La víctima tenía cinco balazos en el tórax y dos en el antebrazo izquierdo y en el lugar se secuestraron tres vainas servidas calibre 9 milímetros, dos plomos deformados y un proyectil intacto.
"Si bien al comienzo se relacionó el hecho con un ataque de la llamada 'mafia china', surgían datos que no eran consistentes con la modalidad utilizada comúnmente por los sicarios", dijo un investigador.
Por ejemplo, desconcertaba a los investigadores que el autor se había tomado el tiempo de cerrar la puerta del supermercado con llave y tapar con unos cajones de cerveza la visión del cuerpo.
Asesinato de estetista
Posteriormente, el 15 de abril de 2015, se halló el cádaver de Claudia Sosa (32) en su departamento de la planta baja de Tucumán 1545, en la zona de Tribunales y frente a la comisaría tercera.
La mujer, que según su familia daba masajes con electrodos en su casa, presentaba un disparo en la nuca y del lugar se secuestró una vaina calibre 9 milímetros y se determinó el faltante de una computadora.
Tras una solicitud del fiscal Santiago Vismara, a través del sistema SAIB, se establece que había correspondencia entre las vainas halladas tras el homicidio del comerciante chino y el de Sosa, es decir que fue utilizada en ambos hechos la misma arma.
Por este motivo se reorientó la investigación, pero no se halló relación entre las víctimas sino sólo que el autor podría haber robado en ambos lugares y "actuaba con tranquilidad y frialdad al matar", señaló un pesquisa.
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El arma usada contra Ariel Ríos, en El Galpón. Agencia Metán
Homicidio en El Galpón y en Rosario
Con posterioridad, se recibió la información de que las vainas halladas en los dos hechos se encontraban relacionados con un doble homicidio cometido en Rosario y otro en Salta.
El 13 de julio de 2015, fue asesinado de un tiro en la cabeza, por arriba de la oreja izquierda, el playero Ariel Ríos (28) en una estación de servicio de la localidad salteña de El Galpón, luego de que robaran 70.000 pesos de la recaudación.
En tanto, el 16 de octubre del mismo año, fueron hallados los cádaveres de los hermanos Agustina (28) y Javier Ponisio (25) en su departamento situado en el barrio Saladillo de Rosario.
La chica tenía un disparo en la cabeza, cerca de la oreja derecha, y el muchacho cuatro impactos en el cráneo, tórax, un brazo y cintura; del lugar se secuestraron cuatro vainas para cotejo.
Del departamento faltaban 25.000 pesos, pero como no estaba forzada ninguna entrada, se sospechó de la intervención de algún conocido.
Al revisar las cámaras de seguridad de la zona, la madre de las víctimas identificó el auto de Pino, a quien conocía como amigo de su hija y dio información a los investigadores respecto del domicilio del joven.
Allanamiento y detención
Los pesquisas siguieron el rastro de Pino hasta Frías, Santiago del Estero, donde se había establecido con una novia.
Al allanar el domicilio, encontraron dos pistolas Taurus calibre 9 milímetros, ambas a nombre de Pino, tres cargadores, municiones y silenciadores así como dinero, un auto Fiat Siena, pasamontañas, precintos y cintas adhesivas.
Además, se encontró una notebook que podría ser la robada a la masajista en Buenos Aires, un teléfono del que surgió que tenía asiduo contacto con ella y otro que podría haber sido robado al comerciante chino.
Realizado el peritaje de las vainas secuestradas en el Cuerpo de Investigación Fiscal (CIF) de Salta, éste arrojó que una de las armas había sido utilizada tanto en el homicidio del playero local como en el de los hermanos rosarinos.
Cuando los fiscales porteños notaron la similitud de esos crímenes con los ocurridos en la Capital Federal, pidieron cotejar las vainas y se estableció que también se había usado la misma arma en esos hechos.
Ahora, esperan poder indagar a Pino por estos dos crímenes, que hasta hoy estaban sin resolver.