Mal asunto es éste. La publicación en la portada del prestigioso diario español “El País” de una fotografía trucha del hasta ahora presidente venezolano Hugo Chávez intubado en terapia intensiva en Cuba ha generado un escándalo de enormes dimensiones.
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Mal asunto es éste. La publicación en la portada del prestigioso diario español “El País” de una fotografía trucha del hasta ahora presidente venezolano Hugo Chávez intubado en terapia intensiva en Cuba ha generado un escándalo de enormes dimensiones.
Vamos a dejar de lado los detalles, por otra parte ya muy conocidos, del bochornoso suceso que, sin duda, quedará en la historia como uno de los grandes desaciertos de la prensa mundial, para centrarnos en tratar de considerar sus consecuencias y, especialmente, su aprovechamiento por parte de los gobiernos que tienen al periodismo sin tutelaje del Estado como su enemigo.
La publicación, inexplicable, de la falsa fotografía de Chávez en la tapa de “El País”, el diario de mayor venta en España, ha causado estupor e indignación, sobre todo en Venezuela, y en la Argentina ha motivado que la presidente Cristina Fernández de Kirchner la califique de “canallada”, cuando en verdad fue un error, una estupidez si se quiere, de los editores de un periódico absolutamente distanciado de prácticas “amarillas”, por no comprobar debidamente, a fondo, la autenticidad de la imagen.
Hay que decir que no se explica cómo pudo fallar el sistema de chequeo de un material gráfico tan delicado.
No es esta la primera vez que un medio importante, de difusión internacional, comete errores de esa naturaleza, lo que no es ningún justificativo ni disminuye la falta. Podemos recordar que The Washington Post debió devolver un premio Pulitzer por publicar como real una historia inventada por uno de sus periodistas.
Para no abundar, tenemos que la revista Der Spiegel publicó el año pasado el obituario de George Bush padre, y etcétera.
En cuanto a “El País”, buscó atenuar el impacto de su error con reiteradas disculpas, y hasta emitió un comunicado que tituló “La foto que El País nunca debió publicar”. La fotografía le fue proporcionada por la agencia Gtres Online, que representa en la península a otras 60 agencias de todo el mundo, entre las que figuran Associated Press y United Press internacional.
Para gobiernos como el de Venezuela, Cuba, Ecuador y de la Argentina, que buscan borrar del mapa a los medios que no acatan sus dictados, o reemplazarlos por medios oficiales o similares, el voluminoso error de “El País” sería común y habitual en “todas partes”. Lo dijo Cristina: En nuestro país lo tenemos a Clarín. Cristina dijo “el Clarín”, de Héctor Magnetto.
Y llegamos así a la conclusión de que el lamentable error del diario español, de límpida trayectoria, sirve a los tiburones que pretenden alimentarse con el periodismo no subordinado a sus intereses autoritarios.