que residía y violarlo sin piedad. A tal punto, que el chico debió ser operado y no puede hablar sobre lo ocurrido, ya que prorrumpe en llanto y tiembla de miedo.
El inmueble donde reside el sospechoso se halla en la manzana 378 C del barrio Juan Pablo II, cerca de la vivienda de la víctima.
Es una casa humilde, pero digna, compuesta por cinco habitaciones, un baño y cocina compartidos. Está en la calle 7 del mencionado barrio de la zona norte capitalina, donde abunda la pobreza y sobran los problemas.
En diálogo con El Tribuno, sus vecinas inmediatas, Josefina y Alba, se mostraron sorprendidas por la acusación en contra de Klotar, quien aparentemente es oriundo de Córdoba y residía en el lugar desde hacía más de un año.
“Es un tipo raro, pero muy trabajador. Salía a las 5 y regresaba de noche. Es vendedor ambulante”, aseguraron. “Nos sorprendió su detención porque jamás quiso pasarse de listo con nosotras ni con nuestros hijos. También nos pareció raro que dijeran que trajo a un nene en su bicicleta, ya que nunca supimos que tuviera una, siempre andaba a pie”, contaron, poniendo un marco de duda sobre su culpabilidad -la bicicleta no aparece-, pese a que la Policía asegura que en su cuarto hallaron ropa con sangre y otras evidencias que comprueban la violación.
Además, Alba afirmó: “Durante la tarde y noche de ese domingo, yo estuve fuera de la casa y no lo vi entrar. Si hubiese pasado algo, seguro nos hubiéramos enterado por los gritos; pero no vimos ni sentimos nada, aunque una nunca sabe las cosas que pasan dentro de las habitaciones”.
Al ser consultadas sobre las características personales de Klotar, las jóvenes aseguraron: “Solo sabemos que es de Córdoba, pero nunca supimos si era casado, soltero o si tenía familia. El no hablaba con nadie y nosotras lo evitábamos porque es sucio, nunca se bañaba y cuando ocupaba el sanitario lo dejaba hecho una mugre”.
Los familiares del nene abusado aseguran que Klotar iba en su bicicleta, pasó por al lado de la víctima, lo tomó por la cintura y se lo llevó, dejando en llanto a su hermanito mayor, de ocho años, quien corrió hasta su casa a pedir auxilio.
Lo salieron a buscar y lo encontraron caminando dificultosamente, orinado, ensangrentado y temblando de miedo. Momentos después, el propio menor habría reconocido el lugar del hecho y cuando la Policía detuvo al acusado, este se había cambiado de ropa y fisonomía, ya que se había rapado. No obstante, entre sus prendas le hallaron un pantalón marrón, manchado con sangre fresca.
El acusado dijo ser inocente y nuevamente se negó a declarar
“No sé de qué me culpan, no hice nada, no violé a nadie ni tengo ninguna bicicleta”, gritó ayer, poco antes de ingresar al despacho del juez de Instrucción Formal 4, Antonio Germán Pastrana, Mario César Klotar, el vendedor ambulante cordobés que fue detenido bajo el cargo de haber ultrajado salvajemente a un pequeño de seis años, quien debió ser operado de urgencia en el Nuevo Hospital del Niño, en virtud de los desgarramientos que presentaba en su zona anal y las lesiones detectadas en su aparato genital.
Sin embargo y pese a sus expresiones a viva voz, Klotar se abstuvo, por segunda vez, de prestar declaración indagatoria ante el magistrado, exigiendo que se lo ponga en contacto con un defensor oficial.
Mientras tanto, el juez Pastrana, quien estudia la posibilidad de que el chico sea protagonista de una rueda de reconocimiento, está replanteando esa idea, en virtud de que cada vez que al pequeño -que se halla internado y se encuentra profundamente shockeado por lo sucedido- la situación vivida le asalta la memoria, prorrumpe en llanto.
Por ello, se espera ahora que se recupere -situación que en lo físico demorará una semana más aproximadamente, pero que no tiene fecha en el aspecto psicológico- para que sea interrogado en Cámara Gesell, junto a su hermanito, que es dos años mayor que él.