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El concurso de la empanada sigue impulsando sueños y proyectos

Viernes, 05 de agosto de 2016 01:30
<div>Silvia Romero y Norberto Freire entregan los premios a las ganadoras de la edición de este año. Lucas Alascio</div><div>
Buena mano, experiencia y corazón pusieron al elaborar sus empanadas Zunilda Ruiz, Nievisa Gusmán y María Socorro Díaz, las cocineras que subieron al podio del 49§ Concurso de la Empanada que organiza El Tribuno desde 1966.
El 17 de julio pasado se realizó la tradicional fiesta que remite a salida familiar, música y danza folclórica, y a lo mejor de la gastronomía regional. Ayer al mediodía las ganadoras se hicieron presentes en la redacción del diario para retirar sus premios. De las manos de Silvia Romero, gerenta de Relaciones con la Comunidad de El Tribuno, y Norberto Freire, administrador general de Horizontes SA, Zunilda recibió $15.000 en efectivo y una heladera. Nievisa se llevó un horno eléctrico y $8.000. María Socorro obtuvo $5.000 y una máquina elaboradora de pastas caseras.
Sin secretos
La ganadora, Zunilda Ruiz (44), ya había quedado en tercer lugar el año pasado y esta era su revancha. Ella empezó haciendo empanadas para vender con su suegra, María Socorro Díaz, quien este año quedó tercera. "A mí me enseñaron que debía llevar comino y que debía sentirse el comino, y mi suegra no le ponía este condimento; pero fuimos complementándonos y aprendimos una de la otra", contó Zunilda. Nació en Joaquín V. González, departamento de Anta, es la tercera de ocho hermanos y vino a la ciudad cuando tenía 15 años para trabajar de niñera. Zunilda busca en sus recuerdos alguno que le haya dejado un sabor duradero y vuelve siempre a J. V. González, donde su madre le enseñaba los secretos de la cocina elaborada con esmero.
Actualmente vive en el barrio Las Costas. Hace cinco años que vende empanadas a pedido los fines de semana. Tiene tres hijos: Bárbara (20), Aldana (13) y Mariano (3). Si hace un balance de las horas que le han valido la pena, asegura que siempre se ve cocinando.
Zunilda Ruiz PRIMER PUESTO "Estudio peluquería en la Fundación Romero y destinaré el premio a comprar implementos para ponerme un salón de belleza".
Es habitué de los concursos de comida regional, de los que dice recoger clientes y cariño. Añade que estos certámenes son importantes para rescatar sabores y rehuir de innovaciones que no se corresponden con las verdaderas recetas.
Uno pensaría que en esos ámbitos los que contienden no comparten; pero ella lo desmitificó. "A mí el 17 de julio se me habían terminado los discos de empanadas y aún tenía recado y clientes interesados y le compré masa a una vecina de mi puesto", contó.
En su equipo, además de sus hijas, estaban su hermana Valeria Aguilera (34) y su sobrina Sol Campos (13). Haciendo un balance de sus anteriores participaciones dijo que ha mejorado en la estética y la presentación de sí misma, de sus platos y de su puesto. Sobre esta edición en particular señaló: "Cuando estamos en concurso de por sí me pongo tensa y esta vez estaba muy nerviosa porque el viento me apagaba el horno y no me dejaba freír".
"Me gustan las ferias y los concursos porque se trabaja muy bien y se gana dinero; pero cuando gané, menos mal que no me pasaron el micrófono porque estaba nerviosa y no hubiera sabido qué decir", rió. Aconsejó a los que se anotan por primera vez que tengan en cuenta que "las posibilidades se dan para todos, pero lo más importante es prepararse con tiempo y presentarse bien". Ella ya tiene varios trofeos, tanto de este certamen como del Concurso de la Empanada Salteña Don Roberto Romero, que realiza en Castañares la Fundación Sentimiento y cuya XXII edición se hizo el 22 de junio pasado. "Aunque vi que varias empanaderas llevan sus premios a los concursos para atraer a los clientes a mí me da vergenza", señaló con humildad. Zunilda está estudiando peluquería en la Fundación Roberto Romero y con el premio del concurso piensa comprarse implementos para un futuro salón de belleza. Mientras, la campeona de 2016 vende sus empanadas sábados y domingos en la manzana 76, lote 19, del barrio Las Costas.
La tradición
Muy emocionada, espantándose las lágrimas para las fotos, se la vio el 17 de julio a Nievisa Gusmán (69), quien se hizo acreedora al segundo puesto. Cuando levantó el trofeo hacía dos semanas que había perdido a su compañero durante 46 años, Hugo Tejerina. Nievisa vive en La Isla (Vaqueros), pero vende empanadas, tamales, humitas y locro los fines de semana en la calle Juan Carlos Dávalos 477 del barrio Ceferino. Tiene cuatro hijos: Jorge (43) y Nancy Tejerina (47), y Gladys (48) y Josefa (54) Gusmán. Además, cuatro nietos.
