Tres personas que sufrieron abusos sexuales cuando eran niños, en la década de 1980, por parte del influyente sacerdote Fernando Karadima demandaron ayer a la Iglesia católica chilena por su responsabilidad en los casos.
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Tres personas que sufrieron abusos sexuales cuando eran niños, en la década de 1980, por parte del influyente sacerdote Fernando Karadima demandaron ayer a la Iglesia católica chilena por su responsabilidad en los casos.
La demanda, que ronda los US$ 900.000, fue presentada por Juan Carlos Cruz, James Hamilton y José Andrés Murillo, quienes fueron víctimas de abusos cuando eran menores y Karadima oficiaba como su guía espiritual. Los demandantes acusan de negligencia a la Iglesia y sus autoridades por no acoger inicialmente sus denuncias en contra de Karadima, un influyente sacerdote y formador de obispos que estaba al frente de una iglesia a la que asistía gran parte de la élite chilena. En 2010, y tras diez meses de investigación, el Vaticano consideró a Karadima culpable de los abusos y lo condenó a “retirarse a una vida de oración y penitencia”. En diciembre de ese mismo año, la Justicia chilena cerró el caso al considerar que los delitos habían prescripto.