Militante, es una palabra que define a Frida Fonseca, quien en la actualidad es la Defensora del Pueblo de la Ciudad, pero ya cumplió distintas funciones en el municipio y el Concejo Deliberante.
Se recibió de abogada a los 23 años, en el 95, en la Universidad Católica de Salta. Además es mediadora y le faltan cuatro materias para recibirse de escribana. Fue auditora en la Municipalidad, donde también tuvo cargo de directora. Además fue tres períodos concejal, donde ostentó la vicepresidencia del cuerpo. Piensa que la capacitación y el conocimiento son las claves para crecer.
Más allá de su tarea diaria, Fonseca lleva adelante una fuerte lucha por los derechos de las mujeres. Justamente la semana pasada participó de la creación de la Mesa Provincial de Mujeres Líderes para construir igualdad.
Este es un grupo formado por mujeres de diferentes sectores sociales, organizaciones civiles, comunidades originarias, gremios y referentes barriales emparentadas con la lucha contra las adicciones y la violencia de género.
“Tenemos como objetivo armar una agenda de acciones y de propuestas para debatir temas importantes que hacen a la realidad de las mujeres. Más en una provincia machista que tiene un conservadurismo enquistado que se resiste a la equidad de género”, arremetió.
Es una mujer tranquila, pero firme en sus palabras y señala que “el siglo XXI es el siglo de las mujeres”. Considera que hay un quiebre en lo que tiene que ver con las conquistas de derechos por parte de las mujeres. Al tiempo que reconoce que “en Salta hay que sensibilizar más y apuntar a una transformación social plena”.
Afirma que hubo conquistas, que se lograron con mucho esfuerzo, pero que hay que superar la violencia de género, los femicidios, la equidad en los salarios y la paridad en los cargos electivos. “Hay muchas mujeres en política, el problema es que muy pocas llegamos a lugares de poder y de toma decisiones. Necesitamos mujeres líderes, por lo que seguiremos luchando para obtener este espacio”, asegura y llama a revertir esta situación.
“Me defino como referente social, soy una mujer con compromiso político, una militante social que realiza trabajo en el territorio”, enumera cuando habla de su labor.
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Militante, es una palabra que define a Frida Fonseca, quien en la actualidad es la Defensora del Pueblo de la Ciudad, pero ya cumplió distintas funciones en el municipio y el Concejo Deliberante.
Se recibió de abogada a los 23 años, en el 95, en la Universidad Católica de Salta. Además es mediadora y le faltan cuatro materias para recibirse de escribana. Fue auditora en la Municipalidad, donde también tuvo cargo de directora. Además fue tres períodos concejal, donde ostentó la vicepresidencia del cuerpo. Piensa que la capacitación y el conocimiento son las claves para crecer.
Más allá de su tarea diaria, Fonseca lleva adelante una fuerte lucha por los derechos de las mujeres. Justamente la semana pasada participó de la creación de la Mesa Provincial de Mujeres Líderes para construir igualdad.
Este es un grupo formado por mujeres de diferentes sectores sociales, organizaciones civiles, comunidades originarias, gremios y referentes barriales emparentadas con la lucha contra las adicciones y la violencia de género.
“Tenemos como objetivo armar una agenda de acciones y de propuestas para debatir temas importantes que hacen a la realidad de las mujeres. Más en una provincia machista que tiene un conservadurismo enquistado que se resiste a la equidad de género”, arremetió.
Es una mujer tranquila, pero firme en sus palabras y señala que “el siglo XXI es el siglo de las mujeres”. Considera que hay un quiebre en lo que tiene que ver con las conquistas de derechos por parte de las mujeres. Al tiempo que reconoce que “en Salta hay que sensibilizar más y apuntar a una transformación social plena”.
Afirma que hubo conquistas, que se lograron con mucho esfuerzo, pero que hay que superar la violencia de género, los femicidios, la equidad en los salarios y la paridad en los cargos electivos. “Hay muchas mujeres en política, el problema es que muy pocas llegamos a lugares de poder y de toma decisiones. Necesitamos mujeres líderes, por lo que seguiremos luchando para obtener este espacio”, asegura y llama a revertir esta situación.
“Me defino como referente social, soy una mujer con compromiso político, una militante social que realiza trabajo en el territorio”, enumera cuando habla de su labor.