Las consecuencias que traería el último fenómeno climático en Salta eran predecible, pero no se esperaba que fuera de tal magnitud. Es que la cantidad de trabajadores rurales registrados que a raíz de la helada perdieron su trabajo en las zonas frutihortícolas de Salta asciende a 2.700, según las estimaciones realizadas por el delegado de la Federación Agraria Argentina.
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Las consecuencias que traería el último fenómeno climático en Salta eran predecible, pero no se esperaba que fuera de tal magnitud. Es que la cantidad de trabajadores rurales registrados que a raíz de la helada perdieron su trabajo en las zonas frutihortícolas de Salta asciende a 2.700, según las estimaciones realizadas por el delegado de la Federación Agraria Argentina.
“Es indudable que una gran cantidad de personas ya perdieron su empleo y es probable que se incremente más aún la cantidad”, expresó Diego Lamas, presidente de la Asociación de Productores de Frutas y Hortalizas de Salta. Agregó que “entre Orán y Colonia de Santa Rosa, el total de empleados que trabajan en el sector frutihortícola asciende 10.000 mil y si bien aún no están los datos oficiales, se calcula que los desempleados se acercan a los 3.000”.
Otro productor, Martín Ortíz, estimó que “la cantidad de personas que perdieron su empleo supera las 3.000. En Colonia de Santa Rosa hay 5.000 hectáreas de hortalizas y por cada una se emplean hasta 4 personas”.
Las temperaturas que alcanzaron los 2 grados bajo cero quemaron 10.900 hectáreas cultivadas, la mayoría ubicadas en el departamento de Orán.
Los cálculos del total de las pérdidas trepan a $535.000.000, no en vano es la peor helada en 25 años.
En Orán se relevaron 9.900 hectáreas arruinadas por el frío, entre las cuales la mayoría, 6.500, son de hortalizas, mientras que 3.400 de banana. Solo en tomate, se perdieron $300 millones, $7 millones en pepino, $96 millones en banana, $35 millones en choclo, $16 millones en pimiento y $27 millones en berenjena.
“Los productores que se quedaron sin nada, no tienen otra alternativa que despedir a sus empleados, sobre todo los que producen hortalizas. El cálculo se complica más porque hay un número importante de trabajadores no registrados”, manifestó un empresario de cítricos.
Emergencia
Los productores insisten con la declaración de la Emergencia Agropecuaria Nacional ya que ello generaría beneficios que permitirían paliar la situación. No ven de cerca esa posibilidad, tampoco los funcionarios provinciales dieron señales de un avance en el pedido al Gobierno nacional. Incluso los empresarios declaran en off que las expectativas se ven reducidas considerando que todavía no se logró que se declare la emergencia nacional por la sequía que generó pérdidas por $4.000 millones.
No obstante, la ayuda para evitar los despidos por parte de los empresarios afectados ya se puso en marcha, según informaron en el Registro Nacional de Trabajadores y Empleadores de Agrarios (Renatea), unos 3.200 peones cobrarán $800 durante cuatro meses. Para los pequeños productores habrá una línea de créditos que lanzó la Provincia de solo $35.000 a tasa cero. En tanto, los medianos y grandes productores podrán acceder a créditos de hasta $500 mil con una tasa subsidiada por la Provincia del 15%.
Son casi 60 mil los trabajadores registrados
De acuerdo a los datos que relevó el Departamento de Investigación y Estadísticas del Renatea (Registro Nacional de Trabajadores y Empleadores Rurales), luego de cruzarlos con AFIP, en Salta hay, actualmente, 38.410 trabajadores blanqueados, y 21.207 que están registrados en AFIP pero no en Renatea (condición obligatoria).
Los sectores que más trabajadores rurales emplean en la Provincia de Salta son los que se dedican al tabaco, fruta, legumbre, cítrico, ganadero, cerealero y la caña de azúcar, entre otros.
En diálogo con El Tribuno, la titular de Renatea en Salta, Nora Giménez, expresó que “en el campo hay un altísimo nivel de subregistración. Trabajan más meses de los que están anotados”.
Alfabetización
El sector rural es uno de los que mayor informalidad presenta, y donde se registra un alto porcentaje de personas que no saben leer ni escribir. En virtud de ello es que el Renatea firmó, meses atrás, un convenio para la capacitación de los trabajadores rurales con el fin de que en un plazo breve aprender a leer y escribir.