¿Qué sentís ante el segundo femicidio que comete Gabriel Herrera, tu papá?
Siento mucho dolor y tristeza porque esto es muy fuerte para mí, para mí es volver a revivir lo que pasé hace casi 11 años.
El 23 de marzo de 2006, mi abuela, mi mamá, mi hermanito y yo viajamos a dedo a Metán para visitar a este asesino en el penal. Entramos a la visita y supuestamente a él le dolía la cabeza, se sentía mal; entonces entraron a la celda con mi mamá. Pasaba el tiempo y no salían. Yo sentí una corazonada, un presentimiento. Va mi hermanito a jugar en el patio. También sale mi abuela y lo ve a este asesino atrás de una reja pasándole 50 pesos a un guardiacárcel, y le pregunta:
- Chirete, ¿la Vero?
- Espere doña, le contestó él.
- Chirete, ¿la Vero?, le insistió.
- Ya va, doña.
Y así reiteradas veces hasta que en determinado momento dijo: "Ya la maté a su hija". Así, fríamente. Imagínese. Mi abuela entró en llanto, bronca, mucho dolor, mucha tristeza. Yo salgo, la veo llorando y le pregunto qué pasaba. Ella me dice: "Dice que ya la mató a tu mamá". Le pregunto, me pongo a llorar y él riéndose y burlándose me dice: "Qué llorás, marica. No seas maricón! ¿Por qué llorás? Ya la maté a tu mamá ¿La querés ver? Ahí está tu mamá, muerta. Mirá". Salió de la celda y estaba mi mamá tirada, ahorcada, muerta...
Sí y para mí eso es como si lo hubiese vivido hace media hora. Yo tengo cada detalle y cada momento que pasó presente siempre.
Había actos de violencia. Él era una persona violenta.
A mí sí. A él no porque era chiquito. Pero a mí, mientras él podía, me azotaba.
Llega por varias causas de robo calificado y hurto. Cumplía una condena de seis años y cuatro meses. Después pasó lo que pasó con mi mamá.
Supuestamente, porque la amaba. Eso le dijo a la Justicia. Él era celoso.
El jueves fui al penal para ver si era cierto lo que leí en un portal. Cuando supe que era verdad, yo me vine abajo porque ese dolor yo ya lo viví en carne propia. Lo viví en persona. Yo vi a mi mamá muerta a menos de dos metros.
No siento nada por él. Nunca quise ni quiero saber de esa persona. Él es el diablo en persona que destruye familias. Es un enfermo.
No, porque nunca lo sentí así. No merece que lo llame padre.
La Justicia debería prohibirle visitas íntimas, familiares y de todo tipo. Prohibirle y no tan solo a él. Desde mi punto de vista, a todas las personas asesinas y violadores deberían prohibirles las visitas, el contacto físico con familiares y con toda clase de personas.
Si un hombre pega una vez, pega dos, pega tres y así lo hará siempre. Creo que hoy en día hay bastante responsabilidad de parte de la mujer. Creo que a la primera se tienen que alejar. Yo no soy un santo porque también soy responsable y me hago cargo de que cometí violencia de género, pero hoy en día mi vida está cambiando, estoy recibiendo ayuda.
Con quien fue mi primera mujer tuve actos de violencia, pero no llegó a mayores porque actuamos a tiempo, nos separamos y cada uno por su lado. Con mi segunda mujer sucedió lo mismo.
Trato de ponerle el pecho a las balas, de salir adelante y superarme día a día. No ser quien hoy en día es este asesino, que mató a mi madre y a Andrea. Hoy (por ayer) me llamaron del Ministerio de Derechos Humanos y me brindaron una excelente atención. El lunes inicio una terapia psicológica y de contención. Yo acepté, creo en mí, en mi fuerza de voluntad, de que si yo cometí un error, estoy a tiempo. No porque sea hijo de un asesino yo soy un asesino como muchas veces me lo dijeron ayer y hoy. Yo no soy un asesino, el asesino es esa persona.
Doy gracias a Dios que las dos mujeres que tuve decidieron terminar la relación; les agradezco porque me ayudaron a recapacitar. Por eso digo a todas las mujeres que no se dejen golpear, porque el hombre que pega una vez, pega dos, tres veces y lo va a seguir haciendo.
Desde hoy lo mío es tratar de terminar los estudios, voy a retomar este año. Voy a tratar de superarme como persona, como ser humano, como padre para mis dos hijitas.
inicia sesión o regístrate.
