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Combate del río Las Piedras, un hecho clave

Lunes, 03 de septiembre de 2012 01:01

EDUARDO R. POMA, Profesor de Historia

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EDUARDO R. POMA, Profesor de Historia

En marzo de 1812 el general Manuel Belgrano, que venía desde Rosario donde había dejado la bandera izada por primera vez, llegó al viejo pago de Yatasto.

Allí, el día 26, recibirá de manos de Juan Martín de Pueyrredón el mando del maltrecho Ejército del Norte, que venía en retirada después del desastre de Huaqui. Y la importancia de este episodio radica en que el nuevo Jefe supo con su carisma, captar la voluntad y el deseo de luchar por la causa, de un grupo de jóvenes, brillantes y valientes oficiales (algunos muy osados), que luego tendrían destacada actuación como jefes y conductores, y otros como políticos o gobernantes. Entre ellos encontramos a Dorrego, Díaz Vélez, Balcarce, Alvarado, Zelaya, La Madrid y José María Paz.

Cuando estos oficiales comprendieron a Belgrano, y apreciaron las virtudes que lo acompañaban, levantaron la moral y decidieron obedecerlo incondicionalmente, por lo que con estos oficiales Belgrano avanzó hasta Jujuy donde se bendijo una nueva bandera, produciéndose luego el heroico éxodo de este pueblo.

Siguieron después el combate de Las Piedras, la batalla de Tucumán que provocó la caída del tímido Primer Triunvirato, la convocatoria a la Asamblea General Constituyente, el juramento a la misma el 13 de febrero de 1813 con el despliegue de la bandera ya definitiva, y la gloriosa batalla de Salta, que permitirá la reconquista del Alto Perú.

Tucumán y Salta

Pero el verdadero punto de inflexión de todo este proceso, lo tenemos que poner en el combate del 3 de setiembre de 1812 en el río de Las Piedras, actual departamento de Metán. Sin él, Belgrano no habría decidido dar batalla en Tucumán, retrocediendo hasta Córdoba como le ordenó el Triunvirato, entregando el norte a los realistas, y tal vez no se hubiera producido la revolución de octubre de 1812 que derribó al gobierno y convocó a la Asamblea, cambiándose todo el curso de la guerra por la independencia. Todos estos hechos fueron ya muy analizados, por lo que nos detendremos en ese día 3 de setiembre. ¿Cómo fue realmente este combate? Y lo haremos resumiendo lo que nos cuenta el Cnel. Félix Best en su amplia y documentada obra en dos tomos: “Historia de las Guerras Argentinas”.

El enfrentamiento

Pío Tristán había destinado una vanguardia de 600 hombres al mando de los coroneles Llano e Huici, para que hostigara la retaguardia del ejército patriota en su retirada desde Jujuy. Y esta retaguardia comandada por Díaz Vélez, con artillería, se distanció unos diez kilómetros del grueso que estaba detenido en el río de Las Piedras. Resueltamente los españoles la atacaron, en un encuentro de avanzadas, y la dispersó completamente.

En esos momentos Belgrano, que esperaba una oportunidad favorable, desplegó el ejército en la margen del río y ordenó abrir el fuego a la artillería, para despejar el frente y parar al perseguidor, lo que así sucedió. La vanguardia realista se detuvo, y ocupó una posición a medio kilómetro de distancia. Entonces el ejército revolucionario se lanzó simultáneamente al ataque en tres agrupaciones y una reserva. El enemigo no pudo resistir y se puso en precipitada fuga, siendo perseguido por más de dos kilómetros. Los españoles tuvieron 20 muertos y dejaron 25 prisioneros y armamento, y además se rescataron muchos de los prisioneros que antes habían caído en sus manos. Belgrano reanudó luego la retirada hacia Tucumán, ya sin persecución del enemigo y con los ánimos más entonados. Después de tantos meses de penuria, el Ejército del Norte recuperaba su moral, y en Tucumán pudo dar la decisiva batalla del 24 de setiembre que, como ya lo apuntamos, cambió el curso de la guerra por la independencia, y también el desarrollo de los acontecimientos políticos en Buenos Aires.

Esta fue la importancia y la trascendencia que tuvo el combate de Las Piedras, el que como hecho de armas no alcanzó la categoría de las batallas, en las que se movilizan miles de hombres. Pero a veces la historia se nutre, y cambia su curso por hechos aparentemente menores, y que sólo son descubiertos como hitos trascendentes, gracias a la perspectiva que el historiador goza después de transcurridos muchos años. Además, se publicaron argumentos muy válidos, con la tesis de que López y Planes habría comenzado a escribir las primeras estrofas de nuestro himno nacional después de este combate, en el mismo río de Las Piedras y bajo la sombra de una tipa. De hecho, esta acción figura en una de sus estrofas: “San José, San Lorenzo, Suipacha,/ ambas Piedras, Salta y Tucumán” Pero esta ya es otra historia, digna de ser contada más adelante.

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