La última encuesta nacional del Indec sobre la construcción dio cuenta de que la visión empresaria sobre la actividad no es para nada alentadora. Las expectativas de las constructoras hasta septiembre próximo son más bien pesimistas.
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La última encuesta nacional del Indec sobre la construcción dio cuenta de que la visión empresaria sobre la actividad no es para nada alentadora. Las expectativas de las constructoras hasta septiembre próximo son más bien pesimistas.
Un 46% de los empresarios que se dedican a obras en la parte privada consideraron que tendrán menos trabajo y un 51% dijo que seguirán en la misma situación. El 3% restante cree que le irá mejor.
Las firmas abocadas a proyectos con fondos públicos pintan un escenario aún peor. Un 65,6% espera que haya una caída en las inversiones estatales; un 31% considera que no cambiará nada y el 3,4% sostuvo, en la consulta del Indec, que habrán mejoras.
Esas expectativas se pueden constatar en Salta de manera simple. En lo que son obras públicas basta repasar los escasos anuncios de proyectos o licitaciones que se conocieron en los últimos tiempos.
En el sector privado los permisos de edificación que otorgan los municipios marcan una pauta de las intenciones de construcción a futuro.
Según un reciente informe del Ieral (Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana), realizado por el economista Lucas Dapena, durante los primeros cuatro meses de este año en la capital salteña los permisos de edificación ascendieron a 83.945 metros cuadrados, que en la comparación interanual representa una disminución del 36,6%. Si la relación es con el mismo cuatrimestre de 2016, la merma fue del 6,7%.
El estudio remarca que entre enero y abril, el volumen de permisos de edificación autorizados disminuyó considerablemente en cada uno de los meses analizados, con excepción de abril, respecto a igual mes del año anterior.