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Las muertes y el fútbol, un drama que golpea

Jueves, 29 de agosto de 2013 02:05

Lamentablemente, muchas veces esperamos que las desgracias sucedan, que los imponderables nos sacudan y que los tragedias nos golpeen para reaccionar, reflexionar, agudizar nuestra crítica, volvernos eruditos, analíticos y buscar los cauces para la prevención de problemáticas que están a la vuelta de la esquina: en el potrero, en el barrio o a la salida del colegio, pero que “manchan la pelota” con un estigma tan penetrante como el de la violencia.

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Lamentablemente, muchas veces esperamos que las desgracias sucedan, que los imponderables nos sacudan y que los tragedias nos golpeen para reaccionar, reflexionar, agudizar nuestra crítica, volvernos eruditos, analíticos y buscar los cauces para la prevención de problemáticas que están a la vuelta de la esquina: en el potrero, en el barrio o a la salida del colegio, pero que “manchan la pelota” con un estigma tan penetrante como el de la violencia.

El fallecimiento de Héctor Sanabria, el delantero de Laferrere que cayó desplomado en el campo de juego por un paro cardiorrespiratorio, reabrió las puertas de viejos debates a raíz de un tema que cuenta con antecedentes. Si el mundo del fútbol en todos sus estratos (profesional, liguista, amateur, aficionado) hoy está totalmente indefenso y permeable ante el drama de las muertes súbitas por causas cardíacas, dada la carencia de instrumentos; o por la falta de reglamentación en todas las categorías de la obligatoriedad de chequeos previos, ¿cuánto más desprotegido está el fútbol salteño?

Si bien desde la Liga Salteña se instrumentó la asistencia médica en las canchas del Anual, los servicios de emergencia contratados no cubren todos los flancos en materia de prevención, fundamentalmente, el desfibrilador, aparato que podía haber salvado la vida de Sanabria. El titular de la Liga, Sergio Chibán, manifestó la intención de adquirir este instrumento a favor de los futbolistas salteños, aunque la insuficiencia de recursos y los altos costos atentan contra esta voluntad.

No hay reglamentaciones en el país sobre la obligatoriedad de chequeos ni recursos a nivel Liga para prevenir. En torneos de índole amateur (inter-countries) sí existe esa regla. Un contrasentido tan grande como el dolor por la tragedia.

 La última súplica de Héctor Sanabria

“Por favor, llamá al médico que me siento mal”, fueron las últimas palabras que logró esbozar Héctor Sanabria, ya atornillado al suelo, poco antes de morir en pleno campo de juego a causa de un paro cardiorrespiratorio, durante el encuentro que su equipo, Laferrere, disputó con Lamadrid por el torneo de la Primera C Metropolitana. El peso de la conmocionante tragedia que afecta al fútbol provoca aún mayor impotencia al corroborar que el hecho podría haberse evitado, de no ser por la carencia de medidas preventivas y de un aparato desfibrilador que no debería faltar en ninguna cancha de fútbol de la Argentina. “El jugaba de nueve, la pelota estaba en nuestro campo. Aparentemente, le dijo a un defensor rival que paren, ya que se sentía mal y ahí comenzaron a los gritos los pedidos de camilla y de una ambulancia. Pensamos en ese momento que se trataba de una fractura, jamás pensé que iba a suceder esto. Nadie podía imaginar algo así. Había hecho toda la pretemporada sin problemas”, relató sin consuelo Sergio Geldstein, ayudante de campo de Laferrere. Siete minutos pasaron desde el ingreso de la ambulancia y el traslado de Sanabria al hospital. No fueron suficientes para salvarle la vida.

“Mejor es prevenir”

Ante el pedido casi desesperado por un desfibrilador, Luis de la Vega, médico de Juventud Antoniana, plasmó otra postura: “Mejor que comprar un desfibrilador es la prevención, mejor sería un cardiólogo especializado en los clubes y en la Liga. El porcentaje de la población de muertes súbitas es muy bajo. El riesgo disminuiría haciendo estudios cardiológicos o electrocardiograma por ejemplo”. Sobre el panorama en la provincia, el facultativo sostuvo que “en el club apenas nos autorizan un electro, hacer otros estudios sale muy caro. Estamos expuestos a que pasen estas cosas. En la Liga debería haber un cardiólogo para los chicos del Anual y las inferiores. Pero sigue todo igual, no cambia nada. Los exámenes son por ser amigo de fulano. El fútbol en Salta debería profesionalizarse”.

“Cuidemos a nuestros pibes”

“Nunca le había pasado nada que pudiera alertar sobre esto; una gastroenterocolitis, como mucho. Siempre fue sano, fuerte, hombre del fútbol y muy profesional, le encantaba lo que hacía”, fueron las primeras reflexiones de Alejandro Sanabria, hermano del jugador fallecido, a un programa radial. “Nunca se hacían estudios. Hasta jugó en Guatemala, Costa Rica, con temperaturas altísimas. Los médicos no supieron explicarnos bien cómo había muerto, solamente que llegó sin vida. Hoy desde este lugar doloroso pido que no se vuelva a repetir. ­Cuidemos el fútbol! ­Cuidemos a los pibes! Esto es lo más lindo que hay, nos da muchas alegrías y no puede ser que nadie haga nada”, fue el desgarrador testimonio del hermano de Héctor.

La intención de la Liga Salteña

Ante el lamentable suceso ocurrido en el ascenso bonaerense y habida cuenta que en Salta no hay medidas de prevención concretas, el titular de la Liga Salteña, Sergio Chibán, le adelantó a El Tribuno que se tratará en reunión de comité ejecutivo la necesidad de un desfibrilador, aunque “los clubes son reacios a cualquier cosa que incremente los costos. Comprar o alquilar un aparato de estos nos resulta inalcanzable”.

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