Recientemente asistimos al cumple 72 del luthier Félix Coro, una jornada memorable repleta de artistas, familiares, amigos y gente vinculada a la vida pública de la provincia. Ese día, Federico Córdoba, el de las Voces de Orán, sacaba pecho y ventilaba a los cuatro vientos: “¿Saben de dónde es don Felix Coro?”. Y él se respondía: “Essss de Oránnnnn”. Y la guitarreada continuaba.
Allí nos enteramos que don Felix junto a su señora Lidia hacía pocos días habían estado en España, invitados por unos amigos, y allí fueron recibidos como ciudadanos ilustres en el Museo de la Guitarra de Almería Antonio de Torres, de la comunidad autónoma de Andalucía, donde los medios periodísticos le dieron gran cobertura al acontecimiento.
Al decir de los entendidos, el Museo de la Guitarra es uno de los espacios más jóvenes de la red museística del Área de Cultura, Educación y Tradiciones del Ayuntamiento de Almería y se ha convertido en todo un atractivo y referente para los profesionales relacionados con el noble arte de la construcción de guitarras.
Desde su apertura han sido numerosos los expertos que han visitado el museo que pone en valor la figura de uno de los almerienses más ilustres, puesto que a Antonio de Torres se le debe el desarrollo de la guitarra tal y como la conocemos en nuestros días.
En los medios españoles resaltaron que el guitarrero argentino Félix Justiniano Coro (Salta, 1946) es el cuarto de un linaje de prestigiosos constructores que comenzó con su bisabuelo, y que el hijo de Félix por suerte continúa. Los Coro construyen artesanalmente guitarras, charangos, cajas, bombos y otros instrumentos de cuerda y percusión.
Carlos González, comisario de las exposiciones del Museo de la Guitarra, explicó a la prensa de Almería: “Más que una visita guiada ha sido una conversación amable. Un intercambio de vivencias y experiencias profesionales muy enriquecedor. Siempre es un placer conocer a constructores de otros países y culturas y más aún si hablamos de Argentina, donde la tradición de guitarristas, músicos y constructores de instrumentos es riquísima y muy variada”.
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Recientemente asistimos al cumple 72 del luthier Félix Coro, una jornada memorable repleta de artistas, familiares, amigos y gente vinculada a la vida pública de la provincia. Ese día, Federico Córdoba, el de las Voces de Orán, sacaba pecho y ventilaba a los cuatro vientos: “¿Saben de dónde es don Felix Coro?”. Y él se respondía: “Essss de Oránnnnn”. Y la guitarreada continuaba.
Allí nos enteramos que don Felix junto a su señora Lidia hacía pocos días habían estado en España, invitados por unos amigos, y allí fueron recibidos como ciudadanos ilustres en el Museo de la Guitarra de Almería Antonio de Torres, de la comunidad autónoma de Andalucía, donde los medios periodísticos le dieron gran cobertura al acontecimiento.
Al decir de los entendidos, el Museo de la Guitarra es uno de los espacios más jóvenes de la red museística del Área de Cultura, Educación y Tradiciones del Ayuntamiento de Almería y se ha convertido en todo un atractivo y referente para los profesionales relacionados con el noble arte de la construcción de guitarras.
Desde su apertura han sido numerosos los expertos que han visitado el museo que pone en valor la figura de uno de los almerienses más ilustres, puesto que a Antonio de Torres se le debe el desarrollo de la guitarra tal y como la conocemos en nuestros días.
En los medios españoles resaltaron que el guitarrero argentino Félix Justiniano Coro (Salta, 1946) es el cuarto de un linaje de prestigiosos constructores que comenzó con su bisabuelo, y que el hijo de Félix por suerte continúa. Los Coro construyen artesanalmente guitarras, charangos, cajas, bombos y otros instrumentos de cuerda y percusión.
Carlos González, comisario de las exposiciones del Museo de la Guitarra, explicó a la prensa de Almería: “Más que una visita guiada ha sido una conversación amable. Un intercambio de vivencias y experiencias profesionales muy enriquecedor. Siempre es un placer conocer a constructores de otros países y culturas y más aún si hablamos de Argentina, donde la tradición de guitarristas, músicos y constructores de instrumentos es riquísima y muy variada”.
Félix Justiniano Coro
Resultó que don Felix nació el 30 de junio de 1946, en la ciudad de Orán. Sus primeros pasos en el aprendizaje sistemático para la construcción de instrumentos musicales comienzan cuando tenía 8 años. La técnica utilizada en la construcción de la guitarra es el antiguo método español.
Salta alberga una artesanía muy especial que es la de producir música. La familia Coro, a través de cuatro generaciones, fabrica instrumentos musicales en su taller ubicado en Jujuy 845.
Allí Félix Justiniano Coro ejerce su oficio heredado de su bisabuelo, quien fue el primero en trabajar maderas para convertirlas en guitarras, charangos, violines, bombos y cajas. A él le siguió su abuelo y luego don Lorenzo Coro, su padre, que también fue maestro de la mayor parte de los artesanos de instrumentos musicales que actualmente trabajan en la provincia.
El prestigio de Félix Justiniano Coro no sólo ha triunfado en Salta sino que ha trascendido sus fronteras. Ganador de diversos premios en instrumentos musicales en diversas ferias y festivales locales y nacionales, recibió el gran Premio Adquisición por una Guitarra de artesanías y arte popular argentinos, como así también el primer premio por un conjunto de instrumentos musicales integrado por guitarra, charango y violín, mandolín, bombo y caja.
Coro fabrica sus instrumentos con madera de jacarandá o tarco, nogal o algarrobo, abeto alemán o ébano europeo, maderas nobles que aseguran una buena sonoridad.
En lo que hace a las guitarras, para la buena calidad se utiliza abeto alemán o jacarandá de la India y ébano europeo, para la diapasón que es, indiscutiblemente, lo mejor.
Con maderas de la zona se pueden hacer guitarras de buena sonoridad, en las que, además el ébano es sustituido por el guayacán de nuestro norte con muy buenos resultados y la tapa preferentemente de abeto.
Construir una guitarra de concierto le demanda unos tres meses entre el trabajo propiamente dicho y los tiempos de espera para el encolado y lo necesario para que las distintas maderas se vayan amigando. También construye violines en cajas de jacarandá y tapas de pino.
Los tradicionales bombos se hacen con troncos cavados de ceibo, aros de quebracho blanco y parches de oveja o cabra, como los más corrientes. Las cajas por su parte se construyen con una lámina de cedro de 3 mm de espesor y 12 cm de ancho, lo que se va doblando con un hierro caliente hasta obtener un aro de 36 cm de diámetro.
El mismo procedimiento del hierro caliente se utiliza para obtener la femenina forma de una guitarra. La larga tradición de estos luthiers salteños ya se prolongó con un nuevo Coro en la herencia familiar. Federico, de 24 años, está aprendiendo el oficio y prepara junto a su padre decoraciones para los charangos.
En el futuro habrá guitarras y violines, charangos, bombos, cajas, que saldrán de manos de quienes desde su más tierna infancia vivió esta escuela de crear música.