Roberto Canavides, Diego Medina, Rubén Martínez y José Serrudo, son amigos desde hace 15 años y se conocieron bailando en el grupo caporal “Gran Poder”. Estos cuatro amigos decidieron viajar el 12 de agosto de 2012 a Cochabamba para honrar a la Virgen de Urkupiña, y ser parte de la entrada folclórica.
inicia sesión o regístrate.
Roberto Canavides, Diego Medina, Rubén Martínez y José Serrudo, son amigos desde hace 15 años y se conocieron bailando en el grupo caporal “Gran Poder”. Estos cuatro amigos decidieron viajar el 12 de agosto de 2012 a Cochabamba para honrar a la Virgen de Urkupiña, y ser parte de la entrada folclórica.
José Serrudo contó a El Tribuno que el 1 de marzo 2012 decidieron comprar los pasajes aéreos para viajar al país boliviano con Aerosur. Pero esa previsibilidad les jugó una mala pasada. Unos meses después de haber comprado los pasajes, la línea aérea boliviana quebró y decidió cerrar sus oficinas en Argentina. “A los tickets los adquirimos temprano para asegurarnos la disponibilidad de asientos. Pero tuvimos la mala suerte de que la empresa quebró y no pudimos viajar. Encima yo, al pasaje lo compré con mis ahorros, al contado y en dólares”, explicó José.
Como a cientos de salteños que pasaron por la misma desafortunada situación, nunca nadie se acercó a estas cuatro personas para darles una respuesta. “El 27 de abril hicimos la denuncia a Defensa al Consumidor, pero estoy seguro que quedó archivada. También fuimos a reclamar a la empresa pero no obtuvimos respuestas. Ni la empresa ni el organismo oficial se comunicaron con nosotros, y a ninguno nos devolvieron el dinero. Ahora nos enteramos que BoA se va a hacer cargo de los pasajes de Aerosur, capaz que ligamos algo”, agregó el damnificado.
Llegó ese día
Con la llegada de BoA renace una esperanza para esos cientos de salteños que fueron perjudicados por el quiebre de Aerosur. En marzo, la empresa estatal Boliviana de Aviación (BoA), por decisión del Gobierno de Bolivia, tomó la inteligente decisión de entregarle tickets aéreos a las personas que no pudieron viajar con Aerosur luego de haber comprado sus pasajes. Esta medida sin duda busca cambiar la pésima imagen que dejó Aerosur en la provincia. La empresa de aviación boliviana sabe que necesita ser una compañía confiable para que los salteños la elijan.
A esta noticia la confirmó a El Tribuno, el representante de BoA para Argentina, Rolando Peñaloza. “Lo que estamos haciendo es tratar de remediar la situación que el cierre de Aerosur provocó a algunos pasajeros”, explicó Peñaloza.
No obstante, el representante de BoA aclaró que la empresa no se responsabilizará del problema de Aerosur. Solo entregará, y en la medida de las posibilidades de lugar, tickets aéreos a quienes abonaron sus pasajes y quedaron sin la posibilidad de viajar. “Por ejemplo, si un vuelo de BoA sale para Madrid, las personas afectadas por Aerosur en esa ruta serán llevadas a destino si es que sobran lugares. Queremos que quede claro que no estamos asumiendo la responsabilidad de la excompañía Aerosur”, ratificó Peñaloza.
El comienzo del fin
El 20 de abril de 2012 Aerosur, aerolínea de capitales privados bolivianos, informó oficialmente que suspendía todos sus vuelos internacionales y cerraba sus oficinas en Salta.
Muchos pasajeros salteños quedaron varados en Santa Cruz de la Sierra, Miami, Punta Cana y otros destinos internacionales. Hasta el 23 de abril de 2012, 90 salteños seguían varados en distintos aeropuertos del exterior, sin ninguna respuesta ni solución. Muchos de ellos tuvieron que pagar sus pasajes de vuelta para regresar al país, ya que la empresa nunca se hizo cargo.
Solo en Salta, Aerosur prevendió, con la intermediación seis de las agencias de viajes habilitadas en la provincia, 1.250 pasajes, lo que representaba un monto superior a 1,3 millones de dólares.
Los vuelos cancelados promediaban un costo por encima de los 1.000 dólares y los programados hasta agosto de 2012 fueron los destinos de Santa Cruz de la Sierra, Miami, Punta Cana y Madrid.
Nunca se supo cuantos salteños más adquirieron pasajes directamente en las oficinas locales de Aerosur, aunque se especuló que esta franja fue más numerosa que la de los clientes que adquirieron tickets a través de las agencias de viajes. Las sumas reclamadas, en ese momento, por los afectados superaron los 3 millones de dólares, sin contar los daños y perjuicios en decenas de denuncias interpuestas ante la Secretaría de Defensa del Consumidor de la Provincia. La empresa había prometido que restituiría los boletos por los vuelos cancelados desde el 2 de mayo, pero esa promesa nunca cumplió. Todos terminaron estafados.