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Doma, gastronomía y música para honrar al Gauchito Gil

El domingo 18 de febrero se realizará el 12º Festival en honor al Gauchito Gil en la estación Zuviría. Habrá 36 domas, delicias locales, sorteos y muchas sorpresas. La jornada finalizará con un gran baile popular.
Lunes, 12 de febrero de 2018 15:15

María Belén Zannier

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María Belén Zannier

El próximo 18 de febrero en El Carril se realizará el 12º Festival en honor al Gauchito Gil, que se desarrollará desde el mediodía en la estación Zuviría. Habrá venta de comidas regionales, jineteadas con 36 montas en todas las categorías y la actuación de numerosos artistas. 
La jornada finalizará con un gran baile popular, con la presentación de Gastón y sus Tropicales, Chamameceros, Santiagueños, Los del Cerro, Cara y Chaqui y sus Lirios Salteños, Super Chavos y los Viajeros Colombianos, entre otros.
El festival es organizado por el Grupo de jóvenes Tradicionalistas de El Carril y cuenta con el auspicio de las municipalidades de El Carril y Chicoana.
“La historia del festival se remonta a más de una década atrás. Nace con la promesa de un jinete de El Carril que tuvo un accidente. Él se apromesó al Gauchito Gil y se comprometió a organizar un festival en su honor si volvía a caminar. El gaucho no solo volvió a caminar, sino también a montar. El éxito de esta convocatoria fue tal que luego se hizo cargo de la organización la agrupación gaucha Luis Burela y más tarde nuestra agrupación. Estamos al frente hace 12 años”, contó a El Tribuno Jesús Díaz, integrante del Grupo de Jóvenes Tradicionalistas de la localidad de El Carril. 
Díaz agregó también que durante el festival se venderá un bono solidario a 50 pesos, que tendrá como premios un novillito y dinero en efectivo. Además, desde las 18 habrá sorteos varios y otro tanto ocurrirá con el boleto de la entrada. 
Solidaridad ante todo
Además de mantener vivas las tradiciones del hombre de campo, este festival resalta la esencia del gaucho mismo, que es su solidaridad. 
“Este festival tiene un lado muy solidario. Parte de lo recaudado, se destina a instituciones locales y familias que lo necesitan. Incluso, hubo un año en que la entrada fue un alimento y, junto a la comuna de El Carril, armamos bolsones que se entregaron a las familias carenciadas”, afirmó Jesús Díaz.
Mantener las tradiciones
El Grupo de Jóvenes Tradicionalistas se creó hace poco más de 12 años y está integrado por más de 60 personas, entre niños, jóvenes y adultos. Su actual presidente es David Mamaní.
Uno de los objetivos de la agrupación es preservar las tradiciones en los niños y jóvenes para que, al decir de Jesús Díaz, el “gauchaje” no se pierda. 
“Este festival brinda un espacio muy importante para los chicos, ya que entre rueda y rueda de jineteada se organizan juegos gauchos para más pequeños”, destacó.
Por su parte, contó que en cada fecha patria se organizan jornadas de juegos patrióticos en la sede de la agrupación, en Güemes y Calixto Gauna.
Cada noviembre, en tanto, se preparan para el Día de Todos los Santos y de los Fieles Difuntos, con la realización de una gran cabalgata al cementerio local. “Participan decenas de chicos que llevan ofrendas al cementerio montados en caballos, sulkies y carretas”, explicó Díaz.
“El gaucho es una persona sencilla y amable, colaboradora y solidaria. De allí nace la palabra ‘gauchada’. En El Carril las tradiciones gauchas tienen mucho peso. Y los más chicos y jóvenes buscan ser parte de esto y tener su lugar en los desfiles. Y este festival permite integrar a toda la familia”, finalizó.
El costo de la entrada a la jinetada del Festival es de 100 pesos e igual monto para asistir al baile popular. Para más informes, comunicarse al 155108159.
Devoción popular
Poco se sabe con certeza sobre el gaucho Antonio Mamerto Gil Núñez, más conocido como el Gauchito Gil. 
Nació en Pay Ubre, cerca de Mercedes (Corrientes). Para algunos, era un gaucho fugitivo y, para otros, un gaucho justiciero. 
Se dice que lo condenaron por desertor. Cuenta la leyenda que antes de morir, le dijo al sargento que lo ejecutaría que su hijo enfermaría y moriría, a menos que rezara en su nombre. 
Después de matarlo, el sargento volvió a su casa y encontró a su hijo enfermo. Rezó al Gauchito Gil y su nene se curó.
Desde entonces, el lugar donde murió el Gauchito se convirtió en santuario de peregrinación. Allí, año a año miles de personas se acercan para rendirle homenaje y dejar sus ofrendas: oraciones, velas y cintas rojas.
 
 

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