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4 de Julio,  Salta, Centro, Argentina
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El Círculo: una casa donde se impregnó de cultura salteña

La prestigiosa institución lleva 93 años y sigue aportando a la provincia
Domingo, 23 de diciembre de 2018 14:34
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Con notable éxito se llevó a cabo la cena del club cultural, social y deportivo El Círculo, que lleva 93 años de vida institucional. Un reducto que cobijó a los más reconocidos personajes de la bohemia salteña.
La reunión fue con copa en mano para despedir el 2018 y afrontar los nuevos desafíos que se aproximan para el próximo año.
Los changos de Claroscuro le dieron un brillo especial a la noche. Su canto tiene serias intenciones dentro del circuito folclórico...y como no tenerlo, si van de la mano del maestro Roberto Ternán, uno de los grandes compositores del territorio nacional, y también socio de El Círculo, al igual que el legendario Pitín Zalazar, que no se quedó con las ganas y subió al escenario para exhibir que todavía hay cuerda para rato.
Como todos los años se entregaron distinciones a socios destacados. En esta oportunidad recayó en Julito Cullel y Alfredo “Pachi” Gudiño, por su enorme y desinteresado aporte en bien de la institución.
Los muchachos del local Tandoori (Chato y Oscar) se portaron de “diez” y no pudieron ser “abatidos” por los pedidos. Carlitos Escandar (ex presidente del club) andaba junto con sus hijos Tincho y Nicolás, ahí nomás cerquita: Pupo, Sanmillán, Oveja, y compañía, disfrutaban de una charla amena.
El notable maestro de ajedrez Diego Belmonte, el poeta Gustavo Agüero, Pica Orte (secretario), el fotógrafo Abel Molina, “Palo ‘i bombo” Suppa, Huguito Montiel y el doctor Nica, se emocionaban con los recuerdos y las anécdotas.
Juancito Jah Jah comió y salió como los bomberos. El Cabezón Dátilo quedó feliz con el postre y amenazaba con mano en el bolsillo por si había que cubrir otros gastos.
El doctor Claudio Torfe y el Turco Saka estuvieron la mesa de los homenajeados; también José y su señora Claudia.
El vicepresidente Zurdo Carral fue elegido como la revelación 2018 del juego de la carambola.
¡Qué mesita! Julito, Magu, Felipe, el profe Medina y “Huevo” González, cuidaban los “vicios” porque decían que Carlitos andaba cerca.
La muchachada del club: Manzana, Mario, Corcho, Ramiro, Bocha, Ezequiel, Semilla, Beto, Luisito Leguizamón (hijo del Cuchi), Muñeco, Américo, Cone, pedían por favor ser rescatados de “Huevo” Rojas.
Claudio la pasó bomba, se ubicó en la mesa de los “famositos”. El ingeniero Boca se tomó unos vinitos de primera división, acompañado de “Zapato” Gómez, Pilín, Pepe Crespo, Darío y el tordo Emilio López.
El “Peladito” González no dejó nada librado al azar, un laburante incondicional, con un fuerte compromiso y amor al club de General Güemes 636...mientras no pise un corcho. ¡Qué hablar de Pimba Daguerre! un renegón pero siempre al pie del caballo, su dedicación y entrega realmente es admirable, y ojalá sus semillas dejen fruto, por el bien de esta prestigiosa institución salteña.
Petito, Chireno, Leo, el “Japonés”, Di Carlo, Pirucho y “Rojitas“, se enrojecieron las palmas con el grupo Claroscuro.
Los grandes ausentes: Lucho García y Pocho Flores. Las malas lenguas dicen que andaban tomando “fresquito” por Tucumán.
Así pasó la increíble noche de amigos, con la permanente frase ¡qué le faltaba al muerto! Salud.

Entre cuatro paredes

Club El Círculo lleva 93 años impregnado en la vida cultural, deportivo y social de los salteños. Infinitas anécdotas se tejieron entre esas cuatro paredes. Actualmente en la sede funciona la Federación Salteña de Ajedrez. Además, se realizan presentaciones de libros, exposiciones, recitales, entre tantos actos culturales.
La historia la escribieron grandes músicos, cantores, poetas y hombres de la cultura salteña. El piano del Cuchi Leguizamón todavía suena en la sala Neri Cambronero. En ocasiones llegaban el “Barba” Castilla y Jaime Dávalos para ponerle su cuota de poesía a El Círculo. El Tano Petrocelli también fue un asiduo concurrente y un enamorado del ajedrez.
Sin dudas, una casa para cuidar porque allí adentro y sobre la mesa se cristaliza una gran porción de la cultura salteña.

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