Enharinados y pintados hasta los tobillos, con hojas de albahaca en las orejas, papel picado y juegos de nieve, unas veinte mi miles personas dieron rienda suelta a la alegría en el entierro provincial del carnaval salteño.
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Enharinados y pintados hasta los tobillos, con hojas de albahaca en las orejas, papel picado y juegos de nieve, unas veinte mi miles personas dieron rienda suelta a la alegría en el entierro provincial del carnaval salteño.
Fueron dos jornadas de júbilo, en medio de la música tradicional y la danza de las agrupaciones carnestolendas. El tiempo amenazó con refrescar la jornada de 30 grados de temperatura, pero la lluvia se disipó rápidamente y se plegó a la fiesta popular. El entierro provincial fue una fiesta con características que lo identifican por años. De hecho la ciudad de Rosario de Lerma lleva 40 años de festejos ininterrumpidos de los entierros provinciales de carnavales.
Visitantes
Las carpas típicas con bandoneones y copleros no faltaron en el campo deportivo de Buen Retiro. Allí se montó un escenario mayor por donde desfilaron cantores folclóricos y tropicales como: Las Minifaldas, Kasandra, Guinda, Los Carperos, Los Cacharpayeros, David Leiva entre otros. Miles de visitantes de toda la región y otros puntos de la provincia llegaron temprano al predio. Al ritmo de los fuelles carperos transcurrió la tarde y concluyó bien entrada la noche.
El permisible desenfreno carnavalero continúo este martes con el desfile de treinta agrupaciones de toda la provincia entre las representantes del Valle de Lerma, Gemes, Rosario de la Frontera, San Antonio de los Cobres y las ganadoras del corso capitalino. Alrededor de seis horas duró la colorida y original pasada por la avenida Cecilio Rodríguez de tres mil integrantes de murgas, caporales y comparsas.
El desfile
“Esta manifestación popular fortalece nuestra identidad como pueblo y nos une a los viejos ancestros con sus rituales. El desfile carnestolendo oficia de corolario de diversas actividades que se desarrollaron en nuestra ciudad. Esta fiesta la disfrutan vecinos y turistas”. destacó el intendente Sergio Ramos.
En la madrugada, el encuentro de brujos fue el anunció de la ceremonia final del entierro del carnaval con la quema tradicional del “Pujllay”, el muñeco que representa al diablo andino. Ahora deberá descansar y arrimar nuevas fuerzas para volver a desandar los caminos del Valle de Lerma en el verano próximo, cuando en Rosario de Lerma se convoque a la fiesta provincial del carnaval salteño.
Corte de calles
y el mal humor
El ritmo del carnaval es festejado y aceptado por muchos. Pero la organización deberá tener en cuenta que la libre circulación es derecho de todos. El espectáculo termina arruinado por acciones de participantes y controladores del evento, como el ritual escatológico de los varones que a falta de baños públicos hacen de las veredas y frentes de las casas el rincón adecuado para descargar sus necesidades.
Ni hablar de las paredes arruinadas con pintura al aceite. O los cortes de calles donde se realiza el evento y varias adyacenets. Con cortes de tránsito innecesarios muchas horas previas al inicio del corso. Todo esto trae aparejado malhumor, reproches e insultos de los damnificados. Quizás un nuevo escenario acorde a la circunstancias tendría que ser pensado por los organizadores para las próximas ediciones de estos corsos tradicionales.