El barrio San Remo, ubicado en la zona sur de la ciudad, supera los 40 años y desde aquellas épocas tanto la escuela como el centro de salud tuvieron reformas básicas. Ambas instituciones fueron creadas para contener la asistencia a barrios, hoy tanto la escuela como el centro de salud cubren 17 barrios. Actualmente tanto se encuentran sobrepasados y necesitan ampliaciones o nuevos edificios.
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El barrio San Remo, ubicado en la zona sur de la ciudad, supera los 40 años y desde aquellas épocas tanto la escuela como el centro de salud tuvieron reformas básicas. Ambas instituciones fueron creadas para contener la asistencia a barrios, hoy tanto la escuela como el centro de salud cubren 17 barrios. Actualmente tanto se encuentran sobrepasados y necesitan ampliaciones o nuevos edificios.
En el caso de la escuela Profesor Alejandro Gauffin, acuden más de mil niños. Cada año quedan sin asiento decenas de chicos de la zona, lo que los obliga a trasladarse lejos para poder ir a la escuela.
El ciclo inicial está colapsado y el Gobierno ya prometió la construcción de un nuevo módulo para absorber a estos chicos, pero es una obra grande que tardará tiempo en concretarse. Según Silvia Checa, una vecina, la escuela hace mucho tiempo que no recibe dinero para mejoras edilicias: “Vienen una vez al año a cortar el pasto y nada más”, aseguró.
Tienen necesidades urgentes y otras importantes. Necesitan un tinglado para el patio de deportes. La escuela, a través de la cooperadora, no cuenta con los recursos para construirlo. El dinero que juntan apenas alcanza para arreglar las pequeñas cosas y comprar los insumos para seguir funcionando.
“Hace mucho que esa escuela no se pinta. Tiene paredes y caños rotos. Hace más de 10 años que no hay gas en las aulas. Tenemos los calefactores pero no se pueden usar. En invierno usamos estufas eléctricas, pero como la conexión es muy vieja, si prendemos 3 estufas juntas, salta la térmica”, dijo Lucía López de la cooperadora de la escuela. Lo que piden desde el establecimiento es la construcción de otra escuela en algún barrio de la zona.
Consultorios nuevos
Por su parte, el centro de salud tiene una realidad similar a la de la escuela. Si bien cuenta con la cantidad de profesionales adecuados, no tiene los consultorios que debería. Esto genera demoras y una mala prestación del servicio. “Armamos un consultorio con madera en el pasillo, ahí atiende la nutricionista. Los médicos que hacen talla y peso, se turnan para usar el consultorio, esto hace que se demoren más de lo que deberían y la gente tiene que esperar mucho. Se atienden alrededor de 300 personas por día”, dijo Graciela, una trabajadora del centro de salud.
Las urgencias para resolver la asistencia de salud son por lo menos dos consultorios nuevos con la posibilidad de hacer dos más a mediano plazo. También necesitan que la nutricionista atienda más horas y días, ya que por ella pasan las mamás embarazadas y los niños, que reciben la leche y también los diabéticos.
La drogadicción
La delincuencia y la drogadicción son el factor común en todos los barrios de Salta. En San Remo todos saben quien vende droga y donde encontrarla. Las denuncias se multiplican pero la policía parece hacer oídos sordos. “En el barrio hay cámaras de seguridad. Cuando hice la denuncia de que una mujer estaba en la plaza (frente a la comisaría) vendiendo droga le pregunté si no la podía ver por la cámara. Me dijo que justo una rama le tapaba la óptica a aparato y que no tenía a nadie que le pode el árbol. Esa es la policía que tenemos”, contó Silvia Checa.
Por otro lado, los motochorros están al acecho. Nadie puede salir a la calle con carteras, mochilas o celulares porque vuelven sin nada.