El equilibrio no duró y se volvieron a minar los vínculos bilaterales. El presidente Uruguay, José Mujica, en una movida en la que intentó favorecer “a medias” a la papelera UPM (ex-Botnia) y minimizar el impacto con la Argentina, autorizó ayer a la pastera a incrementar su producción en 100.000 toneladas, la mitad de lo que le habían solicitado, y tensó nuevamente los vínculos con nuestro país, que tuvo una inmediata respuesta.
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El equilibrio no duró y se volvieron a minar los vínculos bilaterales. El presidente Uruguay, José Mujica, en una movida en la que intentó favorecer “a medias” a la papelera UPM (ex-Botnia) y minimizar el impacto con la Argentina, autorizó ayer a la pastera a incrementar su producción en 100.000 toneladas, la mitad de lo que le habían solicitado, y tensó nuevamente los vínculos con nuestro país, que tuvo una inmediata respuesta.
El Gobierno argentino, a través del canciller Héctor Timerman anunció ayer mismo que volverá a reclamar ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya ante la “decisión unilateral” de Uruguay de autorizar un aumento en la producción de la pastera UPM (ex-Botnia).
Timerman, que señaló que “la decisión unilateral de Uruguay deja a nuestro país en la obligación jurídica de recurrir a la Corte de La Haya”, tras lo cual indicó que el gobierno, “de la misma manera” con la que se opuso “a los fondos buitre”, impedirá “ser doblegado por una empresa trasnacional” como la pastera de origen finlandés.
Y hasta el gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri, calificó ayer tarde como “ofensiva” e “inentendible” la autorización de Mujica, y cuestionó que “pone en riesgo la relación histórica” entre ambos países.
Lo cierto es que la decisión de Mujica cayó muy mal, puesto que el lunes pasado, en medio de esta nueva controversia y donde se creyó que habían llegado a un acuerdo por la pastera, compartió con la presidenta Cristina de Kirchner el lanzamiento en Puerto Madero del buque “Francisco”, de la empresa Buquebús, que une a ambos países.
Pero finalmente, la “apariencia engañó” y ayer tarde Mujica reconoció que la autorización a la ex-Botnia “puede crear tensiones y malentendidos” con la Argentina.
Cabe recordar que tras 10 años del inicio del conflicto por las pasteras Botnia y Ence, en 2010, la Corte de La Haya había puesto fin a la disputa, que ayer volvió a reabrirse.