Que el PJ, ejerciendo el poder, perdiera por paliza en Salta era algo tan difícil de creer como que alguna vez River pudiera irse a la B.
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Que el PJ, ejerciendo el poder, perdiera por paliza en Salta era algo tan difícil de creer como que alguna vez River pudiera irse a la B.
Las dos cosas ocurrieron.
Imaginarse una “Salta trosca”, como dicen hoy los periodistas del resto del país luego de la elección Partido Obre, el domingo, requiere, sin embargo, mucha imaginación.
El 27 por ciento en Salta capital y una buena cosecha en varias ciudades no alcanza como para asegurar que está en marcha una revolución socialista, porque si uno se pone analizar bien los alcances de la propuesta del exitoso partido de Claudio del Pla encontrará varias cosillas que a los salteños medios no les convencen del todo.
Es cierto que los muchachos de la Salta roja se ponen susceptibles cuando los hacen hablar de lo que no les gusta. Ya dijeron que un panfleto que los presentaba como defensores del aborto y las expropiaciones era parte de “una campaña sucia”. Es cierto: nadie los invitaba a un debate, sino que era un brulote.
Es que hay gente que tiene miedo de que en serio lleguen al poder. Ellos también.
No faltó en estos días quien difundiera un comunicado donde advertía que votar al PO era “matar al papa Francisco”. La verdad es que, dicho así, da risa. Nadie que hable con Claudio del Pla o Gabriela Cerrano se los puede imaginar matando a nadie, y menos al Papa. Sonaba a campaña sucia, o berreta.
Pero ayer, Del Pla y Altamira se ocuparon de aclarar las cosas: esgrimiendo los 70 mil votos del domingo salieron a desafiar a la Iglesia y el dirigente nacional, poco cauto, dijo que el PO había derrotado a monseñor Cargnello.
Esto también es berreta.
Hace dos meses, medio millón de personas participó en la Procesión del Milagro; muchísmas, votaron al PO, y no encuentran contradicción, hasta ahora.
¿No calcularon que si en treinta años de militancia ellos llegaron a lo que llegaron, Martín de los Ríos podría agrandarse porque con su módica campaña de tres meses cosechó 12.500 votos para diputado del PRO?
Claro que no es fácil pisar la tierra cuando a uno le hacen sentir que vuela alto. Y el Indio Godoy, es cierto, es capaz de decir cualquier cosa. Pero cualquiera. Para subirse a la efemérides trotskista y sin calcular que si Juan Manuel Urtubey no hubiera dividido al oficialismo él le hubiera ganado a Del Pla, sostuvo que “la oposición se erigió en el PO” y, de inmediato, agregó una teoría que cuesta corroborar; para Godoy la tendencia a la izquierda se fue generalizando en este 2013. “Me parece que la construcción que vienen haciendo en países latinoamericanos es importante”. Probablemente el Indio piense que Nicolás Maduro representa un giro a la izquierda con respecto a Chávez; o que las FARC entregan las armas en Colombia porque derrotaron al capitalismo; o que Brasil marcha decididamente por los rumbos del socialismo o que Bachelet se parece en algo a Altamira.
En realidad, lo más probable es que el Indio quiera quedar bien con Del Pla, por si las moscas. Total, ¿qué le hace una mancha más al tigre?
Dijo algo más: que la gente que votó al PO es la que tenía bronca y que quiere seguir siendo presidente de la Cámara de Diputados. Claro, seguir manejando 150 millones anuales, ¿con el apoyo del PO?.
Esto no da risa.
Pero en el Partido Obrero -políticos argentinos al fin- están convencidos de que ellos representan a la voluntad de todos los salteños.
“El mandato popular eligió al Partido Obrero. Por eso vamos a realizar una gran cantidad de acciones que van desde gravar la especulación inmobiliaria hasta garantizar el acceso universal a la vivienda única”, sostuvo Arturo Borelli, quien entró como concejal pero habla como interventor d e la provincia. “Vamos a derogar el impuestazo de Miguel Isa”, prometió.
Cristina Foffani, consorte del líder del PO, redobló la apuesta y dijo que pedirán la expropiación del famoso predio de Pereyra Rozas, al que el Indio le echó el ojo aún antes de sus incursiones por Tolloche. Y para alegrar a la gente que tiene tantas ganas de ver las escuelas ocupadas, igual que en Buenos Aires -o como en la UNSa- Cristina prometió “la creación de centros estudiantiles en todas las escuelas”. Y aunque que estas ideas podrían resultar algo piantavotos, anunció que piensan seriamente en llegar a la intendencia de la capital.
Claudio Del Pla cree que la del PO “es la única fuerza independiente defendiendo las grandes causas populares” y anticipó la voluntad expropiadora: anunció un proyecto para incorporar 100 hectáreas de desarrollo urbano para hacer viviendas.
Pero Claudio no come vidrio: no dijo nada de expropiarle tierras a Facundo Urtubey. No vaya a ser que el Indio se le enoje.