Los tres cachetazos sufridos ante San Lorenzo calaron hondo en los hinchas de Boca Juniors, que solo se aferran a lo que el equipo pueda lograr el miércoles ante el Corinthians por la revancha de los octavos de final de la Copa Libertadores.
inicia sesión o regístrate.
Los tres cachetazos sufridos ante San Lorenzo calaron hondo en los hinchas de Boca Juniors, que solo se aferran a lo que el equipo pueda lograr el miércoles ante el Corinthians por la revancha de los octavos de final de la Copa Libertadores.
Si bien el principal objetivo trazado por Carlos Bianchi, apenas asumió, fue la Libertadores, el paupérrimo torneo que está realizando el equipo en el torneo local no deja de sorprender. Con uno de los planteles más ricos del futbol argentino, el xeneize se encuentra en la penúltima posición de la tabla y, como agravante, hace 12 partidos que no gana.
Es real que las inumerables lesiones que sufrieron algunos jugadores clave conspiraron con el plan que elaboró Bianchi para encarar la triple competencia, pero también es real la falta de un patrón de juego, que nunca apareció. Boca jugó un solo partido en el nivel que se espera. Justamente ante el rival más complicado de todos: el Corinthians, por la ida de los octavos de final. Lo demás fue de regular para abajo.
La inclusión de muchos juveniles es la gran apuesta del entrenador boquense, pero la falta de convicción de este equipo es alarmante.
Así las cosas, toda la expectativa estará enfocada a lo que ocurra el miércoles en San Pablo, donde el conjunto de la Ribera tendrá el más duro desafío para revertir un semestre impensado, que hasta ahora le trajo más preocupaciones que satisfacciones.
Boca tiene un plus extra, a la hora de jugar un mano a mano en la Libertadores y sobre todo teniendo a Bianchi en el banco. Pero es necesario que en este grupo aflore esa mística copera en este tramo de la competencia, la que Boca conoce más que nadie.
Es todo un interrogante lo que pueda suceder si se fracasa en Brasil, pero por ahora en la Ribera nadie quiere pensar en ello.
Con Riquelme de mediapunta
Con el objetivo de mantener la ventaja lograda en la Bombonera, Boca trabajó ayer en Casa Amarilla y lo hará también hoy para emprender mañana el viaje a Brasil. La principal incógnita gira alrededor de Juan Román Riquelme y su desgarro. Carlos Bianchi avisó que se tomará estos dos días para observar su rendimiento con la pelota y finalmente tomar una decisión. En tanto, el enganche jugó ayer como mediapunta en la práctica de fútbol a puertas cerradas, donde el DT ensayó con una formación 4-4-1-1. La principal novedad fue la inclusión de Riquelme como falso segundo delantero, recostado sobre el costado izquierdo del ataque, detrás de Nicolás Blandi, único punta definido.
Durante la práctica Román se movió con precaución y se mostró como el dueño de los tiros libres y córners, un aspecto que podría resultar clave en el Pacaembú para defender la ventaja de 1-0 lograda en el partido de ida ante el actual campeón sudamericano y mundial.
El ídolo xeneize no juega desde el 21 de abril, cuando sufrió un desgarro de tres milímetros en el isquiotibial izquierdo. Su participación en la práctica no implica la confirmación de su titularidad en San Pablo, pues Bianchi avisó que lo evaluará hasta hoy para decidir si juega o no. Del mismo modo procederá con el marcador lateral izquierdo Clemente Rodríguez, que ayer también integró el equipo titular durante el ensayo de 45 minutos ante los juveniles.