Cada día es angustiante y el entorno, aterrador. Simplemente así puede describirse el submundo del narcotráfico y de lo que significa ser parte.
Ese es el centro de la escena sobre el que gira “Sangre Blanca”, la nueva historia de la cineasta salteña Bárbara Sarasola Day, que estrenará en todos los cines del país el 27 de septiembre.
Una trama que pone sobre el tapete el retorcido y enmarañado sistema del tráfico de drogas y las consecuencias que pagan quienes son el eslabón más débil de la cadena.
Se filmó en Salvador Mazza, una frontera siempre “caliente”, con los protagónicos de Alejandro Awada y Eva de Dominici y una importante presencia de pobladores de la ciudad fronteriza que se animaron al casting, se sumaron a este proyecto y albergaron a todo el equipo durante semanas, en un acompañamiento que se hizo natural en las calles del pueblo con el transcurrir de los días de filmación.
“Fue entrañable la relación con la gente, extraordinaria. Nos acompañaron en todo momento y asumieron un compromiso que se reflejó en el respeto hacia las directivas que lanzábamos en cada toma, al silencio necesario, a la colaboración constante”, le dice a El Tribuno la directora mientras exhibe el tráiler del filme, fotografías y el afiche, todo listo para el próximo mes.
“Sangre blanca” es la segunda película de Sarasola Day, cuya ópera prima fue “Deshora”, ficción que transitó con éxito por distintos festivales internacionales y recibió muy buenas críticas en el país, además de pasar por la sección Panorama de la Berlinale 2013, gran vidriera del cine mundial.
En este caso es un thriller con guión original de la cineasta, que sin revelar una cifra definitiva de costos deja en claro que “con los recursos que gané del Fondo Ciudadano de Desarrollo Cultural y otros aportes se hizo posible este largometraje”, que dura poco más de una hora y media.
En una charla anterior, contó que “con una idea previa fui a Salvador Mazza, recorrí esa frontera y comencé a escribir. Todos los lugares resultan perfectos para este relato. Está apenas separada por un puente de la ciudad boliviana de Pocitos y la diversidad cultural es ideal para lo que pretendo mostrar”.
Esta ficción, que conjuga el tinte local y un alto nivel cinematográfico, comenzó en septiembre del año pasado con los castings y ya está lista para el estreno.
inicia sesión o regístrate.
Cada día es angustiante y el entorno, aterrador. Simplemente así puede describirse el submundo del narcotráfico y de lo que significa ser parte.
Ese es el centro de la escena sobre el que gira “Sangre Blanca”, la nueva historia de la cineasta salteña Bárbara Sarasola Day, que estrenará en todos los cines del país el 27 de septiembre.
Una trama que pone sobre el tapete el retorcido y enmarañado sistema del tráfico de drogas y las consecuencias que pagan quienes son el eslabón más débil de la cadena.
Se filmó en Salvador Mazza, una frontera siempre “caliente”, con los protagónicos de Alejandro Awada y Eva de Dominici y una importante presencia de pobladores de la ciudad fronteriza que se animaron al casting, se sumaron a este proyecto y albergaron a todo el equipo durante semanas, en un acompañamiento que se hizo natural en las calles del pueblo con el transcurrir de los días de filmación.
“Fue entrañable la relación con la gente, extraordinaria. Nos acompañaron en todo momento y asumieron un compromiso que se reflejó en el respeto hacia las directivas que lanzábamos en cada toma, al silencio necesario, a la colaboración constante”, le dice a El Tribuno la directora mientras exhibe el tráiler del filme, fotografías y el afiche, todo listo para el próximo mes.
“Sangre blanca” es la segunda película de Sarasola Day, cuya ópera prima fue “Deshora”, ficción que transitó con éxito por distintos festivales internacionales y recibió muy buenas críticas en el país, además de pasar por la sección Panorama de la Berlinale 2013, gran vidriera del cine mundial.
En este caso es un thriller con guión original de la cineasta, que sin revelar una cifra definitiva de costos deja en claro que “con los recursos que gané del Fondo Ciudadano de Desarrollo Cultural y otros aportes se hizo posible este largometraje”, que dura poco más de una hora y media.
En una charla anterior, contó que “con una idea previa fui a Salvador Mazza, recorrí esa frontera y comencé a escribir. Todos los lugares resultan perfectos para este relato. Está apenas separada por un puente de la ciudad boliviana de Pocitos y la diversidad cultural es ideal para lo que pretendo mostrar”.
Esta ficción, que conjuga el tinte local y un alto nivel cinematográfico, comenzó en septiembre del año pasado con los castings y ya está lista para el estreno.
Sarasola Day resalta la “excelente” relación con los actores. “Siempre pensé en Alejandro Awada, me encanta lo que hace y cómo lo hace. Lo convoqué, leyó el guión y aceptó. Es una persona encantadora y la pasé muy bien trabajando con él porque sabe muchísimo y por lo tanto se aprende de la misma forma”.
También se refiere a la actriz protagonista de su historia y señala que “Eva es super profesional, muy comprometida con lo que asume y admirablemente trabajadora. La verdad que fue genial trabajar con ellos y los volvería a elegir sin dudarlo. Y debo repetir que la gente de Salvador Mazza fue maravillosa, se enganchaba en el rodaje, ya éramos como vecinos de siempre. Una noche había como 300 personas observando y temíamos que se arruine el sonido. Les pedimos que apaguen los celulares y se mantengan en silencio y fue increíble la forma en que respetaron nuestras necesidades”. Acerca del buen momento del cine argentino que le toca vivir, Sarasola Day considera que el crecimiento y fuertes cambios de la filmografía nacional comenzó a transitarse hace unas dos décadas, “y en ese periodo hay una cantidad de directores de excelencia, que lograron alta calidad”.
La historia
En la trama, la actriz interpreta a Martina, quien junto a Manuel cruzan la frontera desde Bolivia como “mulas”.
Pero el mayor riesgo de esta práctica se dispara: el joven muere en la habitación de un hotel fronterizo con decenas de cápsulas de cocaína en su cuerpo, mientras ella debe hacer la entrega de la droga en otra ciudad. Acorralada por la presión de los traficantes, no le quedará otra opción que recurrir a su última alternativa: su padre Javier, quien nunca la reconoció. Y este conflicto será el punto de inflexión para que ambos, de manera forzada, establezcan por primera vez una relación.
Este thriller dramático tiene la producción del INCAA, Pucará Cine y Varsovia Films.