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Que la suerte nos acompañe

Domingo, 10 de junio de 2018 23:21

El camino hacia Rusia de la mano de Jorge Sampaoli fue sinuoso desde el primer momento. Es que el técnico que desembarcó el primer día de junio de 2017, llegó con un discurso que se fue diluyendo día a día. “Es un sueño, tengo mucha ilusión”, dijo al asumir, acompañado por el titular de la AFA, “Chiqui” Tapia, “corresponsable” de que esa ilusión se convirtiera en tortura.
A partir de allí comenzaron las imprecisiones, la falta de poder y hasta los pobres resultados futbolísticos que nos llevaron a rezar a los mil santos conocidos para zafar de las Eliminatorias y sacar el pasaje a Rusia. Lo lograron, pero nadie nos quita tantas horas de sufrimiento, de llegar al borde de un ataque de nervios y de proliferar insultos hasta el ruso básico. Y desde que dio la lista de los 23 convocados, las malas noticias se encadenaron. A la lesión del experimentado Sergio Romero se sumó la de Manuel Lanzini, una pieza clave para que Lío no esté aislado en la ofensiva argentina.
Pero fuera de lo futbolístico también fue bochornoso, con el encuentro fallido entre el papa Francisco y la Selección. Primero, el vocero del Papa anunció que Messi y compañía visitarían el Vaticano. Dos horas después, lo desmintió.
Después, con conocimiento de la historia y diplomático “cero”, se anunciaba el partido entre Israel y Argentina en tierra santa en medio de la permanente tensión entre israelíes y palestinos. El encuentro se suspendió por “seguridad”. Tapia salió al cruce y aseguró lo hacían “por la paz mundial”. ¿Desde la AFA saldrá el próximo Nobel de la Paz? Por lo pronto nos desvela Rusia y que la suerte nos acompañe.

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El camino hacia Rusia de la mano de Jorge Sampaoli fue sinuoso desde el primer momento. Es que el técnico que desembarcó el primer día de junio de 2017, llegó con un discurso que se fue diluyendo día a día. “Es un sueño, tengo mucha ilusión”, dijo al asumir, acompañado por el titular de la AFA, “Chiqui” Tapia, “corresponsable” de que esa ilusión se convirtiera en tortura.
A partir de allí comenzaron las imprecisiones, la falta de poder y hasta los pobres resultados futbolísticos que nos llevaron a rezar a los mil santos conocidos para zafar de las Eliminatorias y sacar el pasaje a Rusia. Lo lograron, pero nadie nos quita tantas horas de sufrimiento, de llegar al borde de un ataque de nervios y de proliferar insultos hasta el ruso básico. Y desde que dio la lista de los 23 convocados, las malas noticias se encadenaron. A la lesión del experimentado Sergio Romero se sumó la de Manuel Lanzini, una pieza clave para que Lío no esté aislado en la ofensiva argentina.
Pero fuera de lo futbolístico también fue bochornoso, con el encuentro fallido entre el papa Francisco y la Selección. Primero, el vocero del Papa anunció que Messi y compañía visitarían el Vaticano. Dos horas después, lo desmintió.
Después, con conocimiento de la historia y diplomático “cero”, se anunciaba el partido entre Israel y Argentina en tierra santa en medio de la permanente tensión entre israelíes y palestinos. El encuentro se suspendió por “seguridad”. Tapia salió al cruce y aseguró lo hacían “por la paz mundial”. ¿Desde la AFA saldrá el próximo Nobel de la Paz? Por lo pronto nos desvela Rusia y que la suerte nos acompañe.

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