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Mató a su esposa por celos y dinero para droga y alcohol

El femicidio en Gemes dejó a 10 hermanos huérfanos, de 5 a 23 años.Claudia Saracho lo había denunciado y había pedido custodia. No se la dieron.
Martes, 13 de junio de 2017 00:00

Claudia Saracho, de 39 años, fue asesinada de una certera puñalada a la altura del pecho, propinada por su marido Oscar Rolando Colque, de 53 años, el domingo por la tarde. Tras la intervención de la Justicia, ayer se supo que el femicidio tuvo origen en un violento ataque del hombre por supuestos celos, y para quedarse con dinero que la mujer ganaba con su trabajo, para comprar drogas y bebidas alcohólicas.

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Claudia Saracho, de 39 años, fue asesinada de una certera puñalada a la altura del pecho, propinada por su marido Oscar Rolando Colque, de 53 años, el domingo por la tarde. Tras la intervención de la Justicia, ayer se supo que el femicidio tuvo origen en un violento ataque del hombre por supuestos celos, y para quedarse con dinero que la mujer ganaba con su trabajo, para comprar drogas y bebidas alcohólicas.

El femicidio tuvo lugar en la casa donde ambos vivían, ubicado en calle España al 1000 en la ciudad de General Güemes. Y tuvo como involuntarios testigos a tres de sus hijos, una de las cuales sufrió heridas en una mano al intentar evitar el homicidio de su madre.

Sostén de la casa

Claudia Saracho se dedicaba a la venta de tortilla a la parrilla a un costado de la ruta provincial N§ 11. Con el producto de esas ventas mantenía a su numerosa familia, compuesta por 10 hijos que tuvo con Colque. Hoy dos de sus hijas mayores no conviven ya con sus padres.

La pareja estaba disuelta en los hechos; desde hace un tiempo ellos vivían en piezas separadas dentro de un mismo techo.

Incluso desde hace tiempo que la víctima había realizado varias denuncias por maltrato y violencia física, pero nunca quedó detenido.

"Ella hizo varias denuncias, pero nadie hizo nada, el tipo era un alcohólico y se drogaba; no trabajaba y le sacaba la plata a mi hermana. Ayer (por el domingo), ella terminó de vender las tortillas y se fue a su casa, alrededor de las 22. Él estaba allí, como todos los días con gente peligrosa que también se droga y consume alcohol. Fue a buscarla y discutieron por la plata; en un momento dado tomó un cuchillo de grandes dimensiones y se lo incrustó el pecho", comentó con mucho esfuerzo Gabriel Saracho, hermano de la mujer ultimada.

Los relatos sobre lo que ocurrió momentos antes del femicidio fueron terribles.

En un momento dado Colque comenzó a buscarla con el cuchillo. Uno de los hijos, de 13 años, se le colgó del cuello al padre para intentar evitar la agresión. Araceli, la hija de 18 años, forcejeó con Colque para quitarle el cuchillo, pero terminó con un profundo corte en la palma de su mano, tanto que tuvo que ser atendida en el hospital. Ni ninguno de los hermanos pudo detener al padre, que le asestó un certero puntazo en el pecho a Claudia.

Tras la puñalada, el asesino se retiró y sus hijos intentaron calmar a Claudia. Querían apaciguar la situación y evitar que su padre regresara con más violencia. En la casa era tan normal que fuera agredida que solo optaron por llevarla hasta su cama y la recostaron, sin darse cuenta que estaba herida de muerte.

"Ella estaba amenazada; el otro nunca hizo nada por sus hijos, encima le hacía escenas de celos. En varias oportunidades la acusó de tener un amante. Era una gran mujer, daba todo por su familia, nunca se quedó quieta, era la única que aportaba para los alimentos, estamos destrozados, solo queremos que se haga justicia por mi hermana y mis sobrinos".

La vivienda de la familia Saracho es muy humilde; ella convivía con siete de sus hijos, solo había dos cuchetas para todos, de acuerdo a testimonios de familiares y amigos que se llegaron para brindarle su apoyo.

La víctima realizó varias denuncias policiales por maltratos, pero sin lograr una respuesta que le pudiera salvar la vida.

Desde la comisaría informaron que no fueron muchas, solo dos, una hace dos años y una segunda hace una semana, pero eran por amenazas y "lamentablemente -indicaron-, de acuerdo al Código Penal, no es un delito que pudiera llevar a una persona a la cárcel".

También María Fernández, hermana de Claudia, expresó su dolor por lo ocurrido. "Sabíamos que esto iba a pasar, ella lo estaba denunciando ¿Por qué no se hizo nada? Él es un alcohólico que nadie en el barrio quería, realizaba una juntadera con otros igual que él y los vecinos lo tomaban como un lugar inseguro. Ella era una trabajadora, sola criando a tantos hijos. Aún estamos evaluando cómo ayudamos a nuestros sobrinos; los más chiquitos no saben lo que le pasó a su mamá, los adolescentes están muy mal, pero con el apoyo de los vecinos los vamos a sacar adelante", manifestó María.

Durante la mañana de ayer se hizo presente personal profesional de Derechos Humanos, comprometiéndose a brindar asistencia psicológica a los chicos y acordar un trabajo conjunto con el municipio. "A esta familia ya la estábamos asistiendo, inclusive con asistencia legal, ahora todas las áreas van a estar a disposición de sus hijos para brindarles la ayuda que necesiten", manifestó Milagro Cancino, de la Dirección de la Mujer.

Ordenaron una custodia pero no se cumplió

El pasado 2 de junio, Claudia Soledad Saracho había denunciado a su esposo Rolando Colque por hechos de violencia y amenazas. En sus declaraciones ante la Policía, la mujer había solicitado protección de la Policía para evitar que el hombre pudiera concretar sus amenazas.
Ante esta denuncia, la Fiscalía de Violencia Familiar y de Género 2, a cargo de Facundo Ruiz de los Llanos, había dispuesto ese mismo día distintas medidas de protección para la mujer y sus hijos, entre ellas que se le asigne una consigna policial fija durante diez días. Si la custodia se hubiera hecho efectiva, ayer se habría cumplido con la última jornada, justo el día que Saracho fue asesinada de una certera puñalada por el hombre al que temía.
Sin embargo, el domingo en la tarde, en la casa de la calle España al 1000, que compartía la pareja pese a estar separados, no había ninguna consigna policial.
Por esta situación el fiscal Paz confirmó ayer que girará las actuaciones a la Fiscalía Penal de General Güemes, para que se investigue la supuesta comisión del delito de incumplimiento de los deberes de funcionario público y se determinen las responsabilidades del caso.
Ayer, familiares de Claudia Saracho también señalaron que la mujer había solicitado custodia policial, un servicio que nunca recibió. Ella había advertido varias veces a la Policía sobre las amenazas y la violencia de su esposo, de la que era víctima constantemente.

 

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