Esta práctica, cuando no es controlada es profundamente nociva para el medio ambiente, atenta contra la seguridad de las personas y los bienes públicos y privados.
Se necesita entonces insistir, para que la gente y las instituciones tomen conciencia de que se trata de una acción perjudicial que afecta el balance ecológico, destruye el hábitat de la flora y la fauna, pone en riesgo a la comunidad y en algunos casos impacta sobre las especies en peligro de extinción.
La clave para evitar dichos efectos es el control y la previsión.
La quema a campo abierto se da especialmente durante los meses de mucha sequedad en el ambiente, que en esta región se extiende en general desde fines de mayo hasta las primeras lluvias, que pueden darse durante los últimos días de septiembre y a principios de octubre, es decir, durante el período en que las precipitaciones son mínimas.
Estas acciones, que en algunos casos apuntan a controlar los pastizales, develan un profundo desconocimiento sobre sus consecuencias a largo plazo, que pueden ser devastadoras.
Quemas no controladas
La fuente de calor para iniciar un fuego en pastizales o bosques puede ser natural, como por ejemplo fricción de ramas o troncos, o gotas de rocío que producen el efecto lupa. Pero en la mayoría de los casos son ocasionados por personas, cuando descuidan una fogata o arrojan colillas de cigarrillos en las banquinas de las rutas y vidrios. Es así, que el incendio puede originarse por desidia y expandirse por acción del viento.
Otra práctica común causante de fuegos no controlados es la disposición final de la basura, ya que hay mucha gente que quema los desperdicios.
Por otra parte, las botellas o vidrios pueden generar un efecto lupa al concentrar los rayos del sol y generar el calor suficientes para iniciar un fuego.
El fuego intencional y controlado es la práctica más antigua empleada por el hombre en sus intentos de manejar la naturaleza, para brindar una pastura nueva, fresca y sin remanentes al ganado. Desde siempre fue un factor natural en el control de muchos tipos de vegetación. Históricamente, se usó el fuego para crear nuevas tierras de pastoreo. En algunos casos, la quema puede ser beneficiosa, mientras que en otros es destructiva e influye en forma negativa en la producción y el mejoramiento del pastizal.
Un ecosistema es la unidad básica que incluye todos los organismos que funcionan juntos, como una comunidad de seres vivos en un área determinada, en interacción con el medio ambiente y en este caso, nos referimos al suelo. El suelo le provee alojamiento a millones de microorganismos y todos ellos llevan a cabo procesos físicos y biológicos necesarios para un ecosistema saludable incluyendo el reciclaje de nutrimentos, remoción de desperdicios, estructura del suelo y la retención de la humedad. Un fuego fuera de control causa daños severos y un desbalance al ecosistema al que le puede tomar varios años recuperarse. En el bosque nativo la quema controlada y responsable permite preservar del fuego las áreas que no se desean quemar, de esta manera el bosque se mantienen intacto.
inicia sesión o regístrate.
Esta práctica, cuando no es controlada es profundamente nociva para el medio ambiente, atenta contra la seguridad de las personas y los bienes públicos y privados.
Se necesita entonces insistir, para que la gente y las instituciones tomen conciencia de que se trata de una acción perjudicial que afecta el balance ecológico, destruye el hábitat de la flora y la fauna, pone en riesgo a la comunidad y en algunos casos impacta sobre las especies en peligro de extinción.
La clave para evitar dichos efectos es el control y la previsión.
La quema a campo abierto se da especialmente durante los meses de mucha sequedad en el ambiente, que en esta región se extiende en general desde fines de mayo hasta las primeras lluvias, que pueden darse durante los últimos días de septiembre y a principios de octubre, es decir, durante el período en que las precipitaciones son mínimas.
Estas acciones, que en algunos casos apuntan a controlar los pastizales, develan un profundo desconocimiento sobre sus consecuencias a largo plazo, que pueden ser devastadoras.
Quemas no controladas
La fuente de calor para iniciar un fuego en pastizales o bosques puede ser natural, como por ejemplo fricción de ramas o troncos, o gotas de rocío que producen el efecto lupa. Pero en la mayoría de los casos son ocasionados por personas, cuando descuidan una fogata o arrojan colillas de cigarrillos en las banquinas de las rutas y vidrios. Es así, que el incendio puede originarse por desidia y expandirse por acción del viento.
Otra práctica común causante de fuegos no controlados es la disposición final de la basura, ya que hay mucha gente que quema los desperdicios.
Por otra parte, las botellas o vidrios pueden generar un efecto lupa al concentrar los rayos del sol y generar el calor suficientes para iniciar un fuego.
El fuego intencional y controlado es la práctica más antigua empleada por el hombre en sus intentos de manejar la naturaleza, para brindar una pastura nueva, fresca y sin remanentes al ganado. Desde siempre fue un factor natural en el control de muchos tipos de vegetación. Históricamente, se usó el fuego para crear nuevas tierras de pastoreo. En algunos casos, la quema puede ser beneficiosa, mientras que en otros es destructiva e influye en forma negativa en la producción y el mejoramiento del pastizal.
Un ecosistema es la unidad básica que incluye todos los organismos que funcionan juntos, como una comunidad de seres vivos en un área determinada, en interacción con el medio ambiente y en este caso, nos referimos al suelo. El suelo le provee alojamiento a millones de microorganismos y todos ellos llevan a cabo procesos físicos y biológicos necesarios para un ecosistema saludable incluyendo el reciclaje de nutrimentos, remoción de desperdicios, estructura del suelo y la retención de la humedad. Un fuego fuera de control causa daños severos y un desbalance al ecosistema al que le puede tomar varios años recuperarse. En el bosque nativo la quema controlada y responsable permite preservar del fuego las áreas que no se desean quemar, de esta manera el bosque se mantienen intacto.