“¿Quién es usted?, ¿qué quiere?, muestre su identificación porque no creo que sea periodista”, fueron las palabras de dos de los damnificados antes de recibir a El Tribuno.Luego de despejar cualquier tipo de dudas, amablemente, las víctimas relataron sus hechos y se mostraron con ánimos de prevenir al resto de la población.
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“¿Quién es usted?, ¿qué quiere?, muestre su identificación porque no creo que sea periodista”, fueron las palabras de dos de los damnificados antes de recibir a El Tribuno.Luego de despejar cualquier tipo de dudas, amablemente, las víctimas relataron sus hechos y se mostraron con ánimos de prevenir al resto de la población.
Tanto el médico Miguel Angel Arroyo, la empleada doméstica Mónica Flores y la jubilada Elba Rodríguez, aseguraron a este matutino haber vivido momentos de extremo pánico.
“Aún estoy angustiado, pero tenía que venir al Hospital de Niños y por eso estoy acá cumpliendo con mi labor, pero me gustaría estar en casa, con mis hijas”, dijo el profesional.
Por su parte, la mujer, ya retirada de las actividades laborales, comentó que “mi hija me pidió que no vuelva a atender el teléfono ni que le abra la puerta a un extraño. Quedé bastante mal después del llamado y creí que esto no me iba a tocar nunca”.
De igual manera, Flores se mostró en evidente estado de shock y comentó que su situación fue particular y hasta puso en juego su vida.
“Cuando dejé descolgado el teléfono, sabía que no podía salir por la puerta principal del edificio porque ahí supuestamente estaban los raptores, así que no dudé en ir a la terraza a pedir ayuda”.
“Lamentablemente me cansé de gritar y no había nadie, tiré broches hacía los techos de los vecinos pero nadie oía nada, así que me animé a saltar desde una altura superior a cinco metros y caí en el patio de unos chicos que viven a la vuelta”.
“No sé todavía por qué no me quebré entera, pero lo único que hice fue llorar y pedir ayuda”.
“Luego -continuó-, me tranquilizaron y desde la casa de ellos llamamos a la Policía y a mi patrón. Yo estaba desesperada, no solo por mi bienestar, sino que además, dejé sola a una anciana y no quería que se metan a lastimarla a ella”.
También en Guachipas
Tras los llamados a los damnificados ya mencionados, los delincuentes llamaron a Walter Laguna (36), domiciliado en la localidad de Guachipas, y le dijeron que tenían secuestrado a su hermano, pero éste no les creyó y denunció el caso a la dependencia policial del lugar.
“Están operando desde Córdoba”
Luego de las decenas de denuncias recibidas por intentos de secuestros virtuales y cientos que no son informados a la Policía por temor a represalias, Edgar Erazo, el jefe de la Brigada de Investigaciones 1 de Salta, solicitó que la gente colabore con la labor policial, aunque también entendió a los que no se animan a hacerlo.
“En medio de la falta de comunicación, las víctimas creen que el hecho es real, que está consumado, acceden a todo y en el peor de los casos depositan dinero”, sostuvo Erazo.
“Es difícil solicitar que la gente aporte datos, pero le pedimos serenidad a la ciudadanía. En Salta no tenemos registrados secuestros. Solicitamos que ante cualquier llamada extorsiva se comuniquen al Sistema de Emergencias 911 o a la seccional más cercana”, puntualizó.
Al ser consultado por los datos que tienen sobre los delincuentes que realizan estas llamadas, Erazo comentó: “Comprobamos que una de las transacciones por $12.000 fue cobrada en la provincia de Córdoba. Falta determinar si el dinero fue retirado por el titular de la cuenta y si el delincuente opera con un DNI propio, ajeno o falso. Sabemos que estos sujetos no operan en Salta, sino desde esa provincia. Todo se maneja vía telefónica. Es virtual porque no hay contacto físico con nadie y eligen a sus víctimas al azar”, finalizó el alto oficial.
Por último, tanto Erazo como diferentes efectivos de la cúpula policial, pidieron a la población que tenga especial cuidado con las personas que buscan obtener datos de algún miembro familiar.