Eran la siete de la tarde y la mujer junto a su nieto de 7 años se disponían a preparar la merienda en la cocina de su casa. De repente, dos hombres ingresaron en la casa, los amenazaron y los encerraron. Buscaron a Víctor Granada de 75 años. Los asaltantes le reclamaron “la plata de los alquileres”, de pronto se oyó el disparo y luego otro. Granada cayó muerto de un disparo en el pecho y su hijo de 36, herido. El pequeño desesperado gritaba: “No maten a mi abuelito, le regalo todos mi juguetes”. El ruego no alcanzó.
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Eran la siete de la tarde y la mujer junto a su nieto de 7 años se disponían a preparar la merienda en la cocina de su casa. De repente, dos hombres ingresaron en la casa, los amenazaron y los encerraron. Buscaron a Víctor Granada de 75 años. Los asaltantes le reclamaron “la plata de los alquileres”, de pronto se oyó el disparo y luego otro. Granada cayó muerto de un disparo en el pecho y su hijo de 36, herido. El pequeño desesperado gritaba: “No maten a mi abuelito, le regalo todos mi juguetes”. El ruego no alcanzó.
Este dramático asalto ocurrió en una vivienda de la localidad bonaerense de Rafael Castillo. Los delincuentes -dos sujetos que serían de la misma zona que las víctimas- amenazaron al jubilado y a su hijo exigiéndoles la entrega de dinero de los alquileres de varias habitaciones de su propiedad, pero en un momento determinado los balearon a ambos, tras lo cual escaparon.
El episodio, que se conoció ayer, se produjo el miércoles cerca de las 19, en una propiedad en Rafael Castillo, partido de La Matanza.
De acuerdo con lo señalado por familiares y vecinos de las víctimas, los asaltantes lograron entrar a la vivienda aprovechando el ingreso de una persona que alquila una de las habitaciones, y fueron directamente a la propiedad del jubilado.
En primera instancia, se toparon con su esposa y su nieto. La mujer fue encerrada junto a su nieto de siete años, al que en un momento los asaltantes amenazaron con volarle la cabeza. “Mi nieto les ofrecía los juguetes para que no le hicieran nada al abuelito”, narró ayer la mujer, llamada Delicia, un día después del violento crimen, al graficar lo dramático de la situación.
Según lo señalado por familiares de la víctima, los ladrones “tenían el dato erróneo de que había dinero en la casa”.
En ese marco, llegaron hasta la habitación donde estaba Granada descansando y lo despertaron violentamente, mientras lo amenazaban con las armas de fuego, al igual que a su hijo, Alejandro, quien trabaja como chofer en la línea de colectivos 96.
El hijo de la víctima fatal fue llevado a la clínica Los Cedros, donde quedó internado.