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La Iglesia invita a los fieles al perdón y la misericordia

Miércoles, 16 de diciembre de 2015 01:30
Obispo de Orán, Monseñor Gustavo Zanchetta.
Monseñor Gustavo Zanchetta, obispo de la diócesis de Orán, dejó inaugurado el Año Jubilar de la Misericordia con la apertura simbólica de las puertas de la Catedral y con la consigna: "Abrir puertas para comprender, perdonar, consolar y amar". Fue durante una ceremonia realizada el lunes.
Explicó también que durante todo este tiempo, "los fieles católicos tendrán la oportunidad de vivir un tiempo de misericordia de Dios, de perdón que se podrá vivir a través del sacramento de la reconciliación, y así sentir que Dios es el Padre bueno, bondadoso que nos pide que entre nosotros seamos misericordiosos con nuestros hermanos".
El papa Francisco invitó a todos a vivir el Año Jubilar en las iglesias del mundo. Por ese motivo, tanto el obispo diocesano, como los sacerdotes y laicos de la provincia trabajaron intensamente para organizar este Año de la Misericordia.
Luego de la bendición final, se realizó la apertura de la Puerta de la Misericordia, y tal como lo hizo el papa Francisco hace unos días, luego de hacer una oración, el obispo abrió las puertas.
"Hagámonos cargo de esas situaciones que nos desgastan como pueblo: la pobreza, la desnutrición de nuestros niños aborígenes".Muchas puertas cerradas

"No será posible abrir la puerta de la misericordia si los cristianos no obramos una conversión que se traduzca en profundas transformaciones y no en meros barnices superficiales. Porque no se limpia escondiendo la suciedad debajo de la alfombra, donde no se ve. Y bien sabemos todos cuánto mal nos hemos hecho las veces que hemos negado la realidad. Y cuánto peor y cruel es sobre todo en los ámbitos de nuestra convivencia ciudadana cuando nos acostumbramos a fabricar la realidad a partir de un relato único", expresó en la homilía monseñor Zanchetta.
"Demasiadas puertas se han cerrado ya y la indiferencia en todos los niveles de nuestro entramado social le ha dado paso a una frase que tristemente expresa una debilidad que debemos superar: Hagámonos cargo de todas esas situaciones que nos desgastan como pueblo, la pobreza, la desnutrición de nuestros niños, particularmente los aborígenes, la violencia en todas sus formas, los jóvenes sumidos en la droga, los ancianos ignorados, las madres que están solas llevando adelante su familia", finalizó.
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Monseñor Gustavo Zanchetta, obispo de la diócesis de Orán, dejó inaugurado el Año Jubilar de la Misericordia con la apertura simbólica de las puertas de la Catedral y con la consigna: "Abrir puertas para comprender, perdonar, consolar y amar". Fue durante una ceremonia realizada el lunes.
Explicó también que durante todo este tiempo, "los fieles católicos tendrán la oportunidad de vivir un tiempo de misericordia de Dios, de perdón que se podrá vivir a través del sacramento de la reconciliación, y así sentir que Dios es el Padre bueno, bondadoso que nos pide que entre nosotros seamos misericordiosos con nuestros hermanos".
El papa Francisco invitó a todos a vivir el Año Jubilar en las iglesias del mundo. Por ese motivo, tanto el obispo diocesano, como los sacerdotes y laicos de la provincia trabajaron intensamente para organizar este Año de la Misericordia.
Luego de la bendición final, se realizó la apertura de la Puerta de la Misericordia, y tal como lo hizo el papa Francisco hace unos días, luego de hacer una oración, el obispo abrió las puertas.
"Hagámonos cargo de esas situaciones que nos desgastan como pueblo: la pobreza, la desnutrición de nuestros niños aborígenes".Muchas puertas cerradas

"No será posible abrir la puerta de la misericordia si los cristianos no obramos una conversión que se traduzca en profundas transformaciones y no en meros barnices superficiales. Porque no se limpia escondiendo la suciedad debajo de la alfombra, donde no se ve. Y bien sabemos todos cuánto mal nos hemos hecho las veces que hemos negado la realidad. Y cuánto peor y cruel es sobre todo en los ámbitos de nuestra convivencia ciudadana cuando nos acostumbramos a fabricar la realidad a partir de un relato único", expresó en la homilía monseñor Zanchetta.
"Demasiadas puertas se han cerrado ya y la indiferencia en todos los niveles de nuestro entramado social le ha dado paso a una frase que tristemente expresa una debilidad que debemos superar: Hagámonos cargo de todas esas situaciones que nos desgastan como pueblo, la pobreza, la desnutrición de nuestros niños, particularmente los aborígenes, la violencia en todas sus formas, los jóvenes sumidos en la droga, los ancianos ignorados, las madres que están solas llevando adelante su familia", finalizó.

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