La muerte de una joven de 20 años por una infección que los médicos no pudieron detener hace semanas en Salta vuelve a mostrar los riesgos que aún implica el embarazo o el parto en Argentina. En el país pierden la vida 4 mujeres por cada 10.000 nacimientos y los riesgos se elevan en provincias históricamente postergadas.
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La muerte de una joven de 20 años por una infección que los médicos no pudieron detener hace semanas en Salta vuelve a mostrar los riesgos que aún implica el embarazo o el parto en Argentina. En el país pierden la vida 4 mujeres por cada 10.000 nacimientos y los riesgos se elevan en provincias históricamente postergadas.
Complicaciones relacionadas con el aborto y problemas como las infecciones están entre las principales causas de mortalidad materna.
En el país fallecen, en promedio, 4 mujeres por cada 10.000 chicos que nacen vivos según indican los últimos datos registrados por el Ministerio de Salud de la Nación, correspondientes a 2011.
En mayo, una joven de 20 años perteneciente a una comunidad aborigen de Tartagal murió en el Hospital San Bernardo con un diagnóstico de sepsis.
Había llegado derivada desde el norte provincial después de un aborto, que fue espontáneo según se conoció. Amputarle una pierna fue una de las posibilidades que manejaron los médicos para frenar la infección, pero no se pudo concretar.
Fuentes relacionadas con dos organizaciones vinculadas a los derechos de género dijeron que se demoró la atención tras la primera consulta que hizo la paciente en Tartagal cuando empezó a sufrir dolores y pérdidas.
El caso podría derivar en una presentación judicial en los próximos días y refleja el impacto de la falta de prevención en el derecho a la vida de las mujeres.
En la provincia el índice oficial de mortalidad materna era de 3,9 decesos cada 10.000 nacimientos en 2011. La cifra local había bajado después de tocar un pico de 8,4 en el año 2009.
Si bien el indicador de Salta mejoró, varios altibajos anteriores sugieren que esta tendencia podría no ser definitiva y que hacen falta políticas de largo plazo en la materia.
A nivel nacional la mortalidad también tuvo una baja en los últimos años. Pero el ritmo de descenso es lento.
“Argentina está lejos de cumplir el compromiso de reducir en tres cuartas partes la mortalidad materna con respecto al valor que mostraba en el año 1990, cuando suscribió los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Salta también está en deuda al mostrar una cifra similar a la media nacional”, dijo a El Tribuno Graciela Abutt Carol, abogada especializada en cuestiones de género.
La prevención, el control cercano de los embarazos y la educación sobre salud sexual y reproductiva aparecen como los puntos más importantes para evitar las muertes asociadas con la maternidad.
“Quienes toman las decisiones no tienen presente la idea de que se trata de un tema complejo que debe ser abordado desde varias dimensiones, con políticas sanitarias eficientes, enfoque de derechos, programas de educación y conserjerías en los centros de salud”, señaló Abutt Carol.
La profesional también se refirió a “la postergada reglamentación de la ley de sexualidad responsable, que permitiría que el programa de salud reproductiva obtenga presupuesto propio”.
“Enfrentar el debate”
Las dificultades relacionadas con el aborto, natural o inducido, provocan el 26 por ciento de las muertes maternas en el país según indica un informe del Observatorio de Salud Sexual y Reproductiva.
El resto de los casos se reparte entre causas como trastornos de hipertensión, infecciones, hemorragias y problemas asociados con la placenta.
Graciela Abutt Carol llamó a sincerar el análisis. “La causa principal de la mortalidad materna son las complicaciones por abortos clandestinos, situación que nos obliga a enfrentar abiertamente el tema y debatirlo”, indicó.
Solo en 2012, el Hospital Público Materno Infantil tuvo que atender a más de 2.000 mujeres tras la interrupción de un embarazo. En esta cifra se incluyen abortos naturales y provocados. Esta misma institución registró al menos 10 muertes por esta causa desde 2010.
Las posibilidades de morir por motivos relacionados con el embarazo o el parto se elevan en el interior del país y son otra muestra de los desequilibrios que persisten entre las provincias.
En 2011, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires hubo 1,3 muertes por cada 10.000 nacimientos y en Santa Cruz ninguno, pero la cifra saltó a 12,5 en Formosa, 11,5 en Jujuy y 8,6 en Chaco.
Los altibajos en las estadísticas de la provincia
La tasa de mortalidad materna en la provincia bajó en los últimos años, pero con oscilaciones que sugieren que podría volver a crecer sin una estrategia estable.
En 1991 el índice era de 11,6 muertes por cada 10.000 nacidos vivos. Después de varios altibajos, en el año 2000 bajó a 4,3, pero al año siguiente subió nuevamente a 6,5.
En 2006 volvió a ubicarse en 4, pero fue aumentando de nuevo hasta llegar a 8,4 en 2009. La última cifra publicada, correspondiente a 2011, era 3,9.
A nivel nacional, la mortalidad bajó poco a lo largo de las últimas dos décadas. El promedio de mujeres fallecidas por cada 10.000 nacimientos en el país era de 5,2 en 1991 y actualmente es de 4.
De las argentinas que perdieron la vida por causas relacionadas con el embarazo, el parto o el puerperio en 2011, el 24 por ciento tenía de 30 a 34 años.
El 20 por ciento, en tanto, estaba entre los 25 a 29 años y el 18 por ciento entre los 35 a 39 según muestran los números difundidos por la Dirección de Estadísticas e Información de Salud de la Nación.
En 2011, último año sobre el que se registran estadísticas oficiales en Argentina, hubo 321 muertes maternas en todo el país. Sobre este total, son 14 los casos que se produjeron en Salta.