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EEUU acusó a militares de China de espionaje y tensó la relación bilateral

Martes, 20 de mayo de 2014 01:23

En un caso sin precedentes que implica espionaje económico internacional, Estados Unidos acusó ayer de ciberespionaje a cinco militares chinos por supuestamente penetrar en empresas estadounidenses a fin de obtener secretos comerciales. La denuncia fue un nuevo golpe a la ya tensa relación entre Washington y Pekín.

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En un caso sin precedentes que implica espionaje económico internacional, Estados Unidos acusó ayer de ciberespionaje a cinco militares chinos por supuestamente penetrar en empresas estadounidenses a fin de obtener secretos comerciales. La denuncia fue un nuevo golpe a la ya tensa relación entre Washington y Pekín.

De acuerdo con la acusación formal, los hackers espiaron a empresas estadounidenses dedicadas a la energía nuclear y solar. Fueron acusados de robar secretos comerciales y comunicaciones internas para tener ventaja competitiva.

“El éxito del mercado internacional se debe basar solamente en la capacidad de la empresa de innovar y competir, no en la capacidad de un gobierno patrocinador de espiar y robar secretos comerciales”, dijo el secretario de Justicia estadounidense Eric Holder.

Según el fiscal, los oficiales, miembros del Ejército Popular de Liberación de China, cometieron estos delitos entre los años 2006 y 2014.

Holder dijo que las empresas víctimas de los ataques fueron Alcoa World Alumina, Westinghouse Electric Co., Allegheny Technologies, U.S. Steel Corp., United Steelworkers Union y SolarWorld.

Los cargos fueron descritos como sin precedentes y representan un punto significativo de una vieja meta del gobierno del presidente Barack Obama de llevar ante la justicia a los responsables de amenazas cibernéticas patrocinadas por otros Estados. Un reporte reciente destaca que más de 40 programas de armas del Pentágono y casi otras 30 tecnologías de defensa se han visto en riesgo por las ciberintrusiones de China. La firma de ciberseguridad Mandiant también ha vinculado a una unidad militar secreta china con años de ataques cibernéticos contra empresas de Estados Unidos.

El caso judicial se anunció poco después de que se conociera de una operación mundial aparte realizada el fin de semana que resultó en el arresto de 97 personas en 16 países sospechosas de desarrollar, distribuir o usar un software malicioso llamado BlackShade. El programa informático permite a los criminales controlar computadoras personales en secreto.

“Este es el nuevo estándar”, dijo Bob Anderson hijo, subdirector ejecutivo de la rama del FBI contra ciberdelitos. “Esto es lo que se verá en forma recurrente”, agregó.

“Hechos fabricados”

En un comunicado, la cancillería china dijo que las acusaciones de Estados Unidos son “hechos fabricados” que ponen en riesgo la “cooperación y confianza mutua” entre ambos países.

La acusación señala que cinco hackers -integrantes del Ejército Popular de Liberación-, trabajando desde un edificio en Shanghai, robaron información de las empresas y el sindicato de trabajadores que pudo ayudar a empresas chinas a conocer estrategias y debilidades de las empresas estadounidenses involucradas en litigios con el Gobierno o empresas del país asiático.

Se cree que todos los acusados están en China y no está claro si alguna vez serán entregados a Estados Unidos para enfrentar a la justicia. Pero el Departamento de Justicia, al dar a conocer los cargos públicamente, identificó a todos y emitió carteles con la leyenda “se busca”.

Cruce de acusaciones

Funcionarios estadounidenses han acusado al ejército de China y a piratas informáticos residentes en China de lanzar ataques contra objetivos industriales y militares de Estados Unidos, a menudo para robar secretos o propiedad intelectual.

China ha respondido que ella misma enfrenta la grave amenaza de los hackers y que las fuerzas militares chinas son uno de los mayores objetivos de la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos y el Comando Cibernético norteamericano.

La acusación de ayer tensa la relación de Estados Unidos con China.

En los últimos meses, Washington ha sido cada vez más crítico con las reivindicaciones territoriales chinas en mares en disputa en el este de Asia, a las que ha descrito como provocaciones.

Por su parte, Pekín ha denunciado un presunto intento del gobierno de Obama de reorientar su política exterior hacia Asia, lo que ha envalentonado a los vecinos de China y causado tensión.

Los daños serían multimillonarios

Esta es la primera vez que Estados Unidos se decide a dar el paso y acusar formalmente a miembros del Ejército de Liberación Popular chino, en concreto a expertos de la secreta “Unidad 61398”, con sede en Shangai y encargada supuestamente de infiltrarse en las redes informáticas de empresas estadounidense.

El fiscal federal del distrito de Pensilvania Occidental, David J. Hickton, aseguró que el coste en investigación y desarrollo vulnerado asciende a “miles de millones de dólares” y “se han perdido empleos estadounidenses” a raíz de la competencia desleal de las empresas chinas respaldada por las acciones del espionaje militar.

Los 31 cargos presentados en el estado de Pensilvania contra los cinco militares chinos conllevan penas máximas de prisión que van desde los 10 a 15 años, por los cargos más graves de “robo de secretos comerciales” y “espionaje económico”.

Según el fiscal general Eric Holder, el Ejército chino “accedía sin autorización a los ordenadores de las víctimas para robar información que fuera de utilidad para sus competidores en China, incluidas empresas estatales”. “Robaron secretos comerciales para beneficiar particularmente a compañías chinas en el momento de la sustracción. En otros casos, robaban comunicaciones internas y sensibles que aportar a un competidor o a un adversario en un litigio”, añadió el fiscal general.

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