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El terrible destino de la chica cordobesa asesinada en EEUU

Domingo, 29 de septiembre de 2013 02:50

“­Hijo de puta!”, gritó José Pelosso, el padre de Silvina, cuando escuchó a Cary Stayner contar, en la audiencia judicial el modo en que había asesinado a su hija de 16 años, que se encontraba de paseo en Estados Unidos, en la casa de Carole Carrington (43) amiga de Raquel, la madre de la joven víctima.

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“­Hijo de puta!”, gritó José Pelosso, el padre de Silvina, cuando escuchó a Cary Stayner contar, en la audiencia judicial el modo en que había asesinado a su hija de 16 años, que se encontraba de paseo en Estados Unidos, en la casa de Carole Carrington (43) amiga de Raquel, la madre de la joven víctima.

Ambas mujeres - que se conocían desde niñas- habían planeado que la adolescente cordobesa fuera al país del norte para conocer El Gran Cañón del Colorado con Carole y su hija July de 15 años.

Silvina Pelosso, era una excelente alumna del Instituto Domingo Faustino Sarmiento, del barrio San Vicente de la capital mediterránea.

La familia era muy conocida puesto que tenían una fábrica de soda y jugos muy popular en el vecindario.

El viaje había sido una especie de premio por su responsabilidad. Lamentablemente, todo terminó muy mal.

 

La ruta de las mujeres

El 14 de febrero Carole Carrington, su hija July Sund y Silvina Pelosso viajaron desde Eureka, Estados Unidos, hasta San Francisco, donde la mujer alquiló un Pontiac Grand Prix rojo y se fueron a Stockton. Al día siguiente partieron hacia Modesto, recorrieron la ciudad y se fueron al Parque Nacional Yosemite. Allí se hospedaron en el hotel Cedar Lodge.

Esa noche fue la última vez que Carole habló con su esposo Jens Sund. A partir de ese momento solo hubo silencio y misterio.

Ante la falta de noticias, ambas familias comenzaron la búsqueda de las mujeres, sin embargo recién se supo de ellas el 18 de marzo, cuando encontraron quemado el Pontiac en el fondo de un barranco. En el interior del baúl estaban los cuerpos de Silvina Pelosso y Carole Carrington. El cadáver de la estudiante cordobesa fue el último en ser reconocido y esto se pudo hacer solo a través de un estudio de ADN porque se hallaba totalmente calcinado

El cuerpo de July estaba a orillas del lago Don Pedro... había sido degollada.

Los sospechosos

Un equipo de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) comandado por James Madock, director de la delegación de Sacramento, California, comenzó la pesquisa e interrogó a Cary Stayner (38), entre otros, quien era conserje del hotel donde habían estado alojadas las viajeras. Pero finalmente quedó fuera de toda sospecha, porque partieron con el supuesto de que habían sido asesinadas por un grupo de drogadictos.

En base a esa teoría, los detectives capturaron a dos posibles asesinos: Billy Strange (39) y sus amigo de 55 años, Darrell Gray Stephen. Ambos negaron ser los autores del horroroso crimen.

Cinco meses después, el 22 de julio, apareció muerta en el Parque Yosemite, Joie Ruth Amstrong (26), una guardaparques que trabajaba en el lugar. Pero Joie en su afán por defenderse del asesino, dejó una gran cantidad de rastros que condujeron directamente a Cary Stayner. Así, el FBI logró la evidencia necesaria para incriminarlo. A los pocos días, él, por propia voluntad, confesó el triple crimen anterior.

Cómo las mató

Cary, en ese momento era un hombre alto y robusto de 38 años, de buen aspecto y amable. No había motivos para desconfiar de él, trabajaba como conserje en el hotel Cedar Lodge.

El 15 de febrero a la noche tomó un bolso, puso unas sogas, un rollo de cinta adhesiva, un revólver y una cuchilla tipo carnicero. Subió a la habitación de las mujeres y llamó a la puerta: “Vengo a arreglar unos caños del baño”, le dijo a Carole, que en un primer momento desconfió, pero cuando él dijo que cumplía ordenes del gerente del hotel, ella le permitió el paso.

Pasó al baño, allí se quedó unos minutos, hasta que al final salió. Carole leía un libro recostada en la cama y las dos adolescentes miraban televisión. Fue el momento en que el asesino salió del baño y a punta de pistola las amenazó, les tapó la boca y llevó a las niñas al baño. Allí las encerró porque no quería que vieran como ahorcaba a Carole. “Me llevó cinco minutos... no sabía que era tan difícil estrangular a alguien. No sentí nada, fue como hacer un trabajo”, dijo el asesino. Luego llevó a la mujer y la depositó en el baúl del Pontiac. Volvió a la habitación del hotel y sacó a las chicas del baño, les rompió las ropas y luego les ordenó desnudarse y que mantuvieran relaciones sexuales entre ellas. En ese momento, Silvina entró en un ataque de nervios y rompió en llanto, él la tomó violentamente del brazo y la introdujo en el baño, la obligó a arrodillarse frente a la bañera y la estranguló. Solo quedaba July, a quien tiró sobre la cama y la violó.

Con la sobreviviente en shock, cargó el cuerpo de Silvina y también lo colocó en el auto. Luego limpió la habitación, envolvió en una frazada a July y subieron al auto. “Manejé por un largo rato, sin saber a dónde me dirigía. Simplemente conducía. Terminó su travesía en el lago Don Pedro, allí volvió a violar a la niña, luego la puso boca abajo sobre la frazada y la degolló.

Por el triple crimen el 9 de octubre de 2002, los 15 miembros del jurado recomendaron la pena capital para Cary Stayner. En diciembre de ese año el juez Thomas Hastings, que había presidido el proceso, ratificó el fallo. Desde ese momento, Stayner vive en el corredor de la muerte en la cárcel de San Quintín.

Las familias Pelosso y Sund, no han podido recuperarse jamás del golpe que les dio el destino.

 

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