Emociones, sorpresas, alegrías, nostalgia, profesionalismo, fervor, locura y hasta algunas lágrimas, se conjugaron durante la trigésimo segunda edición de la Feria Artesanal de los Valles Calchaquíes, que se desarrolló en la localidad de San Carlos.
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Emociones, sorpresas, alegrías, nostalgia, profesionalismo, fervor, locura y hasta algunas lágrimas, se conjugaron durante la trigésimo segunda edición de la Feria Artesanal de los Valles Calchaquíes, que se desarrolló en la localidad de San Carlos.
Fueron dos noches con predio totalmente colmado y una cartelera que sorprendió a los amantes del folclore. Todo transcurrió dentro de los caminos normales, pero seguramente, para el año próximo, el municipio trabajará en la capacidad del predio, porque mucha gente se quedó con ganas de disfrutar el festival. En ambos días, las entradas se agotaron y fue un alto número el que quedó en las afueras del predio. No caben dudas que, un evento de esta envergadura debe crecer de manera paralela con su cartelera artística y el espacio físico donde se realiza el festival.
“La prioridad para la trigésimo tercera edición se enfocará en el predio, tenemos que agrandar la capacidad. Cada temporada que transcurre, la apuesta es más fuerte, pero lo importante es no bajar los brazos y brindarle lo que se merece al pueblo de San Carlos”, aseguró el intendente Roberto Vásquez.
La grilla de artistas contó con todos los condimentos. El respeto lo aportaron Los Kjarkas, la prolijidad llegó con Los Huayra, el fervor y la locura lo tuvieron como protagonista a Abel Pintos, la emoción y las lágrimas hicieron eco en Por Siempre Tucu, y así se sucedieron las emociones con cada artista que subió al escenario Horacio Guarany.
El municipio de San Carlos le entregó un recordatorio al “Chuña” Gauna, por considerar que su peña La Panadería del Chuña es una de las más importantes del país; también por su constante apoyo al folclore de su provincia.