Desde el resultado propiamente dicho, nuestro fútbol está decididamente mal. Hasta hace poco tiempo atrás Salta estaba por encima de provincias que hoy tienen torneos de Primera y B Nacional, mientras que nosotros nos quedamos mendigando ascensos al costado del camino, lamentablemente.
Tuve la hermosa oportunidad de ser el presidente del departamento de Fútbol cuando Gimnasia ascendió dos veces a Primera. Eran otros tiempos, realidades distintas. El fútbol de Salta estaba en su época más floreciente y Gimnasia y Tiro cobró preponderancia a nivel nacional e internacional, la que ubicó a la institución en la cima de la región, por encima de Tucumán, Jujuy y, si se quiere, se puede involucrar a otras regiones, Córdoba incluida (Talleres e Instituto estaban en la B).
Ningún dirigente toma las riendas de un club para fracasar o para que lo insulten domingo de por medio. Por eso respeto mucho la tarea dirigencial, la que ahora tiene más errores que aciertos.
Como hombre de fútbol pienso que si invirtiéramos el 50% del tiempo que gastamos en buscar culpables más que soluciones, quizás nuestro presente sería distinto . Sin pecar de egocéntrico, cuando nos hicimos cargo de la Liga Salteña no salimos a cazar brujas. Por el contrario, comenzamos a trabajar para poner a la entidad de pie, con un proyecto superador que lo fuimos cumpliendo con el esfuerzo mancomunado de todos los clubes que la componen, porque la Liga es eso: la congregación de todas las instituciones para crecer en forma conjunta, algo que parecía complicado, pero lo estamos logrando.
La Liga creció como entidad y por carácter transitivo empujó a los clubes en el mismo sentido. Cada uno de ellos recibió proporcionalmente un beneficio transformado en obras de infraestructura para que la disfruten todos, especialmente los chicos. Aquí no hubo secretos ni soluciones mágicas, sólo esfuerzo y unión porque todos entendieron que era la única manera de avanzar.
¿En el plano deportivo puede darse este cambio? No veo el impedimento. De tantos golpes sufridos vamos a ir aprendiendo y Dios quiera que pronto llegue el día que podamos juntarnos en la plaza 9 de Julio para festejar algo grande.
Por lo pronto queda esperar, tomar lección de los fracasos y aplicar ese aprendizaje a futuro. Los jujeños, tucumanos, mendocinos, catamarqueños, puntanos y otros, que estaban debajo nuestro, pudieron hacerlo. No veo por que nosotros no podamos imitarlos. Alentando, como lo sugiere y lo propone este nuevo emprendimiento de El Tribuno.
inicia sesión o regístrate.
Desde el resultado propiamente dicho, nuestro fútbol está decididamente mal. Hasta hace poco tiempo atrás Salta estaba por encima de provincias que hoy tienen torneos de Primera y B Nacional, mientras que nosotros nos quedamos mendigando ascensos al costado del camino, lamentablemente.
Tuve la hermosa oportunidad de ser el presidente del departamento de Fútbol cuando Gimnasia ascendió dos veces a Primera. Eran otros tiempos, realidades distintas. El fútbol de Salta estaba en su época más floreciente y Gimnasia y Tiro cobró preponderancia a nivel nacional e internacional, la que ubicó a la institución en la cima de la región, por encima de Tucumán, Jujuy y, si se quiere, se puede involucrar a otras regiones, Córdoba incluida (Talleres e Instituto estaban en la B).
Ningún dirigente toma las riendas de un club para fracasar o para que lo insulten domingo de por medio. Por eso respeto mucho la tarea dirigencial, la que ahora tiene más errores que aciertos.
Como hombre de fútbol pienso que si invirtiéramos el 50% del tiempo que gastamos en buscar culpables más que soluciones, quizás nuestro presente sería distinto . Sin pecar de egocéntrico, cuando nos hicimos cargo de la Liga Salteña no salimos a cazar brujas. Por el contrario, comenzamos a trabajar para poner a la entidad de pie, con un proyecto superador que lo fuimos cumpliendo con el esfuerzo mancomunado de todos los clubes que la componen, porque la Liga es eso: la congregación de todas las instituciones para crecer en forma conjunta, algo que parecía complicado, pero lo estamos logrando.
La Liga creció como entidad y por carácter transitivo empujó a los clubes en el mismo sentido. Cada uno de ellos recibió proporcionalmente un beneficio transformado en obras de infraestructura para que la disfruten todos, especialmente los chicos. Aquí no hubo secretos ni soluciones mágicas, sólo esfuerzo y unión porque todos entendieron que era la única manera de avanzar.
¿En el plano deportivo puede darse este cambio? No veo el impedimento. De tantos golpes sufridos vamos a ir aprendiendo y Dios quiera que pronto llegue el día que podamos juntarnos en la plaza 9 de Julio para festejar algo grande.
Por lo pronto queda esperar, tomar lección de los fracasos y aplicar ese aprendizaje a futuro. Los jujeños, tucumanos, mendocinos, catamarqueños, puntanos y otros, que estaban debajo nuestro, pudieron hacerlo. No veo por que nosotros no podamos imitarlos. Alentando, como lo sugiere y lo propone este nuevo emprendimiento de El Tribuno.