Un conmocionante caso de gatillo fácil se comenzará a ventilar en la mañana de hoy en la ciudad judicial. Se trata del crimen de Nahuel Salvatierra, quien fue ultimado por un disparo en el ojo efectuado por un agente de la policía provincial, cuando el joven se hallaba desarmado y no tenía estado beligerante, en un confuso episodio donde convergen aristas que deberán ser consideradas y o analizadas en el transcurso del debate, que amenaza ser un escándalo si -según los familiares- se dice la verdad real de los hechos que llevaron a "silenciar" la vida de un adolescente.
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Un conmocionante caso de gatillo fácil se comenzará a ventilar en la mañana de hoy en la ciudad judicial. Se trata del crimen de Nahuel Salvatierra, quien fue ultimado por un disparo en el ojo efectuado por un agente de la policía provincial, cuando el joven se hallaba desarmado y no tenía estado beligerante, en un confuso episodio donde convergen aristas que deberán ser consideradas y o analizadas en el transcurso del debate, que amenaza ser un escándalo si -según los familiares- se dice la verdad real de los hechos que llevaron a "silenciar" la vida de un adolescente.
A partir de hoy lunes 1 de octubre se desarrollará en la Sala VII del Tribunal de Juicio la audiencia de debate seguida contra Juan Carlos Cardozo, por el delito de homicidio calificado, y contra Emiliano Gastón Aguilera Alanis, por incumplimiento de los deberes de funcionario público y encubrimiento, en perjuicio de Nehemías Nahuel Salvatierra (17). Ambos acusados son policías de la provincia.
El juicio unipersonal estará a cargo del juez Francisco Mascarello. Por el Ministerio Público intervendrá el fiscal de la Unidad de Graves Atentados contra las Personas 3, Rodrigo González Miralpeix, La defensa de los acusados estará en manos de Karina Peralta, de la Unidad de Defensa Pública 1. La audiencia se extenderá hasta el próximo 18 de octubre.
El hecho por el cual serán juzgados el cabo Juan Carlos Cardozo y el sargento Emiliano Gastón Aguilera Alanís ocurrió la noche del 3 de enero de este año en barrio Solidaridad, en inmediaciones de las calles Martín Fierro y Fortín Las Juntas. Los dos imputados circulaban por el lugar cuando se toparon con un enfrentamiento entre jóvenes de dos barras antagónicas -"La ranchada" y "Los cirujas"-, quienes comenzaron a insultarlos.
Según consta en la causa, al llegar a la esquina de la calle Martín Fierro, los policías motorizados (no eran motos oficiales ni estaban uniformados) giraron y regresaron hasta quedar enfrente de tres jóvenes de la barra "La ranchada", entre los cuales se encontraba la víctima.
Tras intercambiar algunas palabras, Cardozo tomó su arma reglamentaria, le apuntó a Salvatierra y disparó.
El impacto letal impactó en el rostro de la víctima.
Otra versión
En las primera horas de ocurrido el hecho El Tribuno publicó que el arrebato de un cabo de la Policía provincial derivó en la muerte de Nahuel Salvatierra.
Según los vecinos, el policía Juan Carlos Cardozo, de 37 años desenfundó su arma 9 mm y ejecutó al menor.
Las primeras versiones oficiales señalaron que el proyectil impacto en la zona occipital de la cabeza del joven, quien se desplomó y quedó tendido en el lugar. El cabo estaba acompañado por el sargento Emilio Gastón Aguilera (31), y tras los disparos se subieron a una moto 110cc y se marcharon sin importarles la situación de la víctima. El cabo y el sargento viajaban vestidos de civil a bordo de una moto 110cc particular, llegaron a la intersección de una de las calles ubicadas sobre la manzana 418 "B", lote 20 de la segunda etapa del barrio Solidaridad y se detuvieron.
Ya entonces en ese punto de lo ocurrido había dos historias. La versión oficial indica que los policías observaron un "desorden" entre dos bandos y detuvieron la marcha.
Uno de los jóvenes que esa noche estaba junto a Nahuel Salvatierra contó a El Tribuno que por la tarde de aquel día ellos -unas tres o cuatro personas- estaban en la esquina cuando los policías de civil pasaron y les gritaron que se retiraran. "Nosotros le dijimos que nos digan bien las cosas y ahí uno de ellos nos dijo que si no nos íbamos nos iba a cagar a tiros", apuntó el muchacho.