¿Qué sentís ante el segundo femicidio que comete Gabriel Herrera, tu papá?
Siento mucho dolor y tristeza porque esto es muy fuerte para mí, para mí es volver a revivir lo que pasé hace casi 11 años.
El 23 de marzo de 2006, mi abuela, mi mamá, mi hermanito y yo viajamos a dedo a Metán para visitar a este asesino en el penal. Entramos a la visita y supuestamente a él le dolía la cabeza, se sentía mal; entonces entraron a la celda con mi mamá. Pasaba el tiempo y no salían. Yo sentí una corazonada, un presentimiento. Va mi hermanito a jugar en el patio. También sale mi abuela y lo ve a este asesino atrás de una reja pasándole 50 pesos a un guardiacárcel, y le pregunta:
- Chirete, ¿la Vero?
- Espere doña, le contestó él.
- Chirete, ¿la Vero?, le insistió.
- Ya va, doña.
Y así reiteradas veces hasta que en determinado momento dijo: "Ya la maté a su hija". Así, fríamente. Imagínese. Mi abuela entró en llanto, bronca, mucho dolor, mucha tristeza. Yo salgo, la veo llorando y le pregunto qué pasaba. Ella me dice: "Dice que ya la mató a tu mamá". Le pregunto, me pongo a llorar y él riéndose y burlándose me dice: "Qué llorás, marica. No seas maricón! ¿Por qué llorás? Ya la maté a tu mamá ¿La querés ver? Ahí está tu mamá, muerta. Mirá". Salió de la celda y estaba mi mamá tirada, ahorcada, muerta...
Sí y para mí eso es como si lo hubiese vivido hace media hora. Yo tengo cada detalle y cada momento que pasó presente siempre.
Había actos de violencia. Él era una persona violenta.
A mí sí. A él no porque era chiquito. Pero a mí, mientras él podía, me azotaba.
Llega por varias causas de robo calificado y hurto. Cumplía una condena de seis años y cuatro meses. Después pasó lo que pasó con mi mamá.
Supuestamente, porque la amaba. Eso le dijo a la Justicia. Él era celoso.
El jueves fui al penal para ver si era cierto lo que leí en un portal. Cuando supe que era verdad, yo me vine abajo porque ese dolor yo ya lo viví en carne propia. Lo viví en persona. Yo vi a mi mamá muerta a menos de dos metros.
No siento nada por él. Nunca quise ni quiero saber de esa persona. Él es el diablo en persona que destruye familias. Es un enfermo.
No, porque nunca lo sentí así. No merece que lo llame padre.
La Justicia debería prohibirle visitas íntimas, familiares y de todo tipo. Prohibirle y no tan solo a él. Desde mi punto de vista, a todas las personas asesinas y violadores deberían prohibirles las visitas, el contacto físico con familiares y con toda clase de personas.
Si un hombre pega una vez, pega dos, pega tres y así lo hará siempre. Creo que hoy en día hay bastante responsabilidad de parte de la mujer. Creo que a la primera se tienen que alejar. Yo no soy un santo porque también soy responsable y me hago cargo de que cometí violencia de género, pero hoy en día mi vida está cambiando, estoy recibiendo ayuda.
Con quien fue mi primera mujer tuve actos de violencia, pero no llegó a mayores porque actuamos a tiempo, nos separamos y cada uno por su lado. Con mi segunda mujer sucedió lo mismo.
Trato de ponerle el pecho a las balas, de salir adelante y superarme día a día. No ser quien hoy en día es este asesino, que mató a mi madre y a Andrea. Hoy (por ayer) me llamaron del Ministerio de Derechos Humanos y me brindaron una excelente atención. El lunes inicio una terapia psicológica y de contención. Yo acepté, creo en mí, en mi fuerza de voluntad, de que si yo cometí un error, estoy a tiempo. No porque sea hijo de un asesino yo soy un asesino como muchas veces me lo dijeron ayer y hoy. Yo no soy un asesino, el asesino es esa persona.
Doy gracias a Dios que las dos mujeres que tuve decidieron terminar la relación; les agradezco porque me ayudaron a recapacitar. Por eso digo a todas las mujeres que no se dejen golpear, porque el hombre que pega una vez, pega dos, tres veces y lo va a seguir haciendo.
Desde hoy lo mío es tratar de terminar los estudios, voy a retomar este año. Voy a tratar de superarme como persona, como ser humano, como padre para mis dos hijitas.