El papa Francisco instruyó ayer al Vaticano a actuar decisivamente en los casos de abuso sexual por parte de religiosos y a tomar medidas contra los sacerdotes pedófilos por considerar que la “credibilidad” de la Iglesia católica está en juego.
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El papa Francisco instruyó ayer al Vaticano a actuar decisivamente en los casos de abuso sexual por parte de religiosos y a tomar medidas contra los sacerdotes pedófilos por considerar que la “credibilidad” de la Iglesia católica está en juego.
El papa Francisco actuará “con decisión” contra los casos de abuso sexual en el seno de la iglesia católica, promoviendo “medidas de protección” a los menores involucrados, brindando ayuda a las víctimas y tomando las “medidas debidas” hacia los culpables.
Siguiendo la misma línea de su predecesor, el papa emérito Benedicto XVI, el argentino Jorge Bergoglio expresó ayer -a 23 días de ser elegido papa- su posición sobre uno de los temas más espinosos y difíciles que debía afrontar su pontificado.
Según informó la Santa Sede en un comunicado, el papa se reunió ayer por primera vez con el prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Gerhard Ludwig Muller, con quien abordó diversos “temas de competencia del dicasterio”, pero especialmente la reunión giró en torno a los casos de pedofilia que ensombrecieron a la Iglesia en las últimas décadas.
La orden: actúen con decisión
“El Papa ha recomendado en particular que la congregación, prosiguiendo la línea deseada por Benedicto XVI, actúe con decisión en todo lo que se refiere a los casos de abuso sexual”, indicó el comunicado oficial de ayer.
El Papa agregó que esa línea supone actuar “promoviendo ante todo medidas de protección de los menores, ayuda para los que en el pasado han sufrido violencia, las medidas debidas hacia los culpables, el compromiso de las conferencias episcopales en la formulación y actuación de las directrices necesarias en este ámbito, importante para el testimonio y la credibilidad de la Iglesia”.
Asimismo, se indicó que el Santo Padre “ha asegurado que las víctimas de abusos están presentes, de modo especial, en su atención por los que sufren y en sus oraciones”.
Con su contundente pronunciamiento de hoy, Bergoglio busca proseguir la línea de “tolerancia cero” que instauró el papa emérito Benedicto XVI, quien en 2010 actualizó el documento vaticano “De Delicta Graviora” sobre los delitos graves contra la moral y los sacramentos.
Las denuncias son 1.800
En el mes de febrero, la Congregación para la Doctrina de la Fe informó que en los últimos tres años habían llegado al Vaticano 1.800 denuncias de casos de abusos sexuales a menores por parte de clérigos.
El promotor de justicia de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Roberto Oliver, explicó en ese momento que la mayoría de las denuncias presentadas en los últimos tres años “son casos cometidos entre 1965 y 1985”, cuyas víctimas recién ahora se animan a exponer ante las autoridades de esa organización.
Según consta en ese informe, el mayor número de denuncias se produjo en 2004, cuando llegaron 800 al dicasterio vaticano encargado de este tipo de delitos.
En 2011 se envió a todas las conferencias episcopales del mundo una guía para afrontar los casos de manera “coordinada y eficaz”.
Oliver puntualizó que el Vaticano hace diez años comenzó a encarar las acciones contra la pedofilia reclamadas por Joseph Ratzinger, primero prefecto de la Congregación, luego proclamado Benedicto XVI y ahora papa emérito.
Este sacerdote, profesor de Derecho Canónico surgido de la Diócesis de Boston, Estados Unidos -una de las más golpeadas por los escándalos de pedofilia- presentó las actas del simposio contra los abusos del clero en febrero de 2012, que establecieron un marco para las actuaciones de la congregación.
Es que la congregación es depositaria del mandato papal para la coordinación mundial de la lucha contra el abuso sexual de los sacerdotes contra los niños.