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Salarios estatales: En Córdoba eliminaron la cláusula gatillo

El mandatario cordobés tomó la decisión de renegociar la paritaria con los gremios estatales y desactivar la denominada cláusula gatillo que ajustaba los salarios conforme la inflación del mes anterior.
Lunes, 25 de noviembre de 2019 02:16

Y si Chubut es un elocuente ejemplo de lo que ocurre cuando se toman compromisos que no se pueden cumplir, el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, dio una muestra de lo grave que es atar los sueldos estatales a la inflación.
En agosto, el mandatario cordobés informó que “la recaudación cayó y hay obligaciones ineludibles que complican las cuentas”. En consecuencia, tomó la decisión de renegociar la paritaria con los gremios estatales y desactivar la denominada cláusula gatillo que ajustaba los salarios conforme la inflación del mes anterior.
Descartó la posibilidad de seguir afrontando incrementos salariales por la cláusula gatillo y optó por renegociaciones periódicas para asignar las mejoras que se puedan pagar y no las que garanticen el valor constante del salario.
El fundamento, referido a agosto, fue que la recaudación de ese mes registró un incremento nominal de 43,2% que, descontada la inflación, implicó una caída real de 6,6%.
“El primer semestre del 2019 estuvo caracterizado por una profunda y persistente crisis macroeconómica que atraviesa el país desde abril del 2018. Las elevadas tasas de interés (promedio del 62,5%) sumado a la elevada inflación (52,9% promedio) resintieron la actividad económica y profundizaron la pérdida de poder de compra de los salarios, generando un desplome del consumo. Estos acontecimientos han impactado negativamente en los ingresos de la Provincia que, en su gran mayoría, están ligados a la producción y el consumo, deteriorando las cuentas públicas”, señaló el gobernador cordobés. De hecho que, según los datos oficiales, las cuentas públicas del Gobierno de Córdoba cerraron el semestre con un déficit $981,1 millones, frente a los casi mil millones de superávit que había logrado en el mismo período del año pasado.
La inflación es una pesadilla que ya cumplió 70 años. Es la consecuencia de un país sin moneda. Los padres de familia la sufren en la vida cotidiana, pero el Estado provincial no está en condiciones de generar recursos para compensar a todos sin generar más déficit, más inflación y más descalabro. Schiaretti fue claro: “...de continuar el ajuste por inflación y con una recaudación con caída en términos reales, la situación se haría insostenible para las cuentas provinciales”... En Salta puede pasar exactamente lo mismo.
 

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Y si Chubut es un elocuente ejemplo de lo que ocurre cuando se toman compromisos que no se pueden cumplir, el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, dio una muestra de lo grave que es atar los sueldos estatales a la inflación.
En agosto, el mandatario cordobés informó que “la recaudación cayó y hay obligaciones ineludibles que complican las cuentas”. En consecuencia, tomó la decisión de renegociar la paritaria con los gremios estatales y desactivar la denominada cláusula gatillo que ajustaba los salarios conforme la inflación del mes anterior.
Descartó la posibilidad de seguir afrontando incrementos salariales por la cláusula gatillo y optó por renegociaciones periódicas para asignar las mejoras que se puedan pagar y no las que garanticen el valor constante del salario.
El fundamento, referido a agosto, fue que la recaudación de ese mes registró un incremento nominal de 43,2% que, descontada la inflación, implicó una caída real de 6,6%.
“El primer semestre del 2019 estuvo caracterizado por una profunda y persistente crisis macroeconómica que atraviesa el país desde abril del 2018. Las elevadas tasas de interés (promedio del 62,5%) sumado a la elevada inflación (52,9% promedio) resintieron la actividad económica y profundizaron la pérdida de poder de compra de los salarios, generando un desplome del consumo. Estos acontecimientos han impactado negativamente en los ingresos de la Provincia que, en su gran mayoría, están ligados a la producción y el consumo, deteriorando las cuentas públicas”, señaló el gobernador cordobés. De hecho que, según los datos oficiales, las cuentas públicas del Gobierno de Córdoba cerraron el semestre con un déficit $981,1 millones, frente a los casi mil millones de superávit que había logrado en el mismo período del año pasado.
La inflación es una pesadilla que ya cumplió 70 años. Es la consecuencia de un país sin moneda. Los padres de familia la sufren en la vida cotidiana, pero el Estado provincial no está en condiciones de generar recursos para compensar a todos sin generar más déficit, más inflación y más descalabro. Schiaretti fue claro: “...de continuar el ajuste por inflación y con una recaudación con caída en términos reales, la situación se haría insostenible para las cuentas provinciales”... En Salta puede pasar exactamente lo mismo.
 

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