Juventud sigue de caravana: sufrió, pero le ganó 2 a 1 a Tesorieri | Mitre

Esta victoria al santo le costó más de la cuenta, porque el conjunto riojano, con sus limitaciones a cuesta, le complicó el trabajo.

Desde el arranque Juventud no encontró los espacios para desarrollar su juego porque Tesorieri le ahogó la salida. Le puso marca hombre a hombre y no le dio respiro. Incluso, hasta el propio Matías Ceballos no consiguió establecer suficiente claridad para buscar al compañero mejor ubicado y lanzar los pelotazos a campo contrario con el fin de fabricar avances que se pudieran concretar en la red.

Los hombres del elenco riojano se las ingeniaron para cerrar los laterales y con este sistema defensivo, más la acertada labor de Angelini, bajo los tres palos, le permitieron mantener el cero, aunque sus jugadores evidenciaron cierto cansancio.

Juventud insinuó una mejor predisposición para asumir el rol de protagonista. Pero otra vez, Tesorieri volvió a acertar, organizando el trabajo de contención de manera correcta y de esa forma se animó a incursionar por el arco de enfrente.

La visita salió a pelear la posesión del balón en campo contrario y de esa manera se encontró con una jugada que Claudio Núñez, cuando enfrentó a Mariano Maino definió al gol ante la sorpresa de todo el estadio.

Alli Juventud tuvo que cambiar de actitud. Dejo el relax de lado y el cambio de Marcos Navarro por Ricardo Gómez resultó muy productivo. El recién ingresado rápidamente comenzó a escabullirse por la zona donde más le duelen a los rivales. Navarro, en tres cuarto de cancha hacia adelante metió el estiletazo, abriendo el sector derecho para César Montiglio, quien lanzó el centro a media altura y Gustavo Balvorín de palomita le ganó a su marcador para poner el 1 a 1.

Como a los jugadores de Tesorieri le pesaban más las piernas por el deplorable estado físico, Juventud no se resignó a la igualdad y fue machacando para ganar el partido.

Así se envalentonó el santo en procura de asegurar otra victoria para volver a sonreír. No le perdonó al rival y le hizo ver que los partidos suelen terminar cuando el árbitro indica el final. Y ya cerca de la expiración del juego, Marcos Navarro metió un centro que Balvorín, cuando no, con toda su sapiencia, mandó a guardar la pelota a las mallas y desató el carnaval de los fanas antonianos, porque ahora el equipo está más puntero que nunca y con sobrados méritos.

Esta victoria al santo le costó más de la cuenta, porque el conjunto riojano, con sus limitaciones a cuesta, le complicó el trabajo.

Desde el arranque Juventud no encontró los espacios para desarrollar su juego porque Tesorieri le ahogó la salida. Le puso marca hombre a hombre y no le dio respiro. Incluso, hasta el propio Matías Ceballos no consiguió establecer suficiente claridad para buscar al compañero mejor ubicado y lanzar los pelotazos a campo contrario con el fin de fabricar avances que se pudieran concretar en la red.

Los hombres del elenco riojano se las ingeniaron para cerrar los laterales y con este sistema defensivo, más la acertada labor de Angelini, bajo los tres palos, le permitieron mantener el cero, aunque sus jugadores evidenciaron cierto cansancio.

Juventud insinuó una mejor predisposición para asumir el rol de protagonista. Pero otra vez, Tesorieri volvió a acertar, organizando el trabajo de contención de manera correcta y de esa forma se animó a incursionar por el arco de enfrente.

La visita salió a pelear la posesión del balón en campo contrario y de esa manera se encontró con una jugada que Claudio Núñez, cuando enfrentó a Mariano Maino definió al gol ante la sorpresa de todo el estadio.

Alli Juventud tuvo que cambiar de actitud. Dejo el relax de lado y el cambio de Marcos Navarro por Ricardo Gómez resultó muy productivo. El recién ingresado rápidamente comenzó a escabullirse por la zona donde más le duelen a los rivales. Navarro, en tres cuarto de cancha hacia adelante metió el estiletazo, abriendo el sector derecho para César Montiglio, quien lanzó el centro a media altura y Gustavo Balvorín de palomita le ganó a su marcador para poner el 1 a 1.

Como a los jugadores de Tesorieri le pesaban más las piernas por el deplorable estado físico, Juventud no se resignó a la igualdad y fue machacando para ganar el partido.

Así se envalentonó el santo en procura de asegurar otra victoria para volver a sonreír. No le perdonó al rival y le hizo ver que los partidos suelen terminar cuando el árbitro indica el final. Y ya cerca de la expiración del juego, Marcos Navarro metió un centro que Balvorín, cuando no, con toda su sapiencia, mandó a guardar la pelota a las mallas y desató el carnaval de los fanas antonianos, porque ahora el equipo está más puntero que nunca y con sobrados méritos.