El hombre, cuya identidad no fue revelada por las autoridades, paró el taxi después del mediodía en la ciudad de Ambato, provincia de Tungurahua, Ecuador. A Manuel Alarcón, el chofer de 54 años, le llamó la atención que el pasajero quisiera sentarse adelante, pero lo dejó. El viaje duró varios minutos, a lo largo de los cuales estuvieron conversando animadamente. Alarcón se reía y el pasajero se mostraba amable, aunque se lo podía percibir algo confuso.
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El hombre, cuya identidad no fue revelada por las autoridades, paró el taxi después del mediodía en la ciudad de Ambato, provincia de Tungurahua, Ecuador. A Manuel Alarcón, el chofer de 54 años, le llamó la atención que el pasajero quisiera sentarse adelante, pero lo dejó. El viaje duró varios minutos, a lo largo de los cuales estuvieron conversando animadamente. Alarcón se reía y el pasajero se mostraba amable, aunque se lo podía percibir algo confuso.
La Policía supone que fue un intento de robo, pero no se llegó a concretar por la resistencia del taxista. Tras un breve forcejeo, el criminal comenzó a acuchillarlo. Tras clavarle 16 puñaladas, el delincuente se bajó del taxi y se arrojó al río Ambato, en un intento por escapar. Sin embargo, minutos más tarde fue detenido por la Policía.