Juventud, éxito y fama son tres ingredientes de una fórmula que le está causando indigestión tras indigestión al carilindo Justin Bieber, por lo menos a juzgar por los sucesos ocurridos en las últimas semanas, desde que aterrizó en Argentina el 8 de noviembre último.
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Juventud, éxito y fama son tres ingredientes de una fórmula que le está causando indigestión tras indigestión al carilindo Justin Bieber, por lo menos a juzgar por los sucesos ocurridos en las últimas semanas, desde que aterrizó en Argentina el 8 de noviembre último.
En Buenos Aires, como en todos los sitios del mundo donde va, incontables fans lo esperaban en la puerta del hotel, vivaban su nombre para que las saludara desde el balcón, pero no tuvieron éxito. Se cambió de hotel, y tampoco. Para colmo, en la madrugada del domingo 10, de regreso de su presentación en Córdoba, Justin fue al boliche Ink, de Palermo, y allí sus guardaespaldas agredieron a la prensa. Primero golpearon al fotógrafo Diego Pesoa y, luego, tres personas persiguieron al equipo del sitio farandulashow para sacarles la cámara.
Esa noche tenía que actuar en River Plate. No pudo. Luego de cantar cuatro temas se bajó dele escenario porque dijo sentirse descompuesto por “comida intoxicada”, sin embargo, otros suponen que la descompostura se debió a “una sucesión de excesos” cometidos en las pocas horas que estuvo en nuestro país. Antes de abandonar el show “barrió” el piso con una bandera que alguna fanática le arrojó seguro con la intención de que se la llevara de recuerdo o la firmara y se la devolviera.
Y algo más de su gira. El martes, en México, volvió a producir noticias al margen de lo artístico. En el primero de sus shows en el DF dijo que se había reunido con el presidente Peña Nieto y su familia. El mandatario salió rápido a aclarar que el encuentro no existió, sino que estuvo trabajando con su gabinete.
El pedido de captura
La causa iniciada en Argentina contra Justin Bieber alcanzó su punto más alto. Es que la denuncia que se le sigue al cantante canadiense por la agresión al reportero gráfico está caratulada dentro del fuero criminal y, por lo tanto, los abogados querellantes van a pedir que preste declaración en nuestro país. “Vamos a pedir la detención internacional de Justin Bieber”, dijo ayer al Diario Popular Matías Morla, el abogado defensor del fotógrafo Pesoa. Robo agravado, lesiones, violación de domicilio, son algunas de las acusaciones que deberá afrontar Justin por parte de la Justicia argentina.
“Nosotros tomamos esto como una cuestión personal, porque no puede ser que haya hecho todo lo que hizo y no pase nada”, contó Morla. Y parece que es así. Porque la idea de pedir la captura internacional es firme y después será el juez Candela el encargado de darle curso a ese pedido o desestimarlo. Además, presentaron un recurso para que el canadiense no pueda ingresar al país, salvo que se concrete el pedido de captura y de esa manera deba presentarse por la fuerza pública.
Esta no es una causa más. En el medio está el artista pop más importante del momento con más de 40 millones de seguidores en Twitter.
Por eso tendrá sus consecuencias.
El dato
El gesto de Bieber con la bandera desató en el país un aluvión de críticas hacia el cantante, quien unos días después se justificó en Twitter. “He oído sobre lo que está pasando conmigo en Argentina y estoy sorprendido. No quise nunca hacer nada para faltarle el respeto a Argentina, a la gente de Argentina o a los fanáticos”, escribió el cantante canadiense.
Además, explicó que él pensó que lo que estaba en el suelo era una camisa, no una bandera.
“Estoy mal porque tomaron mis acciones de forma incorrecta y espero que puedan perdonar este error”, concluyó Justin en el mensaje difundido por Twitter.