ue rápido pasó el tiempo. Porque ya pasaron 28 años de aquel 2 de noviembre de 1985 cuando cuando Hugo Porta anotó todos los puntos del equipo argentino por intermedio de 4 penales y 3 drops, en el vibrante y recordado empate entre Los Pumas y Nueva Zelanda (21 a 21) en cancha de Ferro.
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ue rápido pasó el tiempo. Porque ya pasaron 28 años de aquel 2 de noviembre de 1985 cuando cuando Hugo Porta anotó todos los puntos del equipo argentino por intermedio de 4 penales y 3 drops, en el vibrante y recordado empate entre Los Pumas y Nueva Zelanda (21 a 21) en cancha de Ferro.
Esa fue una de las tantas hazañas de aquel notable apertura, considerado el más grande jugador de rugby de todos los tiempos.
Vaya uno a saber cuantos años pasaran para que el rugby argentino encuentre otro jugador símbolo, como lo fue en su momento Hugo Porta. Ya pasaron 14 años desde su retiro y si bien Los Pumas cuenta con jugadores de gran nivel, jamás volvió a aparecer otro rugbier tan notable como el.
Pero el Diez ya venía de otras hazañas. Porque siempre lo hacía todo: pateaba, jugaba, pasaba, era veloz y destalentado en las irrupciones. Como en 1982, que jugando contra los Jaguares de Sudamérica (una selección continental) en Sudáfrica, Hugo Porta anotó de todos los modos posibles en el juego: un drop, una conversión, un ensayo y cuatro golpes de castigo. Entonces el legendario Carwyn James, lo definió: “Verlo jugar permite reafirmar la superioridad intelectual, estética y artística en el juego de la línea. Subido en un pedestal, pienso que esa imagen de Hugo merecería una estatua magnífica en el medio de Buenos Aires.
Considerado el mejor rugbier del mundo, comenzó a jugar a los 15 años, tras un fugaz intento por convertirse en futbolista, probándose en 1967 en River Plate, a pesar de ser hincha de Boca.
En 1969 ya estaba en la Primera de Banco Nación, donde se coronó en 1986 y 1989 sin cambiar jamás de club.
Y aún se recuerda que el 14 de julio de 1990 Banco Nacion triunfó sobre Inglaterra con un marcador de 29 a 21. Porta definió 21 de los 29 tantos argentinos.
Y ya pasaron 42 años desde aquel domingo 10 de octubre de 1971, cuando Hugo Porta hacia su debut en Los Pumas. Allí comenzó a escribirse la historia de una entonces promisoria figura que, con el correr de los almanaques se transformó en ídolo y posteriormente en una leyenda del rugby argentino.
Debutó en el seleccionado en el Sudamericano de ese año y fue el 10 titular hasta que se retiró, a fines de 1990. Tomó la capitanía en 1977 y, salvo cuando renunció un par de años por diferencias con el entonces entrenador, Rodolfo Michingo O°Reilly, no la abandonó hasta que dejó la celeste y blanca. Jugó 68 caps y marcó 530 puntos.
Como puma anotó los 21 tantos del triunfo de Sudamerica XV ante los Springboks en 1982, los 21 del empate contra los All Blacks en 1985 y los 18 de la igualdad con Francia en 1977. Integra el Salón de la Fama, salió dos veces campeón con su club, Banco Nación, y les ganó a todos. Un fenómeno.
Se convirtió en el gran Capitán de Los Pumas y fue el artífice en inolvidables encuentros. En 1977 empatan con Francia, casi en un duelo personal entre Hugo Porta y Jean Michel Aguirre. Y en 1979 le ganan al equipo australiano Los Wallabies en la cancha de Ferro por 24 a 13. En 1982 el Sudamérica XV venció a los Springbooks, en que Porta consiguió los 21 puntos para su equipo, contra 12 que convirtieron sus adversarios.
Figura en el Libro de Récords Guinness de Rugby, pues consiguió siete penales y una conversión en un solo partido, en el test macht ante Francia de 1974 (derrota por 27-31, pero marcando 23 puntos) y en 1977 también ante los galos (empate en 18 con todos los tantos convertidos por él).
En 1978, la Revista especializada francesa, Midi Olympique lo nombró como el quinto jugador del mundo en rugby. Y en 1985 lo proclama el mejor jugador del mundo.
En 1982, alcanzó los 301 tantos, por lo que se convirtió en el único jugador que haya alcanzado tal cifra récord en el rugby en los campeonatos de 1ª división.
Los periodistas argentinos lo premiaron con el Olimpia de Plata cinco veces: en 1975, en 1977, en 1978, en 1980 y en 1982, y en 1985 recibió el Olimpia de Oro.
Arquitecto de profesión fue embajador argentino en Sudáfrica entre 1991 y 1995 y secretario de Deportes de la Nación durante el gobierno de Carlos Menem.
Porta es el símbolo del rugby argentino: para los franceses es el mejor pateador de la historia, para los ingleses, el mejor apertura del mundo. Por sobre todas las cosas, siempre quedó en claro su respeto por el juego limpio.
Su mejor y peor partido
El sábado 14 de julio de 1990, en cancha de Vélez Sársfield, y ante más de 10.000 personas en las tribunas. Banco Nación le ganó a Inglaterra 29 a 21, tras un primer tiempo favorable de 12 a 4. Como de costumbre, ese día Hugo Porta fue el goleador con 21 tantos. Para el mejor rugbier argentino de la historia, ése fue el mejor partido de su vida. Y siempre lo recuerda: “Lo viví con la intensidad con que se viven las cosas importantes. Significó la pasión de jugar contra Inglaterra con los chicos de mi equipo de siempre. En la parte anímica fue algo muy especial. Tuve la grata sorpresa de ver en la cancha una manera de jugar el rugby, y además verla triunfar.
Cada partido tiene una historia especial. Aquél, la emoción nos desbordó. El Aguja Gómez se puso a llorar dentro de la cancha cuando todavía faltaban algunos minutos para que terminara el encuentro. Y yo, que era el más viejo, tuve que mantener la calma, aunque al final también lloré.
Pensar que después de ese cotejo histórico volví a jugar en Los Pumas, después de dos años. Claro que eL regreso no fue tan feliz. Fue un partido contra Inglaterra, justamente. Perdimos 51 a 0 y ese día jugué muy mal”.