"Lo que dejés en la vereda desaparece en cuestión de minutos. No te podes descuidar que te roban todo", explicó a El Tribuno, una vecina de la Etapa 1.
La avenida Abrahan Rallé representa la arteria central de las 13 etapas que constituyen el barrio. Además de ser una de las calles en las que más actos delictivos se producen.
La plaza de la zona y la calle Salim no están ajenas y son escenarios no sólo de un importante flujo de personas durante el día, sino también del accionar de grupos de jóvenes que consumen drogas y bebidas alcohólicas. Marco propicio para lo que varios residentes consideran un peligro latente.
"Hemos mantenido varias reuniones con la policía al respecto. Los patrulleros pasan pero no hacen nada. Es un problema sobre el que las autoridades tienen que trabajar, son jóvenes que no controlan lo que hacen y representan un gran peligro para quienes vivimos en la zona", aseguró Arminda, quien reside en Limache desde 1992.
Falta de iluminación
La inseguridad que denuncian los vecinos de barrio Limache, se incrementa con la falta de iluminación. Algunas de las calles principales sufren constantemente la rotura de los focos de alumbrado público.
"Para poder drogarse y delinquir tranquilamente rompen los focos de la plaza o de las esquinas. La oscuridad les permite esconderse y hacer lo que quieren", explicó Perfecto, un vecino que vive en la Etapa 3 hace 23 años.
"La policía tiene que tener en cuenta que el barrio son todas las calles y no sólo alrededor la plaza", aseguró Juana mientras transitaba por una de las últimas calles del barrio y colindante al barrio Los Lapachos.
Mientras algunos recorren los negocios con la tranquilidad de un domingo por la mañana, algunos adolescentes ocupan las esquinas para continuar el consumo, que sin dudas iniciaron horas atrás. Una realidad que los vecinos denuncian hace tiempo pero que hasta el momento nadie brindó solución.
La drogadicción y el alcoholismo juvenil en la zona forma parte de la postal cotidiana de barrio Limache. Para algunos, el problema va más allá de un control policial y necesita un tratamiento especial.
"Son chicos enfermos que necesitan otro tipo de atención. Debería existir un mecanismo que los aleje de las drogas definitivamente", explicó un grupo de vecinos.
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"Lo que dejés en la vereda desaparece en cuestión de minutos. No te podes descuidar que te roban todo", explicó a El Tribuno, una vecina de la Etapa 1.
La avenida Abrahan Rallé representa la arteria central de las 13 etapas que constituyen el barrio. Además de ser una de las calles en las que más actos delictivos se producen.
La plaza de la zona y la calle Salim no están ajenas y son escenarios no sólo de un importante flujo de personas durante el día, sino también del accionar de grupos de jóvenes que consumen drogas y bebidas alcohólicas. Marco propicio para lo que varios residentes consideran un peligro latente.
"Hemos mantenido varias reuniones con la policía al respecto. Los patrulleros pasan pero no hacen nada. Es un problema sobre el que las autoridades tienen que trabajar, son jóvenes que no controlan lo que hacen y representan un gran peligro para quienes vivimos en la zona", aseguró Arminda, quien reside en Limache desde 1992.
Falta de iluminación
La inseguridad que denuncian los vecinos de barrio Limache, se incrementa con la falta de iluminación. Algunas de las calles principales sufren constantemente la rotura de los focos de alumbrado público.
"Para poder drogarse y delinquir tranquilamente rompen los focos de la plaza o de las esquinas. La oscuridad les permite esconderse y hacer lo que quieren", explicó Perfecto, un vecino que vive en la Etapa 3 hace 23 años.
"La policía tiene que tener en cuenta que el barrio son todas las calles y no sólo alrededor la plaza", aseguró Juana mientras transitaba por una de las últimas calles del barrio y colindante al barrio Los Lapachos.
Mientras algunos recorren los negocios con la tranquilidad de un domingo por la mañana, algunos adolescentes ocupan las esquinas para continuar el consumo, que sin dudas iniciaron horas atrás. Una realidad que los vecinos denuncian hace tiempo pero que hasta el momento nadie brindó solución.
La drogadicción y el alcoholismo juvenil en la zona forma parte de la postal cotidiana de barrio Limache. Para algunos, el problema va más allá de un control policial y necesita un tratamiento especial.
"Son chicos enfermos que necesitan otro tipo de atención. Debería existir un mecanismo que los aleje de las drogas definitivamente", explicó un grupo de vecinos.