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Consejos andinos para el “Buen Vivir”

Sabado, 21 de junio de 2014 01:50
LOS HOMBRES ANDINOS SABEN DE LOS CICLOS DE LA VIDA.

Según Fernando Huanca Mamani, de la Escuela de Callahuallas de La Paz, existen leyes del “Vivir Bien o Buen Vivir”. Se trata de “la vida en plenitud. Es saber vivir en armonía y equilibrio, en armonía con los ciclos de la Madre Tierra, del cosmos, de la vida y de la historia, y en equilibrio con toda forma de existencia”, dice Huanca Mamani. 

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Según Fernando Huanca Mamani, de la Escuela de Callahuallas de La Paz, existen leyes del “Vivir Bien o Buen Vivir”. Se trata de “la vida en plenitud. Es saber vivir en armonía y equilibrio, en armonía con los ciclos de la Madre Tierra, del cosmos, de la vida y de la historia, y en equilibrio con toda forma de existencia”, dice Huanca Mamani. 

Son las ideas andinas las que gravitan en esas palabras. “Ese justamente es el camino y el horizonte de la comunidad; implica primero saber vivir y luego convivir. No se puede vivir bien si los demás viven mal, o si se daña la Madre Naturaleza. Vivir bien significa comprender que el deterioro de una especie es el deterioro del conjunto”, señala el chamán.

Los principios

Los trece principios para vivir bien o vivir en plenitud, según Huanca Mamani, serían requisitos indispensables como ejercicios cotidianos para vivir en plenitud. Se resumen en los siguientes:
Suma Manq’ aña: saber comer, saber alimentarse, no es equivalente a llenar el estómago; es importante escoger alimentos sanos. Cada luna nueva se ayuna. En la cosmovisión andina todo vive y necesita alimento, es por eso que a través de ofrendas se alimenta a la Madre Tierra, a las montañas, a los ríos.

La Madre Tierra nos da los alimentos que requerimos, por eso debemos comer el alimento de la época, del tiempo y el alimento del lugar. El Suma Umaña: saber beber. Antes de beber se hace la chaya, dando de beber a la Pachamama. Beber, tomar y chayar es completarse, entrar al corazón, sacar del corazón y emerger del corazón para fluir y caminar como el rio.

Suma Thokoña: saber danzar, entrar en relación y conexión cosmogónica. Toda actividad debe realizarse con una dimensión espiritual verdadera. Suma Ikiña: saber dormir. Se tiene que dormir dos días, es decir dormir antes de la medianoche, para tener las dos energías: la de la noche y la de la mañana del día siguiente. En el hemisferio sur se tiene que dormir con la cabeza al norte.
 

Una lista de propuestas para llegar al conocimiento de uno mismo. Al fondo de las mismas, la invitación a vivir bien.

Entre otras recomendaciones para el bien vivir, Huanca Mamaní señala al “Suma Irnakaña” o “Saber trabajar”. Para el indígena originario, el trabajo no es sufrimiento, sino alegría. Debemos realizar la actividad con pasión, intensamente (Sinti pacha).

También el “Suma Lupiña” o “Saber meditar”. Se trata de entrar en un proceso de introspección del individuo consigo mismo. El silencio equilibra y armoniza, por lo tanto el equilibrio se restablece a través del silencio de uno (Amiki) y se conecta al equilibrio y silencio del entorno. El silencio de uno se conecta con el silencio del entorno (Ch’uju). Como consecuencia de esta interacción y complementación, emergen la calma y la tranquilidad.

Luego, el callahualla habla del “Suma Amuyaña” o “Saber pensar”. Es la reflexión, no solo desde lo racional sino desde el sentir. Uno de los principios aymaras nos dice: jan piq armt’asa chuman thakip saranlañani (sin perder la razón caminemos la senda del corazón).

Luego Huancxa Mamaní se refiere al “Suma Munaña” o “Saber amar y ser amado”. Se trata del proceso complementario warmi chacha, el respeto a todo lo que existe genera la relación armónica. También se refiere al “Suma Ist’ aña” o “Saber escuchar”. En aymara “ist’aña” no solo es escuchar con los oídos, sino que también se trata de saber percibir, sentir, escuchar con todo nuestro cuerpo. Se supone, cuenta Huanca Mamaní, que si todo lo que nos rodea vive, todo habla y nos escucha también.

La sabiduría de un pueblo

El callahualla Huanca Mamaní señaló que para vivir bien debemos acercarnos al “Suma Aruskipaña” o “Hablar bien”. Señala que antes de hablar hay que sentir y pensar bien lo que se va a decir. “Hablar bien significa hablar para construir, para alentar, para aportar. Recordemos que todo lo que hablamos se escribe en los corazones de quienes lo escuchan, a veces es difícil borrar el efecto de algunas palabras y es por eso que hay que hablar bien”, dice.

Luego habla del “Suma Samkasiña” o “Saber soñar”. Partimos del principio de que todo empieza desde el sueño, por lo tanto el sueño es el inicio de la realidad. A través del sueño percibimos la vida. Soñar es proyectar la vida. En el “Suma Sarnaqaña” o “Saber caminar”, asegura que no existe el cansancio para quien sabe caminar. Debemos estar conscientes de que uno nunca camina solo, caminamos con el viento, caminamos con la Madre Tierra, con los ancestros y con muchos otros seres. Finalmente habla de la “Suma Churaña”o “Saber dar y saber recibir”. Reconoce que la vida es la conjunción de muchos seres y muchas fuerzas, donde todo fluye: recibimos y damos, generando vida. Hay que saber agradecer. 

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