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Marita Simón
El Tribuno
Hace unos pocos días, esta cordobesa radicada desde hace 16 años en Salta, recibió ese diploma por este mueble que, como otros en su firma, MDS Diseño, fusiona el diseño industrial con lo artesanal norteño.
¿Cuál fue tu objetivo al crear este sillón?
No solo se trata de la mirada estética, sino que además sea trasladable para poder exportarlo. La distinción oficial que recibí sobre este producto abre esa posibilidad y, este año, otras dos salteñas recibieron el Sello del Buen Diseño por unos juegos que crearon.
¿Cuáles son las características?
Es desarmable, muy liviano en su morfología y utilicé encastres en cuero, lo que permite visibilizarlo particularmente. Combiné las partes de cuero cortadas a láser con la costura manual de tiento, que va uniendo esas partes. El resto de la estructura es liviano, de acero inoxidable.
En lo estético, al cuero le diste una forma particular...
La idea fue el encastre de las piezas de cuero (en color camel), como si fueran hojas en caída, por eso se llama “Otoño argentino”. El cuero es una imagen muy nuestra, autóctona y de líneas puras.
La idea de forma y estilo, ¿lo fuiste madurando en el tiempo?
En diseño industrial los productos se basan en una trilogía: forma, tecnología y función, y a partir de esos aspectos le das más énfasis a uno de ellos. Todo dependerá de lo que te pide un cliente, por ejemplo, o de la impronta creativa que uno le ponga al producto.
En este caso también tuve muy en cuenta lo tecnológico para que sea más fácil y liviano armarlo, sin dejar de lado lo estético, el confort y que te invite a tenerlo para un momento de lectura o relax. En definitiva, el diseñador trabaja con inspiración, pero también con otros factores que lo diferencian del arte.
De todos modos, tenés creaciones en tu marca que despuntan lo artístico...
Así es, y combino el acero con el tiento, maderas locales con acero inoxidable... una serie de trabajos que voy generando desde mi inventiva y tercerizo la mano de obra.
Este tipo de productos, ¿son adquiridos por los salteños o más bien se direccionan hacia el exterior?
El salteño tiene por costumbre comprar en Buenos Aires o en otros lugares, pero afortunadamente observo que las nuevas generaciones vuelven su mirada hacia adentro, a las nuevas formas y fusiones de lo propio con lo moderno, adaptado a los espacios de las viviendas, que son más pequeñas. Muchos piensan de manera práctica apostando a los productos locales que están bien hechos, garantizan durabilidad y lindos estéticamente. En la última década se nota un cambio respecto del conocimiento sobre el diseño.