Veinticinco minutos después de lo previsto, a las 19.40, la rectora Sandra Méndez, en voz alta, dijo que se podía empezar la prueba. Los futuros docentes de escuelas primarias, en su gran mayoría mujeres con sus delantales blancos, posaron sus ojos sobre los cuadernillos de más de 25 hojas. En el Instituto de Educación Superior (IES) 6.001 General Manuel Belgrano (ex-Normal), la asistencia fue perfecta. Estaban los 89 estudiantes que este año hicieron sus prácticas en aulas durante el primer cuatrimestre o la están realizando en la actualidad. Luego de las dos horas de examen, Juan López, de 31 años, le contó a El Tribuno que logró hacer todas las consignas y que le pareció bastante fácil la evaluación nacional Enseñar, que de forma simultánea se hizo en 30 institutos de formación docente en Salta. En el país, fueron 519.
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Veinticinco minutos después de lo previsto, a las 19.40, la rectora Sandra Méndez, en voz alta, dijo que se podía empezar la prueba. Los futuros docentes de escuelas primarias, en su gran mayoría mujeres con sus delantales blancos, posaron sus ojos sobre los cuadernillos de más de 25 hojas. En el Instituto de Educación Superior (IES) 6.001 General Manuel Belgrano (ex-Normal), la asistencia fue perfecta. Estaban los 89 estudiantes que este año hicieron sus prácticas en aulas durante el primer cuatrimestre o la están realizando en la actualidad. Luego de las dos horas de examen, Juan López, de 31 años, le contó a El Tribuno que logró hacer todas las consignas y que le pareció bastante fácil la evaluación nacional Enseñar, que de forma simultánea se hizo en 30 institutos de formación docente en Salta. En el país, fueron 519.
"Eran temas que trabajamos a lo largo de la carrera: interpretación de textos, de consignas, lo que conlleva el uso de las TIC (Tecnologías de la Información y Comunicación) y preguntas abiertas relacionadas con la programación de clases. También se enfocó en la inclusión", detalló el estudiante, más aliviado. Antes de entrar, la incertidumbre de no saber con qué se iba a encontrar lo tenía inquieto.
Al IES 6.043 Jorge Luis Borges, de barrio San Carlos, en la zona sur de la ciudad, faltaron 11 estudiantes de los 60 que estaban en condiciones de ser evaluados en las carreras de Matemática y Lengua. La rectora Gabriela Tejerina respondía en su oficina el cuestionario enviado por Nación. El aplicador, un profesor de la institución, y el observador, una docente del interior, tenían una planilla cada uno, que también vino en las cajas selladas que se resguardaron celosamente hasta minutos antes de la prueba. Como en todos los institutos, se entregó una placa por la participación y los evaluados también recibieron su certificado. Dos estudiantes por grupo, en una decena de institutos, recibieron además un cuadernillo extra para completar. Se trata de una segunda instancia del operativo que releva datos cualitativos.
Patricia del Carril, directora del nivel Superior, destacó: "La evaluación anónima y diagnóstica nos va a permitir tomar decisiones en las políticas educativas. Rescatar lo bueno y fortalecer lo que falta".
Consultada sobre el rechazo por parte del gremio CTERA, entre otros, dijo: "Es llamativo porque no estamos haciendo una evaluación a los docentes, sino a los estudiantes".