Contó que este trofeo lo pondrá al lado de los de su nieta Nora Gusmán, quien obtuvo el 1er. premio en 2012 y el 2§ en 2014. "Voy a pagar algunas deudas que tengo y a comprarme algo lindo. Seguiré participando poniendo todo el esmero posible porque me gusta la tradición de la comida regional", señaló ayer.
La herencia
María Socorro Díaz (54), tercer lugar en el podio del 49§ concurso, es oriunda de Joaquín V. González, departamento de Anta. "A los 15 años comencé haciendo empanadas a la par de mi madre. Luego me fui asesorando y hace cuatro años nos dieron un curso a los participantes desde la organización de El Tribuno", relató. Vive en la manzana 400 6B, casa 1, del barrio Virgen del Rosario. Allí vende empanadas los fines de semana. Tiene tres hijos: Claudia Alejandra (37), Isabel Carolina (36) y Armando Federico (34), y está casada hace 38 años con Ramón Parada (58). En su equipo estuvieron trabajando su cuñada Silvia Parada (48) y sus nietos Daiana Abigail Juárez (21) y Nicolás Tapia.
Nievisa Gusmán SEGUNDO PUESTO "Voy a pagar algunas deudas que tengo y a comprarme algo lindo. Seguiré participando porque me gusta la tradición de la comida regional".
Este es el quinto año que concursaba y el año pasado había ganado el segundo premio.
"A mí me gusta que las cosas me salgan bien, prolijas, y que sean presentables: la masa, el recado y la fritura. Las empanadas deben estar parejas y no quemarse. Todos necesitamos vender, participar y ganar; pero hay que esmerarse mucho", comentó. Agregó que los concursantes tienen nervios de acero: "Es tensionante cuando se nos amontona la gente y la freidora no da más. No podemos prestar atención al espectáculo porque estamos concentrados, pero la gente lo disfruta mucho". Luego señaló que está tranquila porque su nuera Zunilda Ruiz y su nieta Daiana recibieron su legado. Acerca del premio especificó: "Con el dinero pagaré deudas. Me siento feliz y quiero seguir progresando. Me prepararé para el próximo concurso".

En 2017 se celebrarán las bodas de oro del certamen y las tres campeonas de 2016 prometieron estar más listas que nunca para defender el lugar que tan merecidamente ganaron este año.
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Buena mano, experiencia y corazón pusieron al elaborar sus empanadas Zunilda Ruiz, Nievisa Gusmán y María Socorro Díaz, las cocineras que subieron al podio del 49§ Concurso de la Empanada que organiza El Tribuno desde 1966.
El 17 de julio pasado se realizó la tradicional fiesta que remite a salida familiar, música y danza folclórica, y a lo mejor de la gastronomía regional. Ayer al mediodía las ganadoras se hicieron presentes en la redacción del diario para retirar sus premios. De las manos de Silvia Romero, gerenta de Relaciones con la Comunidad de El Tribuno, y Norberto Freire, administrador general de Horizontes SA, Zunilda recibió $15.000 en efectivo y una heladera. Nievisa se llevó un horno eléctrico y $8.000. María Socorro obtuvo $5.000 y una máquina elaboradora de pastas caseras.
Sin secretos
La ganadora, Zunilda Ruiz (44), ya había quedado en tercer lugar el año pasado y esta era su revancha. Ella empezó haciendo empanadas para vender con su suegra, María Socorro Díaz, quien este año quedó tercera. "A mí me enseñaron que debía llevar comino y que debía sentirse el comino, y mi suegra no le ponía este condimento; pero fuimos complementándonos y aprendimos una de la otra", contó Zunilda. Nació en Joaquín V. González, departamento de Anta, es la tercera de ocho hermanos y vino a la ciudad cuando tenía 15 años para trabajar de niñera. Zunilda busca en sus recuerdos alguno que le haya dejado un sabor duradero y vuelve siempre a J. V. González, donde su madre le enseñaba los secretos de la cocina elaborada con esmero.
Actualmente vive en el barrio Las Costas. Hace cinco años que vende empanadas a pedido los fines de semana. Tiene tres hijos: Bárbara (20), Aldana (13) y Mariano (3). Si hace un balance de las horas que le han valido la pena, asegura que siempre se ve cocinando.
Zunilda Ruiz PRIMER PUESTO "Estudio peluquería en la Fundación Romero y destinaré el premio a comprar implementos para ponerme un salón de belleza".
Es habitué de los concursos de comida regional, de los que dice recoger clientes y cariño. Añade que estos certámenes son importantes para rescatar sabores y rehuir de innovaciones que no se corresponden con las verdaderas recetas.
Uno pensaría que en esos ámbitos los que contienden no comparten; pero ella lo desmitificó. "A mí el 17 de julio se me habían terminado los discos de empanadas y aún tenía recado y clientes interesados y le compré masa a una vecina de mi puesto", contó.
En su equipo, además de sus hijas, estaban su hermana Valeria Aguilera (34) y su sobrina Sol Campos (13). Haciendo un balance de sus anteriores participaciones dijo que ha mejorado en la estética y la presentación de sí misma, de sus platos y de su puesto. Sobre esta edición en particular señaló: "Cuando estamos en concurso de por sí me pongo tensa y esta vez estaba muy nerviosa porque el viento me apagaba el horno y no me dejaba freír".
"Me gustan las ferias y los concursos porque se trabaja muy bien y se gana dinero; pero cuando gané, menos mal que no me pasaron el micrófono porque estaba nerviosa y no hubiera sabido qué decir", rió. Aconsejó a los que se anotan por primera vez que tengan en cuenta que "las posibilidades se dan para todos, pero lo más importante es prepararse con tiempo y presentarse bien". Ella ya tiene varios trofeos, tanto de este certamen como del Concurso de la Empanada Salteña Don Roberto Romero, que realiza en Castañares la Fundación Sentimiento y cuya XXII edición se hizo el 22 de junio pasado. "Aunque vi que varias empanaderas llevan sus premios a los concursos para atraer a los clientes a mí me da vergenza", señaló con humildad. Zunilda está estudiando peluquería en la Fundación Roberto Romero y con el premio del concurso piensa comprarse implementos para un futuro salón de belleza. Mientras, la campeona de 2016 vende sus empanadas sábados y domingos en la manzana 76, lote 19, del barrio Las Costas.
La tradición
Muy emocionada, espantándose las lágrimas para las fotos, se la vio el 17 de julio a Nievisa Gusmán (69), quien se hizo acreedora al segundo puesto. Cuando levantó el trofeo hacía dos semanas que había perdido a su compañero durante 46 años, Hugo Tejerina. Nievisa vive en La Isla (Vaqueros), pero vende empanadas, tamales, humitas y locro los fines de semana en la calle Juan Carlos Dávalos 477 del barrio Ceferino. Tiene cuatro hijos: Jorge (43) y Nancy Tejerina (47), y Gladys (48) y Josefa (54) Gusmán. Además, cuatro nietos.
Contó que este trofeo lo pondrá al lado de los de su nieta Nora Gusmán, quien obtuvo el 1er. premio en 2012 y el 2§ en 2014. "Voy a pagar algunas deudas que tengo y a comprarme algo lindo. Seguiré participando poniendo todo el esmero posible porque me gusta la tradición de la comida regional", señaló ayer.
La herencia
María Socorro Díaz (54), tercer lugar en el podio del 49§ concurso, es oriunda de Joaquín V. González, departamento de Anta. "A los 15 años comencé haciendo empanadas a la par de mi madre. Luego me fui asesorando y hace cuatro años nos dieron un curso a los participantes desde la organización de El Tribuno", relató. Vive en la manzana 400 6B, casa 1, del barrio Virgen del Rosario. Allí vende empanadas los fines de semana. Tiene tres hijos: Claudia Alejandra (37), Isabel Carolina (36) y Armando Federico (34), y está casada hace 38 años con Ramón Parada (58). En su equipo estuvieron trabajando su cuñada Silvia Parada (48) y sus nietos Daiana Abigail Juárez (21) y Nicolás Tapia.
Nievisa Gusmán SEGUNDO PUESTO "Voy a pagar algunas deudas que tengo y a comprarme algo lindo. Seguiré participando porque me gusta la tradición de la comida regional".
Este es el quinto año que concursaba y el año pasado había ganado el segundo premio.
"A mí me gusta que las cosas me salgan bien, prolijas, y que sean presentables: la masa, el recado y la fritura. Las empanadas deben estar parejas y no quemarse. Todos necesitamos vender, participar y ganar; pero hay que esmerarse mucho", comentó. Agregó que los concursantes tienen nervios de acero: "Es tensionante cuando se nos amontona la gente y la freidora no da más. No podemos prestar atención al espectáculo porque estamos concentrados, pero la gente lo disfruta mucho". Luego señaló que está tranquila porque su nuera Zunilda Ruiz y su nieta Daiana recibieron su legado. Acerca del premio especificó: "Con el dinero pagaré deudas. Me siento feliz y quiero seguir progresando. Me prepararé para el próximo concurso".

En 2017 se celebrarán las bodas de oro del certamen y las tres campeonas de 2016 prometieron estar más listas que nunca para defender el lugar que tan merecidamente ganaron este año.
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