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El hermano del sicario: ?Con mi familia decidimos alejarnos?

Jueves, 11 de abril de 2013 09:40

Manuel Barrios es el hermano del sicario que fue filmado con machetes y armas largas, el mismo al que Juan Pablo Moscoso, que denunció que el narcotráfico se quiere quedar con tierras en su posesión, le metió un tiro en el estómago el 10 de marzo pasado, cuando se le acercaba corriendo con un machete. “Tuvimos problemas familiares, normales. Con mi familia decidimos alejarnos; distanciarnos un poco de mi hermano. Con mi esposa, para nuestros hijos, elegimos la honestidad y eso nos fue separando”, dijo Manuel, para despegarse de su hermano Julio Ernesto Barrios, acusado por Moscoso de ser un sicario del narcotráfico y de amenazar a su familia, en el límite con Bolivia, a 25 kilómetros de la ciudad oranense de Aguas Blancas.
Manuel es presidente de la Cooperativa 15 de Abril de la ciudad de Orán, que agrupa a los que viven del comercio ilegal de mercadería en la frontera. Se trata de más de 3.000 personas, entre bagayeros y transportistas, que todos los días lleva el pan a su casa, después de cargar, correr el riesgo de ir presos para finalmente entregar enormes y pesados bultos, con todo tipo de cosas. Muchos de estos trabajadores viven honestamente de esta actividad ilegal, pero muy sacrificada. Otros aprovechan ese tráfico hormiga para filtrar cocaína desde Bolivia. El movimiento de bagayeros hace un gran esfuerzo por controlar su gente de infiltrados y por alejar todo vínculo con las drogas.
 

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Manuel Barrios es el hermano del sicario que fue filmado con machetes y armas largas, el mismo al que Juan Pablo Moscoso, que denunció que el narcotráfico se quiere quedar con tierras en su posesión, le metió un tiro en el estómago el 10 de marzo pasado, cuando se le acercaba corriendo con un machete. “Tuvimos problemas familiares, normales. Con mi familia decidimos alejarnos; distanciarnos un poco de mi hermano. Con mi esposa, para nuestros hijos, elegimos la honestidad y eso nos fue separando”, dijo Manuel, para despegarse de su hermano Julio Ernesto Barrios, acusado por Moscoso de ser un sicario del narcotráfico y de amenazar a su familia, en el límite con Bolivia, a 25 kilómetros de la ciudad oranense de Aguas Blancas.
Manuel es presidente de la Cooperativa 15 de Abril de la ciudad de Orán, que agrupa a los que viven del comercio ilegal de mercadería en la frontera. Se trata de más de 3.000 personas, entre bagayeros y transportistas, que todos los días lleva el pan a su casa, después de cargar, correr el riesgo de ir presos para finalmente entregar enormes y pesados bultos, con todo tipo de cosas. Muchos de estos trabajadores viven honestamente de esta actividad ilegal, pero muy sacrificada. Otros aprovechan ese tráfico hormiga para filtrar cocaína desde Bolivia. El movimiento de bagayeros hace un gran esfuerzo por controlar su gente de infiltrados y por alejar todo vínculo con las drogas.
 

Al conocerse públicamente que el hermano del presidente de la cooperativa era acusado de “sicario del narcotráfico”, los bagayeros le exigieron al dirigente una explicación pública. Por eso viajó desde a Orán, para hablar con El Tribuno. Los Barrios son cinco hermanos de Orán, tres varones. “En mi familia, mi señora y mis hijos, la noticia cayó muy mal. Porque soy un trabajador de la frontera hace muchísimos años, porque nosotros supimos diferenciar las aguas. Trabajamos honestamente por nuestro lado y no queremos saber nada con lo que es deshonesto. Pero yo me puedo juntar con cualquiera, porque soy honesto y no quiero tener nada que ver con todo lo que sea malo, digamos”, explicó Manuel Barrios.
“No tengo ningún tipo de relación con ese supuesto sicario. Es mi hermano, pero yo no tengo ningún tipo de relación con él. Ni laboral, ni personal. Quería dejar bien en claro que no tengo nada que ver. Esto me perjudica mucho como presidente de la cooperativa, que no es mía, sino de todos y que yo manejo circunstancialmente”, explicó. 
 

Una aclaración necesaria

“Mis compañeros me encargaron que haga esta declaración pública, porque llevamos una larga lucha contra el narcotráfico los bagayeros. Entonces vengo a separar las cosas y a decir que no tengo nada que ver con lo que hace o haga mi hermano”, aclaró ayer en la redacción, el dirigente bagayero.
“Hay distintos grupos de gente trabajando en la frontera. En el nuestro tenemos la plena seguridad de que somos gente que trabaja para mejorar la calidad de vida de nuestras familias. Nos gustaría tener un trabajo en blanco, que exista un proyecto que genere fuentes genuinas de trabajo. Hoy, la realidad es que si nos cortan las fuentes de trabajo, esto va a ser un caos total. En Orán no hay fuentes de trabajo, mucho menos para la cantidad de personas que hoy están desocupadas. Miles de personas viven directa o indirectamente de nuestro trabajo. Nos gustaría trabajar en el marco de la ley. Pero tenemos que trabajar‘, agregó.
“Lo que pasó nos involucra a todos los que hacemos la cooperativa y no queremos que se manche el nombre de la cooperativa. Yo no tengo relación con él. Orán es un pueblo chico y todo el mundo lo sabe. Hace cinco años que no lo hablo. No vi el video. No conocía de sus actividades, aunque yo vivo denunciando este tipo de cosas y no me hubiese temblado el pulso para denunciarlo. En Orán la gente nos conoce. No permitimos gente extraña”, terminó de aclarar el hermano del hombre filmado vestido de guerrillero.
 

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