El ex teniente coronel salteño Joaquín Cornejo Alemán murió el miércoles, a las 9.50, en las instalaciones del Instituto Médico de Alta Complejidad tras permanecer internado unos días por un cáncer avanzado en los pulmones. Su muerte desnudó los sentimientos encontrados que hoy atraviesan a la sociedad salteña. Mientras que por una parte abundaron las muestras de afecto de parte de sus familiares y amigos, la sombra del terrorismo de Estado volvió a hacerse presente, por el recuerdo de dos hechos que enlutaron a Salta.
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El ex teniente coronel salteño Joaquín Cornejo Alemán murió el miércoles, a las 9.50, en las instalaciones del Instituto Médico de Alta Complejidad tras permanecer internado unos días por un cáncer avanzado en los pulmones. Su muerte desnudó los sentimientos encontrados que hoy atraviesan a la sociedad salteña. Mientras que por una parte abundaron las muestras de afecto de parte de sus familiares y amigos, la sombra del terrorismo de Estado volvió a hacerse presente, por el recuerdo de dos hechos que enlutaron a Salta.
El exmilitar había sido condenado a prisión perpetua en diciembre de 2013 junto a otros 17 acusados en la denominada la megacausa Salta por la desaparición, entre otros, del conscripto Víctor Brizzi. Cornejo Alemán cumplía prisión domiciliaria debido al deterioro de su salud y hace solo unos días ingresó al centro médico para su internación.
En julio de 1976 era segundo jefe del Destacamento de Exploración de Caballería Blindada Nº 141, con asiento en Salta capital. Según la Justicia Federal, como tal ejercía el control operacional “sobre todos y cada uno de los integrantes de las fuerzas de seguridad de actuación en la provincia de Salta”: Gendarmería Nacional, Policía Federal, Policía de la Provincia de Salta y Servicio Penitenciario de la Provincia de Salta.
“Cornejo Alemán formaba parte de las autoridades del aparato represivo del Estado por lo cual daba las órdenes para los operativos que realizaba el Ejército y la Policía de la Provincia”, dijo Cristina Cobos, quien pocos días antes del secuestro se había casado con Víctor Brizzi, que revistaba en la guarnición salteña. Además de estos hechos, estaba procesado por “coautoría mediata o la participación necesaria” en el delito de homicidio doblemente calificado, por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas, en el caso de la masacre de un grupo de presos trasladados desde el penal de Villa Las Rosas y fusilados en Palomitas. Las víctimas fueron Pablo Outes, Celia Leonard de Ávila, Benjamín Ávila, José Víctor Povolo, Rodolfo Usinger, Maru Luque de Usinger, Norberto Oglietti, María del Carmen Alonso de Fernández, Alberto Savransky, Evangelina Botta de Linares y Georgina Droz. Este hecho fue perpetrado por un grupo de tareas del que participaron miembros del Ejército, la Policía y el Servicio Penitenciario. Cornejo Alemán resultó imputado en virtud del cargo que desempeñaba en la cadena de mando.