En el marco de un lamentable ataque sexual contra una niña Down y la inacción policial y judicial, centenares de personas se congregaron anoche en Coronel Solá para reclamar justicia y para que se ponga punto final a los violadores y a los dealers de la droga que están devastando los pueblos del Chaco salteño.
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En el marco de un lamentable ataque sexual contra una niña Down y la inacción policial y judicial, centenares de personas se congregaron anoche en Coronel Solá para reclamar justicia y para que se ponga punto final a los violadores y a los dealers de la droga que están devastando los pueblos del Chaco salteño.
Un centenar de vecinos protestaron con pancartas y luego hubo una acto público en el que los manifestante pudieron solicitar las distintas peticiones de seguridad, pero sobre todo anclado en la falta de seguridad para con los más jóvenes, atacados por el flagelo de la droga, la falta de trabajo y la inacción gubernamental en todos los campos sociales del Chaco salteño, olvidado desde siempre.
La queja ciudadana se hizo sentir a pesar de la adversidad climática.
El pueblo de Coronel Solá, mas conocido como estación Morillo, está ubicado sobre la ruta nacional 81 y pertenece al departamento Rivadavia, el más extenso y pobre de toda la provincia, aunque desde su subsuelo y emprendimientos privados la riqueza fluye, según sus habitantes, hacia impensados lugares de la República Argentina.
El caso
El violador serial fue detenido el lunes 28 por la policía de Coronel Juan Solá horas después de que ultrajara a una menor de edad que padece síndrome de Down, a quien había interceptado en cercanías de la plaza principal del pueblo la tarde del domingo. En esa ocasión los vecinos del pueblo del Chaco salteño dijeron que la indignación de la gente había llegado a su punto máximo no solo por la brutalidad del hecho, sino por la permisividad de la fuerza pública y de la Justicia.
La crítica apuntaba a que no había intenciones de poner fin al flagelo de la droga, que está diezmando a la juventud y sobre todo a los pueblos originarios, los receptores de toda la droga que ingresa desde diferentes puntos cardinales.
Los vecinos aseguraron que se trata de un verdadero genocidio de esas comunidades, a las que desde un tiempo a la fecha se está aniquilando con la droga de los pobres: el paco.
Un vecino graficó entonces: "No quiero echar más leña al fuego, pero el nivel de perversión es muy alto y ya no hay seguridad ni siquiera en la plaza del pueblo", se quejó.
Consultada una fuente de seguridad provincial, confirmó la denuncia y la demora de un sujeto de unos 30 años, conocido dealer de droga.
Otro vecino advirtió que el sujeto acusado de la violación y abuso de la niña Down es vastamente conocido por hechos similares, la mayoría de ellos contra niñas adictas pertenecientes a las comunidades originarias y dijo: "Tiene fuero, al parecer, porque nunca fue verdaderamente condenado",
Ayer un centenar de personas salió a las polvorientas calles del pueblo a pedir justicia, respeto y soluciones para la juventud perdida en el Chaco salteño petrolero y gasífero.
Mas quejas a futuro
La multitudinaria marcha de ayer estuvo signada por la perversidad y peligrosidad de un sujeto que delito tras delito es liberado sin más.
Pero vecinos del pueblo del Chaco salteño dijeron anoche a El Tribuno que las marchas no se van a terminar, que no se van a cansar de protestar por la indiferencia gubernamental que están padeciendo desde hace décadas.
Lo de la seguridad es apenas una parte de las desigualdades que están soportando, dijeron, y denunciaron a la vez que en ese departamento o por ese departamento pasa gran cantidad de cargamentos de droga de todo tipo, y que también se avistaron vuelos narcos en la zona.
“Eso también vamos a denunciar en su momento, porque esa gente es la que hace inseguro los caminos a los distintos puestos ganaderos. Ya tuvimos una niña asesinada por ellos”.