La defensa de la periodista Estefanía Heit y de su marido. Jesús Olivera, ambos detenidos acusados de haber reducido a la servidumbre a Sonia Molina, en su casa de Coronel Suárez, apelaron la prisión preventiva ante la Cámara de Apelaciones de Bahía Blanca, que ahora deberá revolver si los libera.
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La defensa de la periodista Estefanía Heit y de su marido. Jesús Olivera, ambos detenidos acusados de haber reducido a la servidumbre a Sonia Molina, en su casa de Coronel Suárez, apelaron la prisión preventiva ante la Cámara de Apelaciones de Bahía Blanca, que ahora deberá revolver si los libera.
El abogado de Heit, Leonardo Gómez Talamonti, aseguró que en el escrito que se presentó en los últimos días ante la Cámara, “se cuestionaron punto por punto todas las imputaciones que se les hicieron” a los imputados, entre ellos el presunto abuso sexual de Olivera a Molina.
Ahora, los camaristas Jorge Alcolea, Guillermo Giambelluca y Alejandro Aispuro deberán resolver el planteo de la defensa, aunque se descuenta que la decisión no se conocerá antes de fin de mes.
Por otra parte, la jueza de Garantías 1 de Bahía Blanca, Gilda Sthempelet, aún tiene pendiente resolver un pedido de morigeración de la prisión preventiva de Heit para que pueda cumplirla en la casa de su madre. Fuentes judiciales confirmaron que para resolver esa cuestión, la jueza citó a una nueva audiencia a Heit y a su abogado para los primeros días de febrero.
Heit actualmente permanece alojada en el pabellón de mujeres 7 de la Unidad Penitenciaria 4, en Villa Floresta, cercano a Bahía Blanca, mientras que su marido Olivera se encuentra en el penal de Saavedra.
El 18 de diciembre pasado, la jueza Susana Calcinelli dictó la prisión preventiva para Heit (29) por los delitos de “reducción a la servidumbre en concurso ideal con lesiones graves en concurso real con estafas reiteradas”. En tanto que para Olivera (28) resolvió la prisión preventiva por los delitos de “reducción a la servidumbre en concurso ideal con lesiones graves en concurso real con abuso sexual con acceso carnal y estafas reiteradas”.
Los dos acusados se declararon inocentes ante la Justicia, y sostuvieron que era Molina la que no se quería ir de la casa de ellos porque estaba obsesionada con Olivera.