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Identificaron en Malvinas al soldado Jorge Luis Sisterna

Le informaron formalmente a la familia que el cotejo de ADN fue positivo.
Sabado, 16 de diciembre de 2017 00:00

Después de la guerra de Malvinas, Adelma Méndez y sus hijos viajaron varias veces a las islas australes que nuestros corazones nunca resignarán, para abrazarse a alguna cruz en ese cementerio de incertidumbre que aún es Darwin. El ritual consistía en elegir una al azar y llenarla de plegarias, flores y relatos de cómo siguió la vida que muy temprano se truncó para los héroes de esa frustrada contienda armada.

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Después de la guerra de Malvinas, Adelma Méndez y sus hijos viajaron varias veces a las islas australes que nuestros corazones nunca resignarán, para abrazarse a alguna cruz en ese cementerio de incertidumbre que aún es Darwin. El ritual consistía en elegir una al azar y llenarla de plegarias, flores y relatos de cómo siguió la vida que muy temprano se truncó para los héroes de esa frustrada contienda armada.

La cruz que representaba en Darwin al hijo de Adelma, Jorge Luis Cisterna, un oranense de 20 años que murió en combate el 6 de junio de 1982 siendo cabo segundo de la compañía de Ingenieros Anfibios, estuvo siempre abrigada por un poncho salteño y bendecida por varios rosarios.

El audaz joven murió por la patria tras enfrentarse en una zona minada del Monte Dos Hermanas con una patrulla inglesa, y con él se eternizó su anhelo de conocer a Jorgelina, la hija que esperaba su novia Charo mientras él peleaba en las islas.

35 años pasaron pesando en el corazón de la familia Sisterna que viajó cada tanto a hacer el duelo, a compartir el aire del confín que respiró Jorge Luis a sus 20 años, antes de morir, a imaginarlo ahí vestido de soldado, a recuperarlo a través del recuerdo aunque no supieran debajo de cuál cruz estaba enterrado. Algo estaba claro: todo había terminado en ese camposanto. Pero esta semana una noticia llegó para afirmar la fe de los Sisterna porque las muestras de ADN de la familia fueron cotejadas rigurosamente con los cuerpos que yacen en Darwin y se pudo establecer la identidad de Jorge Luis. Ahora su cruz tendrá su nombre.

Su hermano César, conmovido por la confirmación, le contó a El Tribuno que "en diciembre de 2014 nos tomaron muestras de ADN a mi madre y hermanos; y nos informaron que iban a buscar la identidad de los soldados sepultados en las islas Malvinas. Nos aclararon en aquel momento que iban a tardar los resultados por todos los trámites que debían hacer con Gran Bretaña. En realidad, ya habíamos perdido las esperanzas de identificar a mi hermano Jorge Luis, pero hace una semana y media nos pidieron viajar a Buenos Aires para informarnos sobre los resultados. Fuimos con mi mamá Adelma, mis hermanas Andrea, Daniela y allá nos encontramos con nuestros hermanos Ana y Sebastián; como mi hermana Marcela no pudo viajar, mandó a su hija que vive en Buenos Aires a acompañarnos".

Unidos como siempre en esta causa sagrada que se llama Malvinas, la familia Sisterna llegó a la Escuela de Mecánica de la Armada, donde los recibieron funcionarios de Derechos Humanos, una antropóloga española y una escribana de la Nación. "Nos dijeron: el resultado es positivo, el cuerpo de Jorge fue identificado".

Jorge contó que "nosotros ya habíamos ido a Malvinas varias veces y veíamos las cruces en el cementerio de Darwin, elegíamos una cruz al azar y le poníamos un rosario cada vez que íbamos. No sabíamos dónde estaba nuestro hermano, pero ese ritual nos servía para hacer el duelo, llorar y saber que ahí se había terminado todo. Cerrar el círculo. La búsqueda de identidad se hizo uno por uno, el entierro fue muy prolijo, lo que permitió hacer esta identificación".

Junto a los restos mortales del cabo primero Jorge Luis Sisterna estaba su tarjeta de identificación naval, la cédula de identidad, el carné de la obra social de la Armada y el DNI. "Toda la documentación estaba en buenas condiciones. La tenemos nosotros ahora", dijo César, hermano menor del héroe de Malvinas, quien cuando este fue a la guerra cursaba el segundo año en la Infantería de Marina.

César contó: "Yo no fui a la guerra porque estaba prestando servicios en la escuela de Infantería. Mi mamá estaba muy angustiada pensando que nos iríamos los dos, y Jorge la tranquilizaba. Mi hermano era experto en explosivos, en campos minados, los sabía recorrer y sabía instalar minas. Murió cuando estaba cerrando un campo minado para que no se filtren los ingleses. Recuerdo que estaba en Mar del Plata cuando me llamaron para decirme que había muerto. Fue el momento más triste de mi vida. Jorge era mi héroe".

Era el mayor de 7 hermanos que nacieron en el barrio Gemes de Orán y estudiaron en la escuela homónima, donde una placa lo recuerda a Jorge Luis Sisterna como él héroe que Orán le dio a la Patria. Cada 6 de junio en Puerto Belgrano se hace un acto en un monumento que erigieron en su honor.

Contrariado, César dijo: "Acá en Orán no hay mucha conciencia de la causa Malvinas. La gente se tiene que involucrar y comprometerse más con la historia. Las Malvinas son argentinas".

 